Patronato finalista: de la agonía, a la vida…
|Patronato pasó de un estado catastrófico, de una mezcla de profunda tristeza, de honda amargura, de notoria impotencia y sensible enojo, a la euforia de saber qué no estaba todo perdido. Esa fue la transición entre el minuto 49 del segundo período hasta el momento mismo de tener que resolver desde los 12 pasos. Sensaciones diversas, encontradas, y el difícil trance de consumar la gloria o el cadalso. Pero el “Santo” tuvo la bendición del Padre Grella, de Monesñor Metz y por qué no… hasta de la Cata, para que Sebastián Bértoli ataje -con el refuerzo de ángeles- tres penales y de éste modo los “Rojinegros” clasifiquen por segunda temporada consecutiva a la final del Argentino A.
Patronato salió a disputar el partido a cara de perro, ante un rival que esperó con dos líneas de cuatro pero que procuró sorprender de contragolpe y tan solo en 2 minutos Lucas Márquez metió la mano inadecuadamente tras conjurar Bértoli una combinación entre Germán Alecha y Hugo Prieto, y así hubo que arrancar con el corazón en la mano.
Fue Cristian Martínez a sentenciar prematuramente la historia y en vez de patear al palo derecho como en La Visera del Alto Valle, se jugó al vertical izquierdo. Bértoli tuvo la premonición que haría ello y así se ganó la primera ovación de la noche.
Sucesivamente, tiro de esquina para el anfitrión y el “Negro” Andrade se zambulle y casi marca la apertura.
Patronato era una tromba, un Katrina de ilusiones, y así un remate de Néstor Espínola se fue rozando el marco de Ruiz.
Había intenciones, pero no se prosperaba con eficacia. La carta de crédito estaba otorgada por el público que alentó sin cesar hasta que pasado el primer cuarto de hora el Gaby Graciani habilitó a Espínola para que éste envíe centro al área donde apareció Diego Leclercq para aplicar un cabezazo y mandar el balón a besar los piolines.
Uno a cero y la ilusión se incrementaba. Sin embargo Cipolletti no se colgaría del travesaño y toda vez que podía contestaba insinuando peligrosidad como la acción que sobre la media hora no logró capitalizar López Carrilo en el corazón del área paranaense.
Y eso de goles errados… se acentuó segundos después cuando Diego Jara emuló a Diego Maradona contra los ingleses y tras una endiablada corrida que incluyó fintas, amagues y un vasto repertorio de talento argentino, puso un 2-0 que hizo delirar a toda la capital.
Lo bueno fue que ni bien sacó Cipolletti, la consigna fue seguir dañando y hablando de “daño” nefasta fue la conducta de Rubén González en no castigar el exceso de un hombre rionegrino que le cortó el rostro a Mariano Echagüe.
Justamente cuando éste se hallaba fuera de la cancha, sangrante, por obra y arte del hombre invisible según se desprende de la indiferencia del juez , o sea Patronato en desventaja numérica, Soto tuvo que recurrir a una falta al no cerrar su andarivel Márquez, y tras ese tiro libre Prieto decretó el descuento con un preciso remate en el cual nada tuvo que hacer el guardameta paranaense.
Baldazo de agua congelada nada menos que previo al recreo largo. El estadio mudo. Mejor dicho, se pasó de los cánticos, de las palmas, a la furia. TODOS nos queríamos comer a un árbitro que ya no despertaba suspicacias sino que profundizaba las dudas que uno tenía sobre su obrar.
Y en realidad, si no se consumó ninguna agresión, ni siquiera se intentó en verdad, fue porque la gente sabe y realmente el fondo local no daba garantías por el lado de Márquez, quien lucía nervioso en extremo. Precisamente, la cobertura de Soto o Zubinikar impedían que ello se agrave.
El entretiempo le daba una pausa a Cipolletti para recuperar oxígeno, y acrecentaba la tensión del dueño de casa que para colmo veía como el odiable árbitro amonestaba a diestra y siniestra a sus equipistas.
Esos nervios se recrudecieron con el correr de los minutos y desde adentro hacia fuera paulatinamente se transmitió una ansiedad, una zozobra desmedida, que se tradujo primero con una bengala caída desde el sector de hinchas rionegrinos y luego con una botellita de fernet que cayó junto a uno de los asistentes. Partido detenido y más impaciencia para las huestes entrerrianas.
Con la reanudación llegaron los enroques de los técnicos. Cada uno con su necesidad. Uno por robustecer su ataque, otro por solidificar la contención.
