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Multitudinaria marcha federal universitaria a lo largo y ancho del país

La segunda marcha por la educación universitaria contra el Gobierno de Javier Milei volvió a ser masiva, con miles de personas movilizándose en la ciudad de Buenos Aires y contundentes réplicas en los principales puntos del país, aglutinando a toda la oposición, los sindicatos y las agrupaciones docentes de las universidades públicas.

El rechazo al inminente veto presidencial a la ley de financiamiento universitario fue el principal eje de la protesta y punto central del discurso que los organizadores dieron cerca de las 17.30. Hubo un pedido rotundo hacia los diputados y senadores nacionales para que sostengan la norma aprobada el mes pasado, para lograr los dos tercios en ambas cámaras que contrarresten la decisión de Milei.

Fue la presidenta de la Federación Universitaria Argentina, Piera Fernández, la que le mandó un mensaje directo a Milei: “El pueblo le reclama, señor presidente, que no prospere el veto a la ley de financiamiento universitario”.

Ese pedido lo extendió a los legisladores. “A nuestros representantes en el Congreso, muchos egresados de la universidad pública, les pedimos que de confirmarse el veto sostengan en el recinto la ley e introduzcan las modificaciones al proyecto del Presupuesto 2025 para otorgar a la universidad y la ciencia condiciones que garanticen su funcionamiento”, dijo Fernández.

Y concluyó: “Sigamos defendiendo a la universidad pública gratuita, libre, laica, siempre. No al veto”, concluyó.

La marcha tuvo presencia de todos los sectores del arco opositor, coincidiendo la Unión Cívica Radical, con el kirchnerismo duro representado en La Cámpora, la Coalición Cívica de Elisa Carrió, la izquierda en sus múltiples facciones y sindicatos de peso como la UOM y la UOCRA, entre otros, además de la CGT y las dos representaciones de la CTA.

La propia ex vicepresidenta Cristina Kirchner siguió la protesta desde el Instituto Patria y saludó desde allí el reclamo de los manifestantes que marcharon en las inmediaciones del Congreso.

El radicalismo, con su presidente Martín Lousteau a la cabeza y el dirigente universitario Emiliano Yacobitti como ladero, ingresó a través de Callao, mientras que el kirchnerismo se ubicó centralmente sobre Rivadavia, aunque accediendo desde diferentes puntos, como Avenida de Mayo o Sáenz Peña, detrás de la Plaza Lorea, donde se montó el escenario.

La izquierda se ubicó sobre el costado de Hipólito Yrigoyen y los sindicatos se repartieron el centro de la plaza de los Dos Congresos. Los referentes de las distintas facultades de las universidades públicas, en tanto, dominaron la escena en toda la traza de la manifestación, que tuvo calles cortadas desde Callao y Córdoba hasta la zona de Avenida de Mayo y 9 de Julio.

Desde el Gobierno dijeron que “todo el tren fantasma estuvo en la primera fila”, aludiendo a dirigentes como Lousteau o Sergio Massa, otro de los que asistió, así como también a Pablo Moyano, dirigente camionero y de la CGT, o el ex secretario de Legal y Técnica del kirchnerismo, Carlos Zannini. Además, se vio, por ejemplo, al ex jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta. “Convirtieron una marcha en defensa de las universidades públicas en un acto kirchnerista”, dijo el subsecretario de prensa Javier Lanari, en línea con los dichos de otros dirigentes libertarios. El propio Milei, durante todo el día, había retuiteado mensajes que tildaban a la marcha de “política y kirchnerista”.

La movilización fue contundente, en línea con la del pasado 23 de abril, cuando desde el gobierno porteño habían calculado la presencia de unas 150.000 personas. Ese número oficial esta vez arrojó unos 100.000 manifestantes, aunque la movilización fue similar, con la Policía cubriendo la zona, pero mucho más pasiva que en otras protestas de tinte claramente político, como la última marcha por la reforma jubilatoria, la de junio, en contra a la Ley Bases que aprobó el Gobierno, o las de los movimientos sociales.

Fuentes cercanas a la organización de la marcha federal hablaron de un total de 1 millón de personas movilizando en todo el país. El número pareció exagerado, aunque sí hubo importantes manifestaciones en otras provincias del país, como Córdoba y Mendoza, donde asistieron alrededor de 30.000 personas en cada caso. En la capital cuyana se dio una particularidad: hubo funcionarios del gobierno radical de Alfredo Cornejo, aliado al Ejecutivo nacional, que se manifestaron.

Tras la marcha, la expectativa pasa ahora por saber cuándo emitirá el veto presidencial Javier Milei, que luego podría ser rechazado por el Congreso nacional en caso de conseguir los dos tercios de ambas cámaras. A diferencia de lo que sucedió en septiembre con la reforma jubilatoria, el Gobierno no alcanzaría los votos necesarios para evitar una negativa de ese tenor a la decisión del jefe de Estado.

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