Nos reconforta que La Nación coincida con nuestra visión
|La Nación es uno de los medios periodísticos con mayor predicamento en el mundo. Hoy, en su Sección Deportes, titula: “El cierre de una gran temporada, con la imagen que más preocupa a la Liga Nacional”, abordando la conclusión de la LNB 2015/2016 y vinculando el fresco culebrón gestado ayer tras asamblea de la AdC en la cual se habilitó la contratación de ocho fichas de extranjeros y el gremio de los jugadores decretó una veda contractual. Sumo placer nos provoca que el autor de la nota coincide con nuestra visión, con criterios ya volcados en Cuestión Entrerriana y constan -irrestiblemente- en los archivos de esta web.
No nos extenderemos en el análisis de la Columna precitada. Iremos al grano y la exponemos sin enmiendas ni agregados.
Solo acotaremos previamente, que tan locos no estamos. Sí, hemos esgrimido una postura rebelde a muchos dislates, desatinos, disparates brotados desde una irracional Asociación de Clubes donde prima la insensatez y sigue sin aparecer la dosis imprescindible de autocrítica.
Nos emociona que La Nación vuelva a tener un redactor con la “pimienta” que lucía el inolvidable Miguel Romano. Y que hable claro. Sin vueltas, sin dobleces.
Nos conmueve saber que hay colegas que tienden a esgrimir una noción revolucionaria, a reconocer que es insoslayable proceder a cambios maduros, equilibrados, reflexivos, y no seguir incurriendo en despropósitos, en absurdos.
Nos moviliza saber que un medio de semejante jerarquía internacional concuerde con nuestro criterio expuesto en decenas de Editoriales que han sido sojuzgados con mordacidad, histrionismo por una dirigencia arrogante, altanera, porfiada orillando en el límite de lo grotesco.
Nos motiva saber que nada más y nada menos que La Nación propicia la misma rebelión que impulsamos desde hace tantos años contra la obsecuencia, la sumisión, el acatamiento quizás espurio, o contrahecho en pos de beneficios particulares por otros colegas que HACE MUCHO podrían haber marcado el terreno para una PROFUNDA transformación teniendo herramientas y vías de comunicación de altísimo prestigio para lograrlo, sin embargo, optaron por APOYAR REMARCADAMENTE a las distintas gestiones AdC/CABB.
Quizás, tal vez, haya intenciones de propender esa mutación inexorable. Aquí estamos… Como siempre, con las mejores intenciones de promover una metamorfosis conveniente a TODOS y no a un grupúsculo ilegítimo.
La nota
El cierre de una gran temporada quedó marcado por esa imagen en la final. Los jugadores de San Lorenzo y de La Unión se juntaron para mostrar un cartel que decía “#porunaligaNACIONAL”. Así, remarcando la palabra Nacional con mayúsculas, y mostrando el descontento por una reciente medida de la Asociación de Clubes que, para la próxima temporada, liberó ocho fichas de mayores para extranjeros, lo que se supone que podría hacer peligrar las fuentes laborales y el desarrollo de los basquetbolistas nacionales.
El juego de palabras incluye hasta el cambio de nombre de la competencia, que pasó a llamarse oficialmente La Liga, quitando la palabra Nacional por cuestiones de marketing.
Tras esta medida, la Asociación de Jugadores decretó una veda contractual, por lo que no se pueden firmar nuevos vínculos por el momento.
¿Es posible que un equipo ocupe todas sus fichas de mayores con extranjeros? Es difícil pensar que eso ocurra. En todo caso, los dirigentes están utilizando esta medida como una herramienta de presión para que los jugadores nacionales bajen sus pretensiones salariales.
Se ha generado un círculo vicioso en el que todas las partes (dirigentes, jugadores, agentes) están haciendo algunas cosas incorrectas. No están mal ciertas discusiones. Así es como debe ser, cada parte pelea por estar mejor. Lo que no debe ocurrir es que con tal de conseguir lo que uno busca, comiencen a torcerse las reglas. Así como están planteadas las cosas, parece que esto es una disputa imposible de resolver. Para encontrar una salida, todos deberán sincerarse.
Una de las frases más escuchadas es que “los jugadores cobran un dinero que la Liga no genera”. Pues si es así, los culpables son los dirigentes, que con tal de armar un equipo competitivo aceptan y motivan las subas en las disputas por las contrataciones. No deberían pagar sueldos tan elevados.
Pero también es muy común escuchar que muchos jugadores -y algunos entrenadores- cobran parte de su salario (y una porción importante) en negro, para eludir las cargas impositivas. Si esto es así, son también los jugadores y los agentes los culpables por aceptar una modalidad fuera de la ley. Y no es un tema menor.
