Maran Suites & Towers

Mosquitos blindados: por qué hay una invasión a pesar de la ola de frío

Seguramente ya se haya vuelto común una pregunta retórica, como una queja o molestia, entre quienes circulan por la calle, por la plaza, en transporte público: ¿Por qué sigue habiendo tantos mosquitos si ya arrancó el frío? Esta vez, el responsable no es el Aedes aegypti, transmisor del dengue, sino el Aedes albifasciatus, mejor conocido como “mosquito de inundación”. Este mosquito que abunda ―pero que no está tan activo picando actualmente― volvió a crecer producto de las fuertes lluvias de abril.

La creencia popular dice que con el frío los mosquitos tienden a desaparecer. Tal vez, allí radican las preocupaciones de la gente en torno a la circulación en masa de esta “plaga voladora” que parece blindada ante las bajas temperaturas, pero que nada tiene que ver con la enfermedad viral del dengue.

Tal como explica Sylvia Fischer, investigadora del Conicet en el Instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires (Iegeba), el Aedes albifasciatus es un mosquito bastante resistente al frío y esto tiene que ver con la adaptación a las regiones donde normalmente habita.

“Como es un mosquito de zona templada e incluso de zonas frías tiene una fisiología mejor adaptada para tolerar temperaturas más bajas comparada con el Aedes aegypti, que es un mosquito de origen tropical con una fisiología menos tolerante al frío. Los estudios de distribución y de su desempeño muestran que el ‘mosquito de inundación’ puede completar su ciclo y los adultos pueden tener actividad en temperaturas más bajas que la mayoría de los que tenemos en la región”, introduce la experta.

Describe que la resistencia de este mosquito es tal que su distribución llega a Tierra del Fuego, e incluso puede encontrarse al sur de Brasil, tal vez al sur de Paraguay y al sur de Bolivia, pero no mucho más. Eso lo convierte en un “bicho” mucho menos estudiado que el del dengue.

“Es difícil determinar cuál es el límite de temperatura por debajo de la cual desaparecen estos mosquitos. Por ahí, en determinado horario del día están inactivos, no es que se mueren, pero después sube la temperatura al mediodía y están activos de vuelta. Es dinámico. Lo que sí: van a tardar un rato en morirse, porque no es que con las temperaturas que estamos teniendo ahora lo hagan. Capaz que pueden persistir un par de semanas”, señala.

De todos modos, a Fischer le parece importante destacar lo siguiente: con las temperaturas que estamos teniendo ahora, el nivel de actividad y la búsqueda de sangre de este mosquito ―que es lo más molesto― es mucho menor.

Esto se debe a que cuando las temperaturas son bajas también su proceso vital se vuelve más lento y entonces, como consecuencia, tiende a tener menos actividad: “Por más que vemos que hay un montón, no molestan tanto como hace dos meses atrás”.

Cómo es el ciclo de reproducción del “mosquito de inundación”

Este tipo de insecto también se denomina “mosquito charquero”, porque sus larvas se desarrollan en los charcos temporarios que se forman a partir de lluvias intensas. El ciclo se entiende así: en las épocas de sequía se acumulan gran cantidad de huevos que colocan las hembras y cuando el terreno se llena de agua suele ocurrir una eclosión de todos los huevos juntos.

Las hembras, para completar la nutrición para sus huevos, empiezan a picar al mismo tiempo. La picadura es más dolorosa porque se trata de una especie que pica al ganado, en especial a los caballos. Es potencial transmisor del virus de la encefalitis equina.

Fischer se refiere a lo que puede ocurrir de cara a los meses siguientes, de pleno invierno. Dice que el factor de la lluvia puede determinar mucho.

“Los huevos quedan y van a aguantar lo que sea necesario hasta la próxima temporada de lluvias. Cuando hice mi trabajo de doctorado estuve monitoreando charcos temporales durante todo el año e incluso en invierno había larvas. No en la misma cantidad que uno ve en otoño o en primavera, pero pueden continuar su desarrollo durante el invierno”, expresa.

Aunque remarca que puede seguir habiendo mosquitos, no significa que se den estos picos de abundancia que vemos ahora, porque en invierno el desarrollo se ralentiza: les puede durar un mes, o un mes y medio. En ese tiempo muchos charcos se pueden secar, muchas larvas pueden morir, entonces el invierno no tiene la misma efectividad que el verano, en donde todo va más rápido.

“Seguramente esto que estamos viendo ahora de altas abundancias sean las últimas que veamos. Después, tal vez, las veamos en la próxima primavera, y tal vez no, porque depende de cómo sea la frecuencia de las lluvias”, cuenta.

Ante un escenario hipotético y próximo de fuertes lluvias, como hubo en marzo y abril, Fischer aclara que puede ocurrir que nazcan nuevas tandas de larvas pero que completen el desarrollo va a depender de cómo sean las temperaturas durante las semanas siguientes.

“Si las temperaturas son muy bajas lo que va a pasar no es que se van a morir las larvas, pero va a tardar mucho su desarrollo. Estos son bichos de charcos temporales, es como una carrera contra el tiempo de desecación de los charcos. Si los bichos no logran completar el desarrollo antes de que se sequen los charcos, se mueren todos. En realidad depende un poco de cómo venga la frecuencia de las lluvias, si hay un par de semanas de temperaturas un poco más altas o no, depende de un montón de cosas”, concluye.

Banner Dengue Gobierno de Entre Ríos

Add a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *