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Minibásquet: los chicos suelen imitarnos

ESPECIAL (Por Francisco Pancho Calderón).- Sabemos que muchos fieles lectores esperan desde hace varios días una nueva entrega en cuanto a análisis de la realidad basquetbolística paranaense en las categorías formativas. Nos tomamos un descanso para rever algunas cuestiones de la línea editorial y aquí estamos. Hoy, refiriéndonos una vez más al ejemplo que deberíamos dar, y muchos no dan.

Inevitable transmitirles unas consideraciones sobre un tema viejo, ya monótono, como el de los Amigos (jueces).

Es que venimos siendo testigos de desempeños alarmantes en algunos jóvenes futuros árbitros, aunque eso es lo de menos…Lo grave es que los papás (y algunas mamás…) vienen dando síntomas de una intolerancia repudiable.

Que las actuaciones de algunos Amigos sean de un nivel bajísimo, con fallos increíbles, absurdos u omisiones asombrosas, ya no es novedoso. Es el tristísimo presente de un estamento que, pese a su profesionalismo, no ha logrado cautivar una buena cantidad de nuevos miembros que evidencien capacidad y personalidad.

Esto se traduce en una exhibición rotativa de jóvenes con potencial diverso, aunque una preocupante mayoría que -por ahora- no alcanza siquiera a un aprobado.

Sin embargo, deseamos creer que todo forma parte de una etapa de aprendizaje, un proceso evolutivo, y por ello seguimos sosteniendo que los Amigos del Mini capitalino deberían ser acompañados por sus superiores o por qué no, por ex jueces.

Los seguimos viendo muy solos, y hasta hemos tenido el orgullo de escuchar de parte de algunos que coinciden con nuestra visión. O sea, que les gustaría ser supervisados pero asimismo amparados.

Y a ciencia cierta, están recontra solos y así se la deben bancar en microclimas muy negativos. Nadie los defiende, todos los atacan y se viene dando algo nefasto: chicos irrespetuosos que imitan el pésimo ejemplo de sus padres.

Venimos hablando desde hace un par de años sobre cuáles serían las soluciones inmediatas: a) que desde el Colegio de Árbitros los acompañen; b) que sean filmados los juegos y elevados el día lunes con las objeciones que se les ha endilgado; c) que los responsables de cancha debidamente acreditados por trayectoria, no por el mero hecho de ser papás, o parientes, puedan intervenir cuando observen anormalidades severas.

Nadie se resiste al Archivo. Ponen “Buscar” en el Portal o van a los registros de LT 14 Digital y hallarán éstas propuestas desde hace 2 o más años. Y NADIE hizo NADA. Eso sí…Hay padres que siguen dando espectáculos patéticos, enseñando qué cobrar o qué no cobrar y hasta hablando de posturas defensivas “inapropiadas”.

Padres que aparentemente o son ex jueces o han estudiado el reglamento o que por haber jugado alguna vez al básquet se sienten capacitados para someter a juicios extremos a todo Amigo que no cobra a su gusto.

Son esos padres que cuando el equipo de sus hijos está ganando todo bien, pero cuando pierden se vuelven locos y son capaces de cualquier actitud exaltada.

Son esos padres que si alguna vez llegaron a jugar en Primera fue un milagro. Que no entienden lo que son los valores del Mini y que generalmente esperan con sus hijos llenar fracasos propios.

Son esos padres que creen que sus hijos son cracks y que los compañeros le tienen que dar todas las bolas a él, o que deben jugar para él.

Son esos padres que no ven a los niños como tales, con sus identidades, con sus peculiaridades, con sus heterogéneos cuerpos, con sus particularidades psicomotrices, con sus habilidades o sus defectos y/o carencias.

Para ellos es imposible respetar rasgos o características de los compañeros de sus niños, o más serio aún, creen que sus hijos son siempre “inocentes chiquillos” y los malos pendencieros son los otros.

