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Murió el represor Miguel Etchecolatz a los 93 años

Este sábado por la mañana se confirmó la muerte del represor Miguel Etchecolatz a los 93 años. En prisión por nueve condenas por delitos de lesa humanidad, todas con sentencia a cadena perpetua, falleció en una clínica de la provincia de Buenos Aires a la que fue derivado por problemas de salud.

Etchecolatz fue subjefe de la Policía Bonaerense durante la última dictadura militar y estaba acusado además de la desaparición de Jorge Julio López.

La muerte del represor en la Clínica Sarmiento de la localidad bonaerense de San Miguel fue anunciada por el Tribunal Oral Federal N°1 de La Plata a los querellantes en las numerosas causas por violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura, por las que Etchecolatz se encontraba imputado y condenado.

También hizo pública la noticia Guadalupe Godoy, una de las abogadas que lideró la querella en su contra en el caso por la desaparición de López. “Falleció Etchecolatz. En cárcel común y sin decir dónde están”, escribió la letrada en Twitter.

El exmiembro de la Bonaerense y mano derecha del general de brigada Ramón Camps murió tras haber sido beneficiado en las últimas semanas con una prisión domiciliaria por motivos de salud. Sin embargo, dicha prerrogativa no llegó a concretarse debido a la cantidad de condenas que lo retenían en una cárcel común. Así lo detalló la propia Godoy esta mañana, al afirmar: “Tenía cinco prisiones efectivas. La domiciliaria que le había dado Casación era en una sola causa y no se había hecho efectiva”.

Por su parte, la diputada nacional Myriam Bregman, quien integró la querella que llevó a juicio a Etchecolatz en 2006, resumió su figura en una sola palabra: “Genocida”. En diálogo con TN, aseguró: “Tuvo una clara conciencia de lo que hizo hasta el final. Jamás, en todas las oportunidades que tuvo, dijo una palabra sobre el destino de los desaparecidos. Él y su patota tenían esa información y nunca la aportaron. Entonces, cuando a veces se hablaba de ‘exgenocida’ o ‘exrepresor’, nosotras, las abogadas, decíamos que no era ‘ex’, porque renovó cada día el compromiso de las desapariciones”.

Tras ello agregó: “Etchecolatz cumplió con parte de un plan sistemático llevado adelante en la Argentina y solo con muchísima lucha hemos logrado condenar a algunos de los responsables. Por eso, también con su silencio guardan la impunidad de tantos otros. Creo que él tenía clara conciencia de ello y siguió a su manera peleando hasta el final. La desaparición de Julio López es parte de esto. Él nunca abandonó la práctica genocida”.

Prontuario

Nacido en la ciudad de Azul el 1 de mayo de 1929, Etchecolatz falleció con múltiples condenas a prisión perpetua, acusado por diversos crímenes de lesa humanidad a través sentencias dictadas en los años 1986, 2004, 2006, 2014, 2016, 2018, 2020 y 2021 que fueron unificadas en una pena única de reclusión.

Su nombre quedó vinculado también con la desaparición de Jorge Julio López, en plena democracia, luego que la declaración judicial del albañil en 2006 como testigo fuera determinante en una causa en contra del expolicía, por la cual fue condenado a reclusión perpetua.

Años después, el 24 de octubre de 2014, el represor y otros 14 exmilitares fueron condenados por delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino La Cacha. Mientras se leía la sentencia, Etchecolatz tenía en sus manos un papel donde se leía el nombre de Jorge Julio López, una imagen que resultó escalofriante a más de una década de retornada la democracia y en el marco del avance de los juicios de lesa humanidad.

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