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Preocupa al Gobierno una posible escalada de la tensión con la UIA

Funes de Rioja, titular de la Copal, cuenta con el respaldo de las grandes empresas industriales para ser el próximo presidente de la UIA. La situación se da justo en el momento en que amenaza con judicializar medidas del Gobierno por control de precios y etiquetas. Rodríguez, uno de los dueños de Sinteplast, tiene ascendencia con las pymes y las fábricas del interior, y se lo considera un “dialoguista”, pero sus críticos hablan de la “falta de experiencia”.

Con perfil bajo y con la decisión de evitar injerencias en la decisión institucional, el Gobierno nacional dejó trascender la “preocupación” que existe ante las crecientes “tensiones” que mantiene con un grupo de la cúpula de la Unión Industrial Argentina ( UIA), especialmente vinculado con las grandes empresas del sector. Este escenario de “contraste constante” quedaría ratificado si es que titular de Copal, Daniel Funes de Rioja, será el reemplazante de Miguel Acevedo en la Presidencia de la entidad fabril.

Hasta el momento, en la UIA se disputan la conducción dos representantes con perfiles disímiles: por un lado, Funes de Rioja; y por el otro, Miguel Rodríguez, uno de los dueños de la empresa familiar Sinteplast. Las diferencias de perfil muestran dos corrientes en puja, aunque no se descarta que aparezca una tercera vía de solución a los conflictos de intereses.

Funes de Rioja encabeza por estas horas una disputa frontal con el Gobierno, con amenaza de judicialización de por medio ante la aplicación del sistema de control de precios (Sipre) y del etiquetado (Sifiere) a la industria alimenticia. Esa confrontación, según admitieron algunos dirigentes fabriles consultados por BAE Negocios, es la plataforma para el alineamiento de las grandes empresas a su candidatura.

Según pudo saber este diario, el abogado laboralista cuenta con el respaldo de las empresas que integran la poderosa Copal, pero que nunca le había alcanzado para cumplir su sueño presidencial en los períodos anteriores. Ahora sumó el respaldo del Grupo Techint, según pudo saber este diario, clave en la definición interna.

“Funes cuenta con la experiencia necesaria para un tiempo en donde la UIA necesita mantenerse independiente del poder político. Acá se define si el próximo presidente es un representante de los intereses de la industria ante el Gobierno, o es delegado del Gobierno en la UIA”, afirmó uno de los dirigentes de mayor peso en la mesa de conducción fabril.

Entienden que los antecedentes de Funes de Rioja, como coordinador de un grupo heterogéneo como Copal -en donde necesitan consensos para tomar decisiones-, son los necesarios para la nueva etapa de la entidad. “No se maneja como dueño de una empresa en la UIA”, deslizó la fuente consultada.

El Gobierno no se mete

“No nos vamos a meter en un tema institucional. Dejaremos que ellos resuelvan sus problemas internos, aunque no somos inocentes de no darnos cuenta que, en medio de un proceso de reindustrialización y con una pandemia de por medio que generó medidas excepcionales de ayuda al sector, hay una intención de un grupo de incrementar la tensión con el Gobierno”, admitió a este diario un funcionario del Gabinete nacional.

La otra opción es Miguel Rodríguez. Actual vicepresidente Pymi de la UIA, mantiene buen diálogo con el Gobierno, aunque tampoco es considerado “oficialista”. Cuenta con el respaldo de las pymes industriales del universo no alimenticio y es visto como una continuidad de la gestión de Acevedo. Considerado un “dialoguista”, tiene a su favor ser dueño de Sinteplast, una empresa que se expandió de pyme a grande, por lo que conoce de primera mano los problemas y necesidades de la industria.

La experiencia, punto clave

Entre los puntos débiles, las grandes empresas le señalan una “falta de experiencia” en las negociaciones con el Gobierno, como contracara de Funes de Rioja, quien fue representante del B-20 que se realizó en el país durante la gestión de Cambiemos, y su rol ante el la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por el lado empresario.

“Rodríguez tiene condiciones de ser presidente, aunque le falta recorrido. Estoy seguro que en la próxima tendrá la experiencia necesaria para conducir la UIA, pero no lo veo en la actualidad, cuando vislumbramos un escenario más complejo en las relaciones con el Gobierno”, le dijo a este diario otro representante de una gran empresa nacional.

El actual vicepresidente Pymi cuenta con el visto bueno de las fábricas del Interior del país y es visto como un “abre puertas” a las nuevas generaciones. Como contracara, Funes de Rioja necesitaría de la continuidad de las figuras históricas de la conducción “como respaldo ante un tiempo de discusión áspera”, afirman.

Lo cierto es que la definición, que se tomará en los próximos días, marcará el perfil de la UIA para la pospandemia, con tensiones en el mercado interno y en las relaciones con el mundo.

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