Pero también a ciertos los clubes les conviene evadir cargas impositivas. Para bajar los presupuestos y porque, además, algunos tienen ingresos desde municipios o gobernaciones provinciales que no están debidamente acreditados. Así es como se completa el círculo vicioso.
Muchas veces suele plantearse la posibilidad de imponer un tope salarial, al estilo NBA. Sin embargo, ese tope sería irreal. Si se paga en negro, el dinero seguiría circulando fuera de norma. Además, si los jugadores cobraran la totalidad de sus salarios en blanco, deberían aceptar que el dinero del bolsillo podría ser menor. Como sea, alguien tendrá que ceder.
El balance de temporada
Hay una buena cantidad de motivos para creer que la Liga es un producto que puede crecer y generar los ingresos que le permitan ser una competencia saludable.
En la temporada 2015/16 hubo muchas razones para ilusionarse. La Liga tuvo:
Grandes equipos, como Olímpico, Quimsa, San Lorenzo, La Unión, Regatas, Bahía Basket, Obras, Gimnasia y Esgrima de Comodoro.
Muy buenos entrenadores. Los de más experiencia, como Sergio Hernández, Julio Lamas o Guillermo Narvarte, de gran trabajo llevando a La Unión a la final. Y los más jóvenes, como Nicolás Caslánguida, entre los consagrados, o Sebastián Ginóbili, entre los que comienzan a abrirse paso.
Esperanzadores proyectos jóvenes. Bahía Basket lideró este rubro, con Gastón Whelan, Lucio Redivo, Juan Pablo Vaulet y su hermano Santiago (lesionado durante los playoffs), pero también ilusionan Luca Vildoza (Quilmes), José Vildoza (Libertad), Javier Saiz (Regatas), Gabriel Deck (Quimsa), entre otros.
Extranjeros de jerarquía, tales los casos de Jeremiah Wood (San Martín), Justin Williams (Olímpico), Sam Clancy (Gimnasia), Walter Baxley (Quilmes), Dennis Horner (Obras), Lee Roberts (Libertad), Anthony Johnson (Bahía), sólo por mencionar algunos.
Jugadores históricos todavía en gran nivel, como Leo Gutiérrez (Peñarol), Walter Herrmann (San Lorenzo), Paolo Quinteros (Regatas).
Playoffs muy competitivos (exceptuando la final), que permitieron espectáculos de mucha emoción durante el último mes.
Hubo medidas bienintencionadas como el intento de jerarquizar la imagen de la competencia, aunque no siempre se haya acertado con la forma. Y fue un avance enorme que la gran mayoría de los partidos hayan sido transmitidos en directo por streaming a través de la página oficial.
Pero también quedan muchas cosas por mejorar, como que la web esté al día en cuestiones elementales, como la actualización de los planteles y estadísticas. O que no se produzcan fallas que no permitan ver las estadísticas online justo en el partido definitorio.
Y si se habla de lo deportivo, hay varias cosas que en esta última temporada marcaron un retroceso:
El calendario sin días fijos de competencia hizo que fuera difícil para el hincha tener regularidad para ir a la cancha. Muchos partidos se jugaron con gimnasios casi vacíos. Tal vez la Argentina no esté preparada para el sistema de la NBA. Es más difícil programar los tiempos para ir a ver básquetbol si cada semana se juega en un día distinto.
Ese mismo sistema hizo que muchos equipos quedaran atrapados en giras enormes con un desgaste excesivo y ya sin la posibilidad de tener aquel acuerdo con Aerolíneas Argentinas que permitía ahorrar tiempos de viaje. De todos modos, aquella tampoco era una solución completa. Hay plazas en las que no hay aeropuertos o conexiones directas, por lo que el viaje en ómnibus es obligatorio.
Otro problema es la desaparición de los equipos argentinos del plano internacional. Justo cuando FIBA Europa y FIBA Américas llegaron a un acuerdo para jugar la final Intercontinental (desde 2013), nuestro equipos perdieron fuerza. No se gana un título de Liga de las Américas desde 2011. ¿Cuál es el motivo? Es cierto que no hubo un recambio de jugadores que permitiera tener la jerarquía de antes. Pero además, la limitación en las fichas de mayores, hizo que los planteles sean más cortos, restando posibilidades a nivel internacional. “Si no se liberan las fichas nunca más vamos a tener chances internacionales”, reclamó Sergio Hernández hace tres meses. Ahora las fichas se liberaron, pero de un modo que desató otro conflicto.
Hay diferentes posiciones luchando por imponer su modelo de Liga. Y hubo, en el camino, cierta intolerancia entre partes, con contestaciones a veces agresivas cuando alguien cuestionó una u otra posición. Tal vez las críticas son elementales en este asunto. Sin alguien que señale los errores, jamás serán resueltos.
Foto: Gentileza LigateunaFoto.com.-