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#NiUnaMenos no unió… Disgregó…

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- La convocatoria de ayer, en el marco de la Campaña Nacional #NiUnaMenos pudo haber sido el paso inicial a un símbolo de UNIDAD del Pueblo argentino. Sin embargo, desde diferentes ámbitos de la sociedad, por ejemplo gremios, sindicatos o esferas políticas, se rubricaron inequívocas señales de desmembración.

 

Una pena que tan loable objetivo sea empañado por ideologías EVIDENCIADAS, por ejemplo, en fracciones que ni siquiera en tan loable movida, se hayan podido dar un paréntesis pacífico y propenso a edificar.

Seguimos impulsando el dogma inherente a que tenemos el derecho a vivir en una sociedad sin violencia, y así como nos duele y conmueve la muerte de una mujer cada 36 horas, lo cual nos habla de espacios de una extrema vulnerabilidad y desigualdad, nos inquieta que desde sectores donde reclaman un tratamiento serio de las situaciones de violencia de género, y exigen al Estado se posicione como principal protector y garante de los Derechos Humanos, para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, surja una contradicción flagrante como la que puede apreciarse en las distintas postales de la jornada de ayer.

 

Este 3 de junio podía marcar un antes y un después en cuanto a la necesidad de unirnos con otros/as y alzar la voz contra la violencia, denunciarla y no descansar hasta detenerla; de modo fundamental, actuando ante la dolorosa situación de tantas mujeres pobres, obligadas a vivir en condiciones de peligro, de explotación, relegadas al margen de las sociedades y convertidas en víctimas de una cultura del descarte.

 

Era un gran momento para aunar voces, sentimientos, gestos para la más decidida que nunca promoción y defensa de la mujer, impulsando a la comunidad nacional toda hacia un compromiso profundo por el respeto de la misma y el enaltecimiento de su rol social.

 

Era LA FECHA para redimensionar un imperioso reconocimiento a la dignidad de la Mujer, exhibiendo un signo impostergable de madurez social.

 

Era EL DÍA para concientizar a TODOS los argentinos acerca de la violencia psicológica, física, sexual, espiritual de muchas mujeres que padecen por amenazas, humillaciones, golpes, acosos, discriminación, explotación, esclavitud, hasta llegar al extremo lamentable del femicidio.

 

No obstante, primaron banderías, sectarismos, intransigencias, intolerancias y hasta vedetismos, protagonismos pueriles, innecesarios, infecundos, improductivos.

Una vez más, como tantas veces, se “politizó” una marcha que debía contener plena identidad solidaria. Peor todavía. Una convocatoria terminó dispersándose en 3 o más encuentros. Triste, y preocupante. Todos, y cada uno de los que no lograron consolidar al menos UN RATO de UNIÓN, son RESPONSABLES y dieron un ejemplo de lo MAL que estamos como COMUNIDAD.