Nadia Burgos: “La especulación crece y el gobierno la deja correr, hay que frenarlos con movilización”
|ESPECIAL, por Nadia Burgos (*) Estamos frente a dos caras de una misma moneda, la de las políticas de ajuste y la de la especulación de los grandes sectores que el gobierno deja que corra y se profundiza frente a la crisis económica, social y política que estamos viviendo. Vemos que cambió el ministro de economía pero que las recetas de ajuste se profundizan.
En estos días hubo reuniones entre los grandes empresarios del rubro de la alimentación y de cadenas de supermercados donde el Gobierno de la mano de Scioli (ministro de la producción) expresó como conclusión que para salir de esta situación se necesita hacer “esfuerzos compartidos”. Los y las trabajadoras sabemos que eso significa más ajuste.
Lo sabemos porque lo vivimos en carne propia y porque en nuestra provincia ya empezó. El ejemplo es el intento de cierre del supermercado Vea que hoy tiene a sus trabajadores en estado de alerta y van a movilizar al ministerio de trabajo para exigir que se mantengan todos los puestos de trabajo. Desde el MST somos categóricos: el gobierno sigue al pie de la letra las recetas ortodoxas del FMI y por eso se reúne con los empresarios para garantizarle las ganancias extraordinarias, no para pararle la mano.
No impulsa ninguna medida concreta como por ejemplo aplicar la ley de abastecimiento, o poner precios máximos; tampoco habla de aumentar retenciones a las exportadoras de alimentos, responsables de que consumamos productos que produce el país a precios internacionales. Algo similar pasa con las hipócritas exigencias del agronegocio que ayer se movilizó y realizó un acto en Gualeguaychú, acompañado por todo los sectores de derecha.
Este sector viene siendo ampliamente favorecido por las medidas del gobierno, solo por poner algunos ejemplos se benefician con el precio del dólar para importar, especulando con la liquidación de granos a la espera de una nueva devaluación que los favorezca, previo a los anuncios de Batakis consiguieron una reducción de déficit fiscal y hoy pagan de tributos un 33% menos que en 2015.
Las exportaciones que realizan son a declaración jurada sin un control fehaciente por parte del Estado. Las formas de producción extractivistas también cuentan con el aval estatal y producen impactos sociales y ambientales profundos, quemas de humedales, fumigaciones, pérdida de biodiversidad por la expansión de la frontera de producción, mientras seguimos teniendo un 40% de la población pobre. Es decir es un modelo productivo que favorece a unos pocos y empobrece a millones.
Esa dinámica desigual es la que tiene que terminar. El gobierno de Alberto, de Cristina y de Silvina Batakis ya eligió un rumbo, es el de garantizar las ganancias de los sectores concentrados, del FMI y hacerle el juego a la derecha y no el de resolver los problemas de las mayorías sociales.
Desde la Izquierda seguiremos impulsando la necesidad de un paro nacional y plan de lucha que tuerza el camino del gobierno y fundamentalmente construyendo una alternativa política de y para las mayorías sociales, y las y los trabajadores.
Una alternativa con un programa y plan obrero para salir de crisis que impulse: congelar los precios y aplicar la ley de abastecimiento con toda su fuerza junto a controles reales para frenar la especulación a cargo de comisiones de trabajadores y consumidores. Sancionar duramente y expropiar sin pago a los que acaparen y aumenten los precios de los productos. Eliminar el IVA a los alimentos y los productos de la canasta familiar. Nacionalizar el comercio exterior para asegurarnos que la producción alimentaria del país se ponga al servicio de alimentar a la población y no de los grandes negocios de los pulpos alimenticios. Subir retenciones y nacionalización de la tierra y reforma agraria, para terminar con la concentración en pocas manos.
Es urgente y necesario impulsar una trasformación productiva hacia un modelo con tierra para las comunidades, los trabajadores rurales que la trabajen para la producción de alimentos y no de commodities, por eso también hay que generar una transición hacia la prohibición de agrotóxicos y transgénicos. Claro está que para aplicar estas medidas de emergencia hace falta otro programa económico, que tiene que empezar con romper el fraudulento acuerdo con el FMI, para esto sobra fuerza social pero falta voluntad política.
(*) Dirigente del MST en el FITU.-