Son esos papis -claramente individualizados por sus procederes en los días de los juegos- que no solo avalan que sus hijos salteen etapas de su niñez jugando en categorías “U” con 10, 11 o 12 años, sino que hasta arman “lobby” con los técnicos de turno, y suelen autoproponerse para integrar subcomisiones con el mero hecho de tener una dosis de preeminencia por sobre el resto y hasta -de alguna forma- meten presión a los Monitores solapadamente.

Entonces, podrán imaginarse que si actúan así dentro del mismo club, o hasta suelen tener encontronazos con los padres de los rivales, es inútil esperar que asuman un comportamiento adecuado y ejemplar para con los Amigos (árbitros), salvo -repetimos- que la contienda no sea complicada para los pibes de su entidad.

Lamentablemente, desde la Asociación se sigue contemplando pasivamente lo que acontece con el Mini y éstos padres, perfectamente individualizados, siguen concurriendo a las canchas y haciendo de las suyas.

Mientras tanto, los gurises, permeables, esponjitas, siguen sumando conocimientos o paradigmas nefastos y así se ve en los partidos a chiquitos con reacciones típicas de un joven o de un grande.

Insistimos… El nivel de los Amigos, salvo excepciones, es muy opaco, ¿pero qué quieren algunos padres?… ¿Qué cobren los chicos de la U13 o de la U15?… ¿Qué cobren los Monitores?… ¿Querrán cobrar ellos?…

Y mientras uno invierte tiempo en seguir haciendo pensar a los lectores, desde la APB y el Colegio de Árbitros NO HAY MEDIDA ALGUNA. Hete aquí lo PEOR. Que no haya perspectivas de solución.

Y el rol de los Monitores???


Ahora bien… Ayudan los Monitores???… La respuesta es concisa: NI. Algunos SÍ. Otros NO. Los que sí colaboran son aquellos que SI interpretan el espíritu del Mini. Son esos que no se desviven por ganar y sí se desvelan por enseñarle todo lo bueno posible a sus educandos.

Son esos Maestros que no dan malos ejemplos. Esos que apuestan a construir, a edificar grupos. Esos que se preocupan por la disciplina, que son ordenados, pero que no pierden frescura, simpatía, y SON JUSTOS, EQUITATIVOS.

Y están los otros…Los que quieren ganar a cualquier costo. Los que presionan a los chicos. Los que fustigan. Los que siguen creyendo que tienen en sus manos a futuros cracks y no a pibitos que solo están dando sus primeros pasos en una actividad deportiva.

Son esos tristemente célebres por sus aspiraciones de pelear vaya uno a saber qué título (o como nosotros calificamos ‘La Copa de Leche’) y no tienen drama de frustrar a quien sea.

Y debemos confesarlo con tristeza y nostalgia por lo que uno fue y pudo ser… Son más los apóstoles del resultado, del éxito, que de la formación INTEGRAL.

Y así es imposible soñar con un mañana mejor.

Ya lo hemos recontra preguntado: en la última década o si quieren hasta en los tres últimos lustros, ¿cuántas figuras le dio Paraná al básquet de Liga Nacional???… Me sobran los dedos de las manos…Entonces… No llegó la hora de la más acérrima autocrítica por parte de los entrenadores debidamente colegiados???…

Aún más… ya lo recontra re mil pregunté…Cuántos de éstos Gran DT’s llegaron a la Liga, se mantuvieron y tuvieron éxitos o lograron la distinción de dirigir una selección nacional, o fueron seducidos desde otro país???…Respuesta lacónica: Facundo Muller y Sebastián Svetliza en parte lo lograron.

El resto todos terminaron siendo grandes catedráticos del básquet APB con cierta proyección al plano Federativo pero a nivel país o internacional NO EXISTEN y paradójicamente la mayoría sigue ganándose algunos morlacos con el básquet por un lado y tienen otro laburo estable ya que no se jugaron con dar el salto, cómodos con la “fama” autóctona y fueron muy sagaces a la hora de percatarse que vivir del básquet solo es para “elegidos”.

Eso sí: de promocionar un jugador al campo rentado TAMPOCO. No, no… En sí fueron más los ABANDONOS que los que llegaron al menos a jugar en la Primera Local.

