Obra Social Militar: malestar por nombramiento de asesores con sueldos exuberantes
|A poco de asumir en Defensa, el ministro Luis Petri premió al médico Oscar Sagás con el puesto de presidente del directorio de la obra social castrense, Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas y de Seguridad (IOSFA).
El doctor mendocino, especialista en Medicina Interna, Nefrología y médico procurador de órganos, está en el ojo del huracán por críticas de los afiliados relacionadas a nombramientos de 8 colaboradores con sueldos abultados. La información circulante en grupos de beneficiarios castrenses, chequeada por los colegas de Ámbito Financiero, habla de la contratación de especialistas en sanidad, todos provenientes de la provincia de Mendoza, con haberes cercanos a los 3 millones de pesos.
Sagás llegó al IOSFA por cercanía política con Luis Petri, fue subsecretario de Salud de Mendoza, compitió (perdió) por la candidatura a la intendencia de Godoy Cruz dentro de Cambia Mendoza. Petri iba como precandidato a la gobernación del espacio en las PASO 2023. El conjunto de “expertos” traídos de Mendoza funge como núcleo asesor del presidente del IOSFA sin encuadrar en la orgánica vigente de la entidad.
“La suma de esas contrataciones representa una erogación extra que no se condice con la supuesta política de ajuste y austeridad del gobierno, además esos sueldos exorbitantes se pagan con nuestros aportes, desde el soldado, el cabo, al general ponen para unos pocos privilegiados”, manifestaron a este diario afiliados militares.
El monto acordado por Sagás a sus especialistas-asesores contrasta con el salario que se fijó a los uniformados en el reciente aumento anunciado por Defensa. Con el nuevo incremento, la máxima jerarquía –teniente general, almirante y brigadier general- percibirá un haber mensual de $1.416.218, desde el 1 de febrero. Los suboficiales mayores tendrán un sueldo de $743.109 y un cabo percibirá $383.085. El reproche al mandamás del IOSFA tuvo una segunda temporada de críticas al revelarse que conchabó un secretario privado; figura no contemplada en la estructura del organismo; y le fijó un sueldo de 2.3 millón de pesos.
A esos extremos administrativos con efectos en los fondos que proveen los afiliados a partir de la cuota mensual, se agregaron otros, por caso, la previsión de pagar movilidad y alojamiento. El presidente Sagás su secretario privado y los ocho asesores, todos oriundos de la tierra del sol y del buen vino, enarbolan la compensación por desarraigo. La hotelería no fue problema: se gestionó en el Círculo de la Fuerza Aérea que en el ambiente castrense se le conoce como “Sheratoncito”, ubicado en avenida Libertador, localidad de Vicente López, instalación con restaurante, pileta, cancha de tenis y otros amenities.
El IOSFA surgió en 2013 cuando por decreto DNU 637/13 se unificaron el Instituto de Obra Social del Ejército (IOSE), la Dirección de Bienestar de la Armada (DIBA) y la Dirección de Obra Social de la Fuerza Aérea (DIOSFA). El directorio, 10 miembros, máximo órgano de conducción del instituto se compone de personal superior de las fuerzas armadas y de seguridad, todos en situación de retiro más representantes de personal civil del ministerio y de las fuerzas de seguridad. Se reservó a la política la silla de presidente del directorio, designación exclusiva del ministro de Defensa.
Esta movida supernumeraria del mendocino Sagás recuerda la que intentó Pedro Barrios, ex presidente de IOSFA designado por el entonces ministro de Defensa, Oscar Aguad (Pro-UCR). Barrios había decidido que la entidad no cuente más con personal militar y de seguridad en sus estructuras de gestión. Pidió al radical Aguad la modificación del artículo 28 del decreto 637/13 para “dejar de considerar al Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas como destino militar”. Fracasó. Aquella iniciativa fallida puso en superficie la lucha entre la voracidad de la política por espacios en la administración pública donde ubicar sus cuadros y la defensa de quienes son desplazados por imperio del poder de turno.
Hay un condimento que sazona aún más el menú; la caja; monto superior a 980 millones de pesos anuales que generan los más de 650.000 afiliados al sistema.