Mucho fastidio con el IOSPER por corte de prestación con neurólogos
|La interrupción de las prestaciones con neurólogos por parte del IOSPER genera no solo desembolsos extras por parte de los pacientes que precisan atender diferentes tratamientos inherentes a trastornos o enfermedades neurológicas, sino también provocan innumerables molestias a la hora de afrontar estudios como resonancias, tomografías, etc.
A simple vista, con el mero hecho de sentarse en el salón de la Obra Social junto a auditorías y/o cajas, uno puede contemplar decenas y decenas de reclamos relativos a una problemática que de no tener coto a la brevedad seguirá ahondándose y no se descarta una catarata de demandas judiciales por los efectos nocivos de esta medida.
Las enfermedades neurológicas son trastornos del cerebro, la médula espinal y los nervios de todo el cuerpo. En conjunto, esos órganos controlan todas las funciones del cuerpo.
Cuando algo funciona mal en alguna parte del sistema nervioso, es posible que tenga dificultad para moverse, hablar, tragar, respirar o aprender. También puede haber problemas con la memoria, los sentidos o el estado de ánimo.
Existen más de 600 enfermedades neurológicas. Los tipos más reconocidos incluyen:
Enfermedades causadas por genes defectuosos, tales como la enfermedad de Huntington y la distrofia muscular
Problemas con el desarrollo del sistema nervioso, tales como la espina bífida
Enfermedades degenerativas, en las cuales las células nerviosas están dañadas o mueren, tales como las enfermedades de Parkinson y Alzheimer
Enfermedades de los vasos sanguíneos que abastecen el cerebro, tales como los derrames cerebrales
Lesiones en la médula espinal y el cerebro
Trastornos convulsivos, tales como la epilepsia
Cáncer, tales como los tumores cerebrales
Infecciones, tales como la meningitis.
Sin embargo, pese a que el IOSPER cuenta con médicos auditores que deberían salir a la palestra y admitir el alto grado nocivo de dicha resolución, NADA se explica en forma congruente y solo se cuenta en ventanillas con la esmerada atención de personal que se pone en la piel de los afectados, enfermo directo o sus familiares.
Todo bien en cuanto la concurrencia a consultorios de neurólogos pues se abona el canon, se entrega factura y el paciente o su familia puede concurrir al IOSPER para peticionar el reintegro. A partir de ahí se puede soñar con una devolución al menos para paliar el déficit, aunque todo depende la patología y la buena voluntad de la Obra, como que se aprehenda tal o cual problemática.
El punto en cuestión pasa por los estudios que prescribe el facultativo con su rúbrica y sello, pero cuando uno llega al IOSPER se indica que al continuar cortada la prestación, las planillas deben estar firmadas y selladas por otro profesional con convenio existente.
Es comprensible imaginar la bronca, el enojo palpable, visible, de quienes tienen a sus familiares a horas de realizarse una resonancia, una tomo, un electromiografía, etc, etc… Todo va para atrás y es un volver a empezar continuo.
Ni hablar de lo vinculado a internaciones y operaciones. Peor. Mientras, no hay un parte de prensa, una comunicación oficial, una explicación coherente y oportuna que clarifique todo.
Hemos elogiado al IOSPER en otras Columnas, hoy, imposible…