Y hablando de esto… nuevamente recordamos preguntarles: no han analizado cuántos chicos han abandonado el básquet no más allá de los 16 años???…Y las causas de esas deserciones???…Por culpa de los árbitros???… NO!!!… La mayoría se hartó de sus entrenadores, de sus padres o de los padres de los otros…

Es que resulta que según el común denominador de los directores técnicos para jugar al básquet debés tener aptitudes, talentos, virtudes descollantes. Si es así, te podés divertir, pero si sufrís falta de “luces” o por tener un  cuerpo que “no ayuda”, estás muerto…

Si no sos habilidoso, o peor, si sos medio petiso o gordito, sonaste…Hay lugar pero para hacer número y para resaltar la pericia, la destreza, de las “figuritas” y hasta rebotear para ellas, defender para ellas.

O hasta se da la peculiaridad que si no entrenás por razones de estudio o enfermedad no jugás, o alternás, o tenés un cuarto y medio o menos en el próximo encuentro; pero si los que faltan por “h” o por “b” son los craks ellos sí tienen prerrogativas que el resto no tiene. Hasta hay preocupación por ver qué les pasa…

Y aún más… Si sos gordito, petiso, o alto y poco coordinado, sos objeto de burlas diversas, de reclamos, de reproches, y esa clase de entrenador aborrecible JAMAS te va a defender y se va a poner del lado del virtuoso bandido, sinvergüenza, atrevido, irrespetuoso que GANA PARTIDOS o que es hijo del dirigente o miembro de la subcomisión que más fuerte pisa y que por ende paga el sueldo…

Sí señores…saben que es así. Y lo más seguro es que éste Editorial cale hondo en ese tipo de Monitores o en esos padres para los que perder es una deshonra y que ven a sus hijos como los futuros Manu’s Ginobili, Luisito’s Scola, etc, etc…

Estoy acostumbrado a no callarme y decir lo que siento Y ME HAGO CARGO…

Paremos con tanta imbecilidad de ir solo contra los árbitros. Comprometámonos más con el futuro de nuestros hijos primero como personas de bien, como buenos hijos, buenos alumnos, buenos compañeros y recién después de eso pensemos en si tienen condiciones excepcionales para presuponer que puedan quizás triunfar en el básquet profesional.

Lean un poco de la historia del básquet. La mayoría de los chicos que entre los 8 y los 12 años eran “fenómenos” terminaron largando el basquetbol. Y la mayoría de los que llegaron a algo basquetbolísticamente hablando tiraron los primeros síntomas, los primeros signos, a los 13/14 años recién.

Y algo más… Una recomendación para algunos atrevidos… Cuando quieran criticar a alguien, primero sean honestos y valientes de hacer la crítica en la cara, y segundo averigüen a quien están criticando (indaguen trayectorias pues quedan en evidencia de su idiotez e IGNORANCIA) erigiéndose ello en otro pésimo ejemplo que le dan a los hijos y los chicos maman eso, reproduciéndolo con sus compañeros o faltándoles el respeto a sus monitores que no hacen nada para que no los echen y culminan ese gesto irrespetuoso recriminando cualquier estupidez a los árbitros.

Incólume, mantengo la idea: el futuro del básquet paranaense no estará en buenas manos si se le sigue concediendo espacios a los ambiciosos, a los codiciosos que solo persiguen egocéntricamente beneficios mezquinos.

Somos más precisos?… las perspectivas son ostensiblemente sombrías pese al esfuerzo, al sacrificio de otros padres que sí trabajan denodadamente para que sus hijos puedan disfrutar del verdadero espíritu del Mini: jugar, divertirse, confraternizar. Queremos ser optimistas y valorar a esos papis y mamis que sacrifican tiempo de descanso o hasta de trabajo por generar recursos para sus pequeños basquetbolistas, no obstante nos sentimos abatidos por ver tantas cosas desagradables cada fin de semana que transcurre del baloncesto Asociativo. Lamentamos reconocerlo, y ello seguirá ocurriendo mientras desde la APB no se haga nada para cambiar el camino que se viene recorriendo.