Preolímpico en México: día D clasificación a Río
|Desde las 22.30, por las semifinales del Preolímpico, Argentina enfrenta a México. El que gana logra una plaza para los Juegos Olímpicos de Río 2016. Dirigen Cristiano Maranho (Brasil), Jorge Vázquez (Puerto Rico) y Sasa Pukl (Eslovenia). Transmiten TyC Sports y DirecTV Sports. A las 20, arranca Canadá-Venezuela.
En la previa al partido del miércoles analizamos a los mexicanos. Y fallamos poco. Advertimos sobre el lado fuerte que poseen y revelamos el flaco.
Precisamos en qué se apoyó Argentina para el 7-0 con el cual llegó a esa última jornada de la Fase Regular, como deslizamos en qué falló para sufrir tanto en ciertos lapsos.
Destacamos el rol de su entrenador, colocándolo en un sitial de preeminencia por las sabias decisiones tomadas y refrescamos algunas omisiones para tener en cuenta.
Hablamos del papel del espectador como del que le cabía a los árbitros.
Casi todo lo que ocurrió, lo estudiamos y lo pronosticamos. Sin embargo, no sabíamos cuanta ventaja podía concederse aun poniéndose El Alma. Obvio… Nada mejor que haber recibido semejante cachetazo previo a las semis, que en pleno cruce por una de las dos vacantes Rumbo a Río 2016.
Lo sucedido sirve. No nos cabe la menor duda. Por eso es que le tenemos más fe que nunca al plantel de Hernández.
Claro… enfrente estará un rival aguerrido, con singularidades encendidas. Sin embargo, guerreros como Scola y Nocioni están habituados a batallas colosales y serán los guías del renacer argentino en coordinación con un coach que sabe dónde está parado y está al tanto de sus propias fallas en una rotación contradictoria como la que implementó en tan incomprensible revés.
Ahora, México sufre la angustia inexorable de saber que está a un paso de quebrar casi 4 décadas de amarguras, de fracasos. Y eso es un apremio indudable con el cual entrará Ayón a la cancha, siendo él la estrella de un plantel al cual no le sobra nada, más allá de la guapeza.
Sinceramente, en lo emocional, vemos mejor a la Argentina y esa mentalidad es la que puede establecer la diferencia. Después estará la inspiración individual al servicio de lo colectivo, el respeto por lo planificado, el estar listo para saltar a la cancha sin concesiones pero con la cabeza reflexiva, evitando pérdidas de control o arrebatos inútiles,
Una consigna a respetar es no volver a caer en la Scola/Nocioni Dependencia y cada uno ocupar su rol elemental.
Otra… Ayón no puede haber jugado casi 40 minutos y terminar sin haber sido “raspado” por la defensa del rival. Digamos que, demasiada tibieza y en estos duelos, el tibio (o frío…) pierde.
Ayón jugó fenómeno, pero a la vez LO DEJARON JUGAR y hasta se comprometió inútilmente a Scola. Por ello es que concebimos que Hernández ya tomó la nota y el Plan de hoy es absolutamente distinto.
Lógicamente… Ayón fue imparable, pero tuvo enormes socios como Francisco Cruz y Jorge Gutiérrez, lo que habla de una defensa argentina floja, desequilibrada, desconcentrada en momentos culmines, por dónde se la mire.
Dato saliente: volvería Orlando Méndez, símbolo mexicano, con un desgarro abdominal que le impidió jugar los últimos 5 partidos. ¿Solución como variable de suma valía u otro problema de “estrellato” para Valdeolmillos?
Por contrapartida, Gabriel Deck difícil que juegue por un edema óseo compatible con una fractura por estrés en la zona del quinto metatarsiano del pie derecho. Un hándicap para evaluar por las variables que otorgaba el pibe de Quimsa.
Si gana Argentina, maravilloso, espléndido por el mero hecho de saber que el prepararse para los Juegos ya implicará una experiencia sublime.
Y de perder, participar del Repechaje será otro eslabón en la búsqueda de maduración del proceso de recambiar El Alma.
Habrá mucho por celebrar si es victoria. De modo primordial en lo relativo al futuro mejor de lo imaginado.
No deberá dramatizarse un revés. Nada más improductivo que ello. Podremos, sí, repudiar lo que no se hizo a nivel dirigencial en plena ebullición de la Fiebre Dorada, pero a estos muchachos o a éste cuerpo técnico nada habrá que reprocharles. Esa debe ser la consigna central.