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Presuntos abusos en el Seminario: la Iglesia colaborará con la Justicia

La Iglesia hizo conocer su predisposición a colaborar “en todo lo que esté a su alcance para el completo esclarecimiento” de los presuntos hechos de abuso de menores ocurridos en el Seminario de Paraná entre los años 1984 y 1992, cuando el cura Justo José Ilarraz ocupó el cargo de subprefecto de disciplina.

 

El juez de Instrucción Alejandro Grippo tramita una presentación del fiscal de Cámara Rafael Cotorruelo a partir de la denuncia de dos víctimas que se prestaron a dar su testimonio. La investigación se centra en la figura de Ilarraz, sobre quien pesan todos los cargos por el delito de abuso de menores.

 

El caso salió a la luz por primera vez en 1995, oportunidad en la que las autoridades eclesiásticas ordenaron una investigación interna. Ese año en la Parroquia San Cayetano, el sacerdote Silvio Fariña, hoy párroco de la Iglesia Catedral, tomó el testimonio de una víctima. Esa vez, actuó como notario –tomó nota de lo que se dijo– el entonces vicerrector del Seminario y actual vicario general de la diócesis de Concordia, Alfonso Vicente Frank.

 

Pero no está claro qué ocurrió con esa investigación ni por qué Ilarraz no fue sancionado. En vez de eso, se le autorizó a viajar, primero, a Roma, y luego le autorizaron la excardinación a Tucumán, donde permaneció los últimos ocho años.

 

En 2008, el ex arzobispo Mario Maulión firmó su excardinación; en 2010, un grupo de sacerdotes presentó un petitorio a Maulión reclamándole esclarecimiento del caso Ilarraz, pero de aquello hasta ahora no se tiene noticias.

 

De modo que Ilarraz siguió ejerciendo su sacerdocio en Monteros, Tucumán, adonde se le asignó una parroquia, Sagrado Corazón. Allí estuvo hasta que el 7 del actual le prohibieron ejercer como cura.

 

La decisión de las autoridades eclesiásticas se conoció después de una semana de mucho ajetreo en Tribunales en torno al caso Ilarraz.

 

El texto del documento que dio a conocer la Iglesia dice: “El Arzobispado de Paraná colaborará con el tribunal competente en todo lo que esté a su alcance para el completo esclarecimiento de los hechos. Reiteramos la firme determinación y compromiso con la búsqueda de la verdad y la aplicación de las sanciones legales que en su caso correspondan, conforme al derecho común aplicable”.

 

Además, la Iglesia dio más pistas respecto de qué ocurrió hacia el interior del clero una vez que se conocieron los hechos de abuso en el Seminario. “Cuando en el año 1995 –dice el pronunciamiento–, por la declaración de personas afectadas, se tomó conocimiento de los hechos, el Arzobispado de Paraná procedió a realizar una investigación. Ponemos a disposición de la Justicia dicha investigación, con el necesario respeto a los derechos, garantías y a la voluntad de las víctimas y familiares afectados”.

 

En 2011, por decisión del actual arzobispo Juan Alberto Puiggari –cuando ocurrieron los hechos el actual jefe de la Iglesia se desempeñaba como superior en el Seminario, y el hoy cardenal Estanislao Karlic era arzobispo– se reabrió la investigación y se escuchó otra vez a las víctimas. En un encuentro que tuvo lugar el viernes 14 de septiembre pasado en el Centro Mariápolis, Puiggari habló de la existencia de tres casos de abuso.

 

Con los nuevos vientos que soplan en el Vaticano –sobre todo después del escándalo de los hechos de abuso ocurridos en la Iglesia de Irlanda– la Iglesia de Paraná retomó la investigación sobre Ilarraz, y dijo que cumpliendo “expresas directivas generales de Su Santidad Benedicto XVI en el trato de estos gravísimos y dolorosos hechos, el Arzobispado, en el transcurso del año 2011, por propia iniciativa, antes que cualquier denuncia periodística, pidió instrucciones a la Santa Sede para lograr una solución definitiva y en procura de la justicia”.

 

En el marco de la revisión de la causa contra Ilarraz, la Curia hizo conocer que a raíz de “la actuación eclesial del Arzobispado de Paraná y del Obispado de Concepción del Tucumán, a partir del 7 de septiembre pasado, se ha apartado del ejercicio del ministerio al sacerdote involucrado”. Y aseguró que mientras actúe la Justicia, “mantendremos una actitud de respeto prudente, colaborando en la sustanciación de la causa”.