Cipolletti solo logró controlar el traslado cuando la pelota tenía como propietario a Gerardo Solana quien explotaba la contra vía Prieto de modo sagaz. Fuera de ello, los de Perilli estaban resueltos a defenderse a muerte.
Y atribulado por las penurias de no plasmar el alcanzar otra conquista Patronato fue perdiendo compostura, amén de soportar férreamente fallos y omisiones tendenciosas (como un patadón para expulsión y llevarlo detenido de Prieto sobre Andrade) del juez de Alcorta.
Los de Fuentes eran puro ímpetu pero González no vio un clarísimo penal de Cid sobre Graciani, Ruiz se hizo gigante bajo los tres palos (especialmente ahogando un grito de gol tras remate de Graciani) y el enloquecimiento provocaba ineficacia en las maniobras aptas para convertir (ejemplo un cabezazo de Echagüe que salió lamiendo un parante).
Bértoli, mientras, siempre atento, por ejemplo achicándole el ángulo a Alecha.
Peor aún… Brítes entró y en menos de media hora se comió dos amarillas y afuera. Justo sobre el fin del tiempo reglamentario. Era utópico imaginarse un maravilloso mutar de tan trágico desenlace en ciernes, pero Graciani mandó otro misil dentro del área patagónica y Andrade cae como asesinado por una Magnum 357 y González que aprovecha la ocasión para lavarse las manos y mandar a que se decida todo mediante penales.
Claro que Jara debía anotar y el concordiense no falló. Cohete hacia el palo izquierdo y el “Grella” explota con una resurrección poco antes impensada.
Antes de caer Andrade se preparaba la locura de “Cipo” y no había duda alguna que González era candidato a la represalia, pero de golpe, el juez se acordó de lo que es la equidad o quizás por liso y llano miedo VIO la infracción que antes no había sancionado en dos oportunidades claras y una difusa.
Faltaban los penales…
Ya se lo contamos…El primero en patear fue Diego Jara: Gol. A media altura a la izquierda de Ruiz quien se tiró al otro lado.
Cristian Martínez abrió las ejecuciones visitantes: y Bértoli eligió la izquierda porque el ejecutante había errado el primero a la derecha y en Cipolletti había anotado el gol pateando a la izquierda. 1-0 Patronato.
El segundo fue Mariano Echagüe: Gol. A la izquierda, con categoría, suave, mandando la pelota al otro lado donde eligió el guardavalla.
Daniel Corou: Gol. La pelota entró junto al palo pero como la red estaba rota todos pensamos que había marrado el envío. 2-1 Patronato.
Lucas Márquez fue por su venganza tras lo ocurrido el año pasado y atajó el arquero rioonegrino. Zurdazo a la derecha, a media altura, Márquez destruido.
Leonardo Larenas Gol. Al palo izquierdo de Bértoli. Potente remate. 2-2.
Víctor Soto fue otro que se ganó el amor incondicional del hincha. Pateó y mandó la caprichosa pelota contra el palo derecho, pegándole con cara interna del pie derecho. Con mucho efecto.
Jorge Cid debía empatar pero lo vio gigante a Bértoli y mandó el esférico sobre el travesaño. Patronato 3-2.
Una figura fantástica como Leo Ferrero pateó junto al palo izquierdo y se lució el arquero Ruiz.
César Medina fue a empatar o a despedirse y ese fenómeno llamado Sebastián Bértoli le dio la clasificación a Patronato con su bendita rodilla. Fantástico. Extraordinario. Colosal. El artífice principal que el “Grella” reviente de colores con fuegos artificiales excepcionales y que todos recuperemos el sueño de ver a Paraná, primero ensayando en la 2ª División, para luego buscar decididamente meterse entre los grandes del fútbol argentino.
Para meditar…
Stevenot HORRIBLE contra Patronato…
González ESPANTOSO contra Patronato…
Cipolletti pidió antidoping. En su casa, no hubo… En Paraná, se lo dieron…(Fueron Leclercq y Urresti).
Entre anoche y hoy por la mañana no escuchamos ni leímos una apreciación respecto a esto. Aparentemente, dirigentes, jugadores y cuerpo técnico del CAP se conformaron con ganar por penales y no anteponer una posición exigente pese a tener pruebas irrefutables de los pésimos arbitrajes soportados justo en fases concluyentes.
Cuidado Patronato… Guste o no… Hay gente que entre las sombras, mueve “montañas” y opera inescrupulosamente. Es tiempo de pedir GARANTIAS. Hoy. No horas antes.