Paraná veneró a San Cayetano
|Bajo el lema “Con San Cayetano levantemos los ojos al cielo”, miles de fieles peregrinaron por el barrio San Roque de la capital entrerriana en conmemoración del Santo del pan y del trabajo. Luego de la procesión, se realizó la misa central que fue presidida por el arzobispo Juan Alberto Puiggari. Galería de fotos exclusivas.
“Nos tiene que doler en el alma la pobreza”, enfatizó al expresarse en la homilía, monseñor Juan Alberto Puiggari, afirmó que “es un escándalo que haya tanta pobreza” en Argentina.
“Tenemos necesidad de pedir y mucho, le pido a San Cayetano por lo que cada uno de ustedes tienen en su corazón. En Argentina no hay paz, hay violencia en el corazón, hay mucha rivalidad, hay violencia que se manifiesta de muchas maneras, como ejemplo en la inseguridad de todos los días. No podemos hacer casi nada que no sea con violencia, desde un partido de futbol hasta un acto político y eso le duele a Dios, le duele a San Cayetano, por eso le pedimos la gracia de pacificar nuestro corazón con la gracia de Cristo”, consignó.
“También le pedimos pan. Es un escándalo que haya tanta pobreza, tanta hambre, nos tiene que doler en el alma y le pedimos trabajo, porque el trabajo dignifica. Muchos que tienen trabajo no les alcanza para vivir, muchos trabajan con sueldos indignos y muchos no tienen trabajo. Un pueblo sin trabajo no tiene futuro, necesitamos un pueblo que trabaje, un pueblo digno que enseñe a los niños la cultura del trabajo”, indicó Puiggari y resaltó: “Me duele en el alma la situación de los argentinos”.
El arzobispo mencionó además que: “El problema de los argentinos es que nos hemos olvidado de Dios, de las enseñanzas de Jesús, de la ley del amor, del espíritu de servicio y si no recuperamos lo fundamental, todo lo otro será en vano”.
“Le pido a San Cayetano paz, pan, trabajo, que los argentinos recuperemos a Dios en nuestras vidas, viviendo a espaldas de Dios nunca vamos a salir adelante. Pero así como pedimos él nos dice hagan algo. Tenemos que salir de la queja inútil y ponernos a cambiar esta Argentina que tanto queremos. En los próximos días son las elecciones, y Dios quiere que sean pacíficas y que cada uno votemos en conciencia frente a Dios, no es un River – Boca”, acotó el prelado.
Para concluir, reflexionó que: “En Paraná hay una pandemia silenciosa que son las adicciones, las drogas, y las callamos, pero está matando a nuestros niños y jóvenes, y las drogas caen en corazones heridos, hay mucho que hacer” y en este sentido, llamó a no ser indiferentes ante este flagelo”.