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Nacional B: y Patronato consumió un exquisito banquete

Patronato ganó en el “15 de Abril” santafesino. Derrotó al encumbrado Unión. Una victoria estimulante. Un triunfo reconstituyente no solo por los tres puntos y el zafar al apremio por los “Promiedos”. Un retemplar el ánimo trascendente para lo que viene de aquí en más.

Fue la segunda vez que Patronato suma de a tres y si bien el apremio por el “Promiedo” del descenso se mantiene inalterable, el ganar adquiere trascendencia en la recuperación mental luego de un declive pronunciado.

Paciencia, inteligencia, astucia, convicción fueron valencias psicofísicas determinantes. Pero así como los hombres se desenvolvieron con sagacidad, practicidad y eficacia, hubo un libreto pergeñado para el 11 vs. 11 y una repentización adecuada y oportuna para saber leer la mutación táctica replanteada por el anfitrión cuando el penal y la expulsión de uno de sus hombres provocaron la imperiosa necesidad de mutar.

Sin abundar en análisis exhaustivos traducimos: Patronato supo defenderse con tanta tenacidad como viveza para restarle espacios a su oponente y en sí jugar con la ansiedad “Rojiblanca”. Supo contener equilibradamente, evitando desacoples e inestabilidades, y supo aprovechar las circunstancias más propicias de acreditarse el derecho a gritar bien fuerte.

Ahora, con esta reparación del proyecto inicial, será el momento de consolidar los pilares para re-edificar un mañana sin tantas inquietudes. Materia prima hay, herramientas también. Hay obreros, hay capataces, hay arquitectos, hay ingenieros y hay inversionistas como para terminar de construir una sólida obra, y hay espectadores ávidos por asombrarse y celebrar el éxito de la empresa asumida. De eso no cabe la menor duda. Solo resta combinar, fusionar todo en la exacta medida para dejar atrás un proceso inestable.

Uno x uno

Sebastián Bértoli (8): con compañeros seguros, el Sebas se contagia y luce su sobriedad. No lo calificamos con mayor puntuación pues Unión tampoco lo sometió a un asedio producto de la firmeza de su zaga y así solo nos referimos a las acciones en las cuales el “1” exhibió su capacidad.

Víctor Soto (6): enorme actitud y presencia firme. No está cómodo en el lateral, sin embargo dejó todo por disimular sus carencias en dicho sector.

Fernando Fayart (8): éste es el “Turco” que deseábamos ver. Sólido y con un timming sobresaliente para quitar como para salir.

Maximiliano Flotta (8): a falta de Moreyra, nace una nueva dupla con Fayart. Se entendieron como excelentes socios. Un debut que permite ilusionarnos con que haya sido el punto y aparte a los defectos defensivos.

Mauricio Mansilla (7): garra, mentalidad 100 % concentrada. Expeditivo cuando fue necesario. La tuvo complicadísima en ciertos pasajes pero salió airoso por voluntad propia o cierres de sus compañeros.

Cristian Devallis (6): ductilidad en el trato de la pelota sin perder el objetivo de ser solidario a la hora de la contención.

Marcelo Guzmán (5): los minutos en cancha lo mostraron demasiado tenso y con una cuota de imprecisión e inestabilidad no habituales.

Mariano Echagüe (7): tras un primer tiempo lejos de lo que viene tributando, en el segundo se comió la cancha y volvió a ser clave.

Fernando Cravero (6): mejoró notablemente. Destacado trajín. Un ir y venir con energía derrochada a tope.

Diego Jara (5): más allá del penal re-contra valorado se diluyó ante la defensa “Rojiblanca”. Como siempre dio todo en la faz despliegue de auxilio a sus medios.

Jonathan Bauman (5): tuvo movimientos interesantes de espaldas al arco como pivote. Poco a poco lo fueron anulando y en sí Patronato apostó a otra cosa.

Leo Ferrero (5): temperamento intacto. Poca claridad y como fuera de timming para la recuperación.

Emanuel Urresti y Juan I. Sotelo: tuvieron pocos minutos como para ser analizados en profundidad.