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Preolímpico en México: Puerto Rico, primer examinador argentino

ESPECIAL. Puerto Rico, como Argentina sin Manu, vive la era Post Carlos Arroyo y J.J. Barea quedó como la única voz líder de la escuadra puertorriqueña, secundado por Larry Ayuso. Rick Pitino intentará poner orden en un combinado boricua de por sí inestable, oscilante, altamente irregular que sufre la mala noticia de la pérdida de Maurice “Mo” Harkless, para todo el torneo por sugerencia de los Blazers de Portland a raíz de una torcedura severa de tobillo.

 

Renaldo Balkman, John Holland (ambos con lesiones plantares) y Carlos Rivera tendrán grandes papeles en esta filosofía de defensa primero que Pitino ha inculcado en el equipo.

Ángel Vassallo y Guillermo Díaz, procurarán dar una buena mano a un plantel que también perdió en los ensayos a Devon Collier que venía jugando a altísimo nivel y por lo tanto lastima mucho más los puestos interiores donde solo quedan como “Colosos” Jorge Bryan Díaz (2m11) y Luis Villafañe (2m09)

Cabe recordar que antes de la preparación se bajaron Ricky Sánchez y Peter John Ramos.

 

Por dos ciclos olímpicos, Puerto Rico ha quedado de espectador teniendo que conformarse con un par de ‘por pocos’ y teniendo que ir a dos Repechajes sin poder alcanzar el ansiado pase.

Pero a partir de este lunes intentarán evitar el tercer ‘strike’ olímpico cuando busquen suerte en el Preolímpico de Las Américas que ya comenzó en el Palacio de los Deportes en Ciudad México, México con dos boletos disponibles para Río de Janeiro 2016.

 

Puerto Rico deberá emplearse a su máximo nivel para poder salir airoso en un torneo bien nivelado donde cualquiera puede ganarse a cualquiera y donde otros equipos, como los planteles en renovación de Argentina y Brasil, así como Uruguay y República Dominicana pueden arruinarle el baile.

 

La clave estará en poder conseguir una de las primeras cuatro posiciones a nivel global una vez concluyan las primeras dos rondas de competencia. Esto garantizaría un puesto en al semifinales, lo que implicaría el ansiado turno a la gloria con una victoria o un posible pase asegurado al Repechaje 2016 en el peor de los casos.

 

En la historia de FIBA-Américas ha habido  16 torneos continentales desde 1980, llámense Preolímpicos o Premundiales, y Puerto Rico ha estado en semifinales en 14 de esas 16 ocasiones durante ese transcurso, ganando oro en cuatro ocasiones (1980, 1988, 1989 y la última en Neuquén 1995), cuatro preseas de plata (1993, 1997, 2009 y su más reciente en el 2013), dos de bronce (los Preolímpicos de 2003 en San Juan y 2007 Las Vegas) y cuatro ocasiones en cuarto lugar (1992, 1999, 2001, 2011).

 

Las únicas dos ocasiones en que no figuró en semifinales fue en el Preolímpico de 1984 (sexto lugar) Premundial del 2005 (sexto lugar).

 

Parte del problema es que antes había tres espacios para Las Américas, logrando Puerto Rico el tercer puesto del 2003 para su última Olimpiada en Atenas 2004. Pero a partir del 2007, FIBA inventó el “Repechaje”, lo que otorga solo dos puestos al continente americano y ha dificultado aún más la clasificación.

 

Para este Preolímpico, Puerto Rico tiene expectativas razonables bajo la tutela del nuevo coach Rick Pitino, quien ha enfatizado en una mejorada defensa colectiva y un mejor acondicionamiento cardiovascular de los jugadores para ese tren de juego, lo que le permitirá compensar ciertas carencias ofensivas en el equipo con lo que la tropa pueda hacer generando turnovers y tiros forzados a sus rivales.

 

Basta ver a Ángel Vassallo jugando en su mejor peso desde hace años, sin mencionar lo que ha logrado con otros como Guillermo Díaz, Richard Chaney, Ramón Clemente, Jorge Bryan Díaz y Carlos Rivera.

El problema grande han sido las lesiones al propio Jorge Bryan, a Renaldo Balkman y a John Holland, así como la salida repentina de Maurice Harkless y la baja por lesión a Devon Collier a última hora, lo que ha dejado a los boricuas un poco más finitos en la pintura y más dependientes del tiro exterior y de lo que la defensa colectiva pueda crear.

 

Para colmo, el primer rival de los “Boricuas” será Argentina, un adversario que suele sacarlo de quicio.  Claro que ésta Argentina no es la Generación Dorada, y tal vez, quizás, Rick Pitino haya alcanzado a hacerle entender a sus hombres que el baloncesto caribeño debe mutar, debe transformarse, añadiéndole a su talento y explosividad “caliente”, una altísima cuota de orden, de equilibrio, de balance, para así no solo ganar por virtud propia sino en especial saber caer con dignidad pero por atributos ajenos y ya no entregar más partidos increíblemente al perder la línea por egoísmos, vedetismos, egocentrismos, mezquindades, obstinaciones infecundas.