Paraná, la Ciudad de los Cables
ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Hemos destacado la medida y procedimiento de ejecución inherente al retiro de carteles “bandera” en la ciudad de Paraná. Concebimos ello como una disposición inteligente. Sin embargo, la ciudad sigue deslucida por tantos cables que generan una visual tan desprolija como enmarañada. Galería de postales exclusivas tomadas en la Peatonal.
Sinceramente, desconocemos si algún concejal se ha preocupado por ello. Ídem, si desde la legislatura hubo proyecto alguno respecto al alterado cuadro.
En realidad cuesta mucho leer en los medios locales data de ésta índole, y mucho menos análisis inherentes a coyunturas relativas a gestión política deficiente.
Por un lado, sufrimos una ineficaz divulgación oficiosa de parte de ediles, senadores y/o diputados, entendiéndose que es “información” de relieve solo aquella gacetilla parcializada respecto a lo que la autoridad o hasta el mismo mensajero conciben como “operable”.
Por el otro, la “selección” de las noticias por parte de los medios es muy particular. Digamos que digitada de acuerdo a pautas publicitarias o hasta a la relación periodista-funcionario, periodista-jefe de prensa.
Y, admitimos, nuestro lazo muy poco consistente con el poder político a raíz de la INDIFERENCIA justamente de ésta paradójica casta para con los humildes sitios, o periodistas a los cuales consideran “NO ENCOLUMNADOS” por el sencillo fundamento de no obedecer o someterse a determinados “modelos” VENDIENDO sus ideales, sus principios, sus postulados, sus axiomas profesionales y hasta personales, a cambio de un puñado de billetes.
Los políticos y sus asesores entienden que la “inversión” en cuanto a difusión debe realizarse:
a-en los medios “grandes” (El Diario-Uno-Canal 9-Canal 11-LT 14);
b-en aquellos espacios donde la política “da que hablar” no importando la CALIDAD del mensaje;
b-en programas, o sitios web conducidos por “amigos” del poder;
d-con agencias de las cuales se puede sacar un diezmo.
Sí, así de concreto. La clase política, en líneas generales, ESTÁ PÉSIMAMENTE orientada en materia periodística, en parte porque eligen mensajeros mercenarios habituados a la mediocridad, porque se paga poco y el mensajero hace de todo para juntar una suma digna de morlacos, porque el “ser político” es sinónimo de SOBERBIA, de VANAGLORIA, de ALTIVEZ, de ARROGANCIA.
Así, retomamos el rumbo de la Editorial, y les contamos que uno de nuestros últimos sondeos de opinión se basó en verificar si el promedio de la ciudadanía conoce ALGO acerca de si hay, o hubo algún proyecto para erradicar el cableado por aire, contemplándose con los cómputos definidos de la tarea de campo realizada, que en Paraná TODOS repudian esa deplorable imagen, y NADIE ha leído algo sobre labor del cuerpo de ediles o surgida desde Cámara Baja o Alta.
Tan concreto, como lapidario… De las MIL personas entrevistadas, NI SIQUIERA UNA tenía la más vaga idea acerca de éste tema. Y el 90 % considera paupérrimo que a diario uno eleva la mirada al cielo y se encuentre hasta en la terraza o patio de su casa y uno o más cables surquen el aire de por sí cada vez más contaminado de la capital entrerriana.
No profundizaremos la estadística pues, insistimos, hubo un 100 % que reconoció NO HABER LEÍDO JAMÁS UNA SOLA LÍNEA en cuanto a ésta problemática.
Por ende, invitamos a concejales, senadores, diputados a que si ALGUNA VEZ se encargaron de como mínimo PENSAR en tan delicada inquietud o contrariedad de los vecinos, nos envíen el proyecto redactado y nos tributen detalles sobre su tratamiento, promulgación y APLICABILIDAD.
Pero, amén de ello, no debe ser solo contemplado la incomodidad estética sino el riesgo de toda índole que ocasiona la acumulación de cables de todo tipo y/o servicio, algunos de ellos en desuso, los cuales suelen caer sobre las calles y veredas, convirtiéndose en trampas para peatones y automovilistas.
Al parecer, ningún edil, ningún legislador quiere mejorar el aspecto de la ciudad o mucho menos se preocupa por la inseguridad que este caótico cableado produce.
