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Monseñor Puiggari anima a no bajar los brazos y a reaccionar amando

El arzobispo de Paraná, monseñor Juan Alberto Puiggari, presidió el tedeum por un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo en la capilla del Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, donde se elevó una oración por los “próceres anónimos de la pandemia”.

La acción de gracias por la fecha patria se llevó a cabo sin presencia de autoridades ni fieles, y bajo estrictos protocolos biosanitarios.

“A la dramática extensión de la pandemia con su secuela de enfermedad y muerte, se han acentuado otros problemas: la pobreza, el hambre, la falta de educación, de trabajo y de salud. Nos preocupan también otros problemas no medidos por las estadísticas económicas pero no por eso menos graves: la pérdida de valores, especialmente el de la vida, la ley del aborto, la violencia e inseguridad siempre amenazante, la tentación de las adiciones para nuestros jóvenes que no encuentran horizontes, las heridas que se siguen abriendo en vez de cerrarse… la falta de virtudes ciudadanas, de respeto al prójimo; podríamos seguir con una larga lista de lamentos que desgarran nuestra alma de argentinos”, detalló en la homilía.

Frente a esta situación preocupante, el arzobispo paranaense aseguró: “No es el momento de bajar los brazos, de quedarnos en la actitud pasiva del llanto, sino que hay que reaccionar como Jesús, amando”.

“Así debe ser la actitud del cristiano, superar la parálisis frente al mal, vencer la tentación de la queja inútil, de la protesta por la protesta. Como respuesta al momento tenemos que cultivar en nosotros el patriotismo, virtud olvidada y callada, que procura cultivar el respeto y amor que debemos a la patria, mediante nuestro trabajo honesto y la contribución personal al bienestar común, que nos lleve a todos sin excepción a preguntarnos qué puedo, y qué debo hacer para cooperar al bien de nuestra querida Argentina. La indiferencia o el no te metás, es imperdonable ante tanto sufrimiento”.

Monseñor Puiggari subrayó que “hoy nos toca colaborar para sacar a nuestra patria de las grandes dificultades en que se encuentra, para poder realizar esta noble tarea, todos debemos superar los individualismos, los intereses egoístas y de sectores y trabajar decididamente en pro de ello”.

“En este, día, en que se mezcla la preocupación y la esperanza, venimos aquí a implorar al Señor que ilumine nuestro camino y fortalezca nuestra alma”, recordó, y pidió: “Demos gracias a Dios e invoquemos la protección de Nuestra Señora de Luján, patrona de la Argentina. Ella sabe que las grandes cosas deben construirse con valentía, cada día en medio de las cosas pequeñas, con la entrega y prontitud propias de quienes quieren seguir a Jesús”.

“Madre, danos la generosidad, la valentía, la sabiduría y la honestidad necesaria para construir una Argentina distinta y una historia mejor. Madre que sepamos escuchar a Tu Hijo que nos dice: ‘tengan confianza’ ‘Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo’”, pidió.

“Que San José nos ayude a tener una presencia diaria, discreta, de servicio, de acogida, de valentía creativa para ser bálsamo de tanto dolor”, concluyó.

Fuente: Prensa AICA.-

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