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Murió Ernestina Herrera de Noble

Ernestina Herrera de Noble, directora del Grupo Clarín, murió hoy a los 92 años. Estuvo al frente del diario Clarín desde enero de 1969, tras la muerte de su esposo y fundador de la publicación, Roberto Noble.

 

Herrera de Noble falleció a las 10:20 de la mañana en el Instituto del Diagnóstico, donde permaneció internada varios días. Si bien en un principio el cuadro que parecía no parecía grave, se complicó con una infección, según informaron desde su entorno. La familia decidió que hará una ceremonia íntima para despedir sus restos.

 

Biografía. Ernestina Laura Herrera de Noble nació en Buenos Aires el 7 de junio de 1925. Fue la menor de los seis hijos del matrimonio de Juan Herrera, profesor de Filosofía y Letras, y María del Carmen Morales, pianista.

 

Asumió la dirección de Clarín el 21 de enero de 1969 tras la muerte de su esposo y fundador del diario, Roberto Noble. Fue la primera mujer en hacerse cargo de un diario de venta masiva en Sudamérica.

 

“Llegué con una tremenda determinación: debía continuar la obra de Noble. No imitándolo, porque las personas son insustituibles y cada uno tiene su estilo. Pero sí teniendo presentes sus principios”, sostenía en una entrevista la directora de Clarín al recordar el momento en el que asumió su cargo.

 

Bajo su conducción, el diario se transformó en el más vendido de habla hispana y el octavo en el mundo. De este modo, comenzó su proceso de diversificación a otras tecnologías de la comunicación, como la radio, la televisión, el cable e Internet, que posteriormente conformaron el Grupo Clarín.

 

Durante su carrera recibió numerosas reconocimientos, entre ellos la Legión de Honor en grado de oficial por el gobierno francés, la Orden al mérito de la República de Italia, la Real Orden de Isabel la Católica de parte del gobierno español y el Premio al Logro Editorial por la Asociación Mundial de Periódicos.

 

Fue miembro del Instituto de Prensa Internacional y del Consejo del Museo Internacional de Televisión y Radio, y la primera editora latinoamericana en integrar el Comité Consultivo de la UNESCO para la Libertad de Prensa.

 

En 2002, atravesó uno de los momentos más dolorosos de su vida. El 17 de diciembre de ese año, el entonces juez federal de San Isidro, Roberto Marquevich, la detuvo sin siquiera haberla citado a declarar, basándose en una denuncia carente de pruebas sobre la posibilidad de que los hijos de la Herrera de Noble fueran hijos de personas desaparecidas durante la última dictadura militar. Pocos días más tarde la Cámara Federal de San Isidro ordenó su excarcelación.

 

Al tiempo, la Justicia destituyó al magistrado por haber ordenado la detención sin causa, prejuzgando y con manifiesta enemistad.

 

Las primeras sospechas respecto del origen de sus hijos se habían querido instalar durante el menemismo a través de personajes vinculados a los servicios de inteligencia. Años más tarde, ya en el kirchnerismo, la denuncia volvió a reflotar, apalancada en una ofensiva mediática sin precedentes. La persecución incluyó la toma compulsiva de muestras genéticas de los hijos de la directora de Clarín, el allanamiento a sus domicilios, la modificación de leyes y hasta la amenaza por parte de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner de recurrir a tribunales internacionales si un fallo judicial no favorecía su postura.

 

En 2011, tras contrastar el ADN de los hermanos Noble Herrera con todas las muestras del Banco Nacional de Datos Genéticos, se determinó que no eran hijos de personas desaparecidas. Aunque este resultado fue reconocido por todos los organismos de derechos humanos, la familia Noble no recibió ningún tipo de disculpas. La Justicia determinó el sobreseimiento de la directora de Clarín en todas las instancias.

 

El caso Noble fue el más grave de los hostigamientos que sufrió la directora de Clarín y el Grupo en general. Pero se inscribió en una escalada mucho más amplia y sistemática, que incluyó más de 1200 acciones directas entre 2008 y 2015. A ellas se refirió Ernestina Herrera de Noble en uno de sus últimos discursos al personal del diario.

 

“Hoy Clarín vive tiempos que ponen a prueba nuestra fortaleza y nuestra templanza. Nunca pensamos que, en democracia, el ejercicio de nuestra tarea nos traería tan duras consecuencias. Nunca pensamos que la persecución y los ataques podían adquirir métodos tan brutales. Han puesto todo el Estado contra nosotros. Pero nos seguiremos defendiendo con la verdad y con la ley, como siempre. Este es el costo que pagamos por negarnos a canjear nuestra independencia. Este es el costo que pagamos por seguir reflejando la realidad. Mostrando lo que el poder quiere ocultar o disfrazar. No conseguirán que nos apartemos de nuestro compromiso con la sociedad”, precisó en esa ocasión.