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Paros petroleros complican Vaca Muerta

El sindicato de petroleros privados de Neuquén lleva adelante un paro de actividades en una planta de procesamiento de arenas de la empresa YPF que se suma a otras medidas de fuerza que se vienen concretando en yacimientos rionegrinos de la empresa.

 

La huelga se cumple por reclamos salariales de unos 200 trabajadores que no fueron acordados pese a la conciliación obligatoria que vence el próximo viernes dictada por la Secretaría de Trabajo de Neuquén. Aunque el ministerio de Trabajo de la Nación pidió intervenir, su participación no fue aceptada por la entidad gremial porque “viola el federalismo y la autonomía de la provincia”.

 

Este conflicto se suma a otro desatado la semana pasada en cuatro yacimientos en la zona de Catriel que obligó a la intervención de la gobernadora rionegrina, Arabela Carreras.

 

Los empresarios y el gremio conducido por el ex senador Guillermo Pereyra dispusieron volver a reunirse el próximo viernes para llegar a una solución definitiva.

 

“Los trabajadores de las otras dos plantas de arena que hay en la cuenca están encuadrados en el Convenio 644/12 mientras que los de YPF no. Trabajan 12 horas por día y viajan 4 desde y hacia la planta y cobran 50 mil pesos cuando deberían estar percibiendo el doble”, dijo el gremialista petrolero.

 

Pereyra, quien enfrenta una dura interna gremial y procesos judiciales -ambos incrementados después de perder su banca en el Senado y la presidencia de la estratégica comisión de Energía ahora en manos de los kirchneristas Silvia Sapag y Darío Martinez- también adelantó que se paralizarán trabajos en otras empresas contratistas de YPF como CISA SA, Temi SRL e Ibáñez Instalaciones.

 

El sindicalista petrolero las acusa de firmar contratos eventuales que dejan a los trabajadores fuera de convenio o favorecen a la UOCRA con quien el gremio petrolero mantiene un largo y violento conflicto. Las arenas compactas son un elemento clave para la perforación en los yacimientos no convencionales.

 

La situación laboral en Vaca Muerta se viene complicando desde que el anterior gobierno de Mauricio Macri congeló el precio de los combustibles, lo que provocó un fuerte malestar en las empresas productoras, muchas de las cuales comenzaron a paralizar equipos y a despedir a unos 1.200 operarios.

 

Sin embargo, la situación no llegó al paro general de actividades por la intervención del propio presidente, Alberto Fernández, y de su ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quienes recibieron a los principales ejecutivos petroleros y a los sindicalistas petroleros.

 

Para este fin de enero, la situación en el principal emporio petrogasifero de la Argentina distaba de ser la esperada por quienes el año pasado invirtieron mas de USD 5.000 millones.

 

Los gremios habían anunciado un paro general de actividades para el pasado 28 cuando cayera la conciliación obligatoria y se atenuó con la intervención presidencial. Sin embargo, las malas liquidaciones salariales fueron aprovechadas por el gremio para dictar este paro de hoy pese al acercamiento de Pereyra con Fernández, en clara contraposición a la línea que siguió el gobernador Omar Gutierrez con Macri.

 

“Sabemos que la situación del gobierno es complicada y nosotros vamos a acompañar, pero no lo vamos a hacer con compañeros en la calle”, dijo Pereyra en su momento, pero al mismo tiempo le pidió a Fernández que frene las suspensiones y los despidos en el sector y baje las retenciones, un reclamo de toda la industria que mira expectante y con desconfianza lo que puede hacer el Gobierno, especialmente con la ley petrolera que se discutirá en el Congreso.

 

“No nos queremos meter en la discusión de precios que lleva adelante el Gobierno, pero entendemos que en un escenario donde hay un crecimiento del crudo por los conflictos bélicos se podría trabajar en un sendero respecto del congelamiento del litro de combustible. Lo mismo con el tema retenciones. Entendemos que se puede marcar un camino y proponer bajar de 8% a 5% para aquellas empresas que más inviertan”, propuso Pereyra ya fuera de la banca pero con fuerte peso gremial en una industria clave para la provincia y el país.