“No al Cientificidio”: miles de científicos del Conicet reclaman ante el recorte de presupuesto

Con el sello y la impronta de El Eternauta, miles de investigadores, científicos y becarios del Conicet se congregaron esta tarde en el Polo Científico y Tecnológico de Palermo, en CABA, donde funciona el Ministerio de Ciencia y Tecnología para protestar por el recorte presupuestario y la crisis que vive hoy la comunidad científica en general en todo el país, con salarios atrasados, falta de recursos para investigaciones y recorte de becas.
“No al cientificidio”, “Nadie se salva solo”, “Una nieve tóxica contra la ciencia y la universidad”, se leía en los muchos carteles y banderas que sostenían científicos disfrazados con la estética del cómic y la serie recientemente estrenada de El Eternauta.
Vestidos con delantales, ambos, trajes de buzo y portando máscaras de diversas formas y colores, algunas de ellas dibujadas o improvisadas con bidones de agua, los investigadores denunciaban a los micrófonos presentes y a la gente que se convocaba en la calle Godoy Cruz, los distintos problemas presupuestarios y salariales que atraviesan.
“La ciencia está en crisis en Argentina. Los salarios están muy atrasados respecto a los países vecinos. Se gana un tercio menos, con el mismo costo de vida. No hay ingresos al Conicet, no hay entrega de subsidios para investigaciones y hay un desinterés por el sistema científico y tecnológico por parte de las autoridades nacionales que no dialogan”, explicó el doctor Guillermo Durán, decano de Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
La licenciada Ana Arias, decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA también reclamó mejores condiciones de trabajo, más presupuesto y becas de investigación por parte del Conicet. “Esta convocatoria busca visibilizar los distintos reclamos salariales y de recursos que este Gobierno se empecina en recortar. Buscamos generar conciencia sobre las consecuencias a largo plazo de los recortes en ciencia y tecnología. Tener un sistema científico y tecnológico prestigioso llevó varios años y hoy vemos cómo se está perdiendo”, precisó.
“Conformar un equipo científico lleva muchos años. Una beca doctoral son 5 años de dedicación. Y hoy vemos hasta desinterés por parte de los jóvenes en la ciencia porque no ven un futuro auspicioso, un país que los respalde con un buen salario y presupuesto para sus investigaciones. Inclusive hay menos interesados en anotarse a becas”, alertó Arias, que remarcó la crisis en la que está hoy sumergida la ciencia argentina.
En el acto distintas universidades, organizaciones sociales y particulares hablaron a los convocados en la explanada exterior del Polo Científico y Tecnológico, visibilizando la falta de inversión en estos sectores que “compromete el desarrollo económico, social y cultural del país, dejando a Argentina en una posición de vulnerabilidad frente a los desafíos globales”.
“Buscamos evitar que nuestro país se quede sin ciencia, sin tecnología y sin futuro”, denunciaron por ejemplo desde la Facultad de Veterinaria, donde argumentaron que un 30 por ciento de profesionales renunciaron recientemente.
Según datos recopilados por el grupo EPC (Economía Política Ciencia), especializado en informes sobre el sistema científico nacional, el presupuesto para ciencia y tecnología ha caído a niveles históricamente bajos.
Además, la Función Ciencia y Tecnología del Presupuesto Nacional caerá un 24,9% en 2025 y alcanzará apenas el 0,153% del PBI, según el mismo estudio.
Según la Ley de Financiamiento de la Ciencia, votada por unanimidad en el Congreso en 2021, este año debía alcanzar el 0,45% del PBI. “De este modo, la Función CyT alcanzará una caída equivalente al 55,5% en diez años, mientras que el CONICET lo hará en 34,7% en el mismo tiempo”, destacó el informe.
Además, el crédito vigente de 2025 asignado a salarios en ciencia supone una caída real interanual del 28,4% y el asignado a becas un 22,7%.
Por último, las organizaciones denuncian un proceso de desmantelamiento en instituciones clave como el CONICET, el INTA y ARSAT.