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Minibásquet: colaboremos todos con los Amigos

ESPECIAL (por Francisco “Pancho” Calderón).- Los padres que algo sabemos de básquet deberíamos ponernos en campaña y reflexionar en conjunto acerca de una problemática preocupante en extremo: la protesta airada de niños a Amigos (árbitros) durante los juegos oficiales, los reclamos agresivos de algunos papás, la impaciencia de los Monitores y peor aún la SOBERBIA extrema de los encargados de administrar justicia didácticamente.

Quizás no estaría mal estrechar vínculos con los jueces más avezados de Paraná y ofrecerles nuestro respaldo, invitándolos a que dialoguen con los jóvenes sopla pitos para que enseñen a los niños qué se está cobrando o qué no se sanciona y por tal o cual razón.

Creemos que una excelente idea sería invitar a los Amigos a concurrir a entrenamientos de los clubes y participarles a los chicos de distintos detalles básicos del reglamento, y al mismo tiempo incrementar su propio acervo en “picados” para llegar al sábado y no cometer algunos errores garrafales que en la sumatoria exacerban ánimos inútilmente.

Los chicos deben ver al Amigo como tal y no como alguien nefasto que los va a perjudicar con sus actos u omisiones. Y los Amigos deben ser cordiales, respetuosos, amenos, comunicativos, por qué no… carismáticos con los pequeños jugadores y en especial propiciar un marco de cordial trato a la recíproca con los Instructores.

Este sábado, en Olimpia, los encargados de pitar no lo hicieron tan mal pero cometieron algunos desaciertos notables: a) actuar con soberbia ante la demanda de los Monitores; b) no saber manejar la efervescencia, la excitación de algunos pibitos que se sintieron damnificados por determinadas omisiones; c) no ser pedagógicamente claros al impartir algunos fallos que no se entendieron; y d) evidenciar un criterio particular ante algunas situaciones de los juegos protagonizados por los chiquitos “Azulgranas” y Quique.

De más está decir, es una obviedad que no ganó tal o cual por los Amigos. En sí, confesamos que ni idea cómo terminaron los encuentros, pero sí fue feíto ver a chiquilines llorar por un desborde de irritación que NO COMPARTIMOS, a padres muy disgustados con éstos lozanos árbitros y muy desagradable resultó el observar a uno de ellos darle la espalda a uno de los Monitores “Decanos” y ni siquiera levantar la vista ante el consejo de éste viejo periodista especializado, ex jugador, ex entrenador, ex dirigente y hoy solo padre de dos cachorros “Decanitos” como fotógrafo suplente de éste sitio web.

Al parecer, hay una “cultura” equivocadísima de estos bisoños jueces. Un proceder arrogante, altanero que solo provoca más rechazo.

Hete aquí el desafío que tienen por delante los árbitros de mayor oficio y/o de predicamento, como por qué no de ex jueces que podrían colaborar con su capacitación.

No olvidemos que éstos Amigos están haciendo su primera experiencia, dando sus primeros pasos, por lo cual deberían desarrollar sus aptitudes y conductas con suma humildad, sabiendo que pueden aprender mientras conducen.

Ahora bien, si creen que ya saben todo ojo con los jueces de mayor experiencia pues tienen tras sus pasos a “competidores” que tarde o temprano se les pueden rebelar.

No creemos que sean malos chicos. Para nada. Simplemente que están equivocados y deben ser apalabrados urgente por los hombres de gris y negro más veteranos.

Estuvimos junto al Monitor “Albirrojo” quien pretendía consultarles por qué no sancionaron 4 fouls en ataque CONSECUTIVOS, sí, sí, SU-CE-SI-VOS y uno de éstos Amigos siguió controlando la planilla y ni lo miró.

Idéntica actitud asumió con éste periodista-papá que solo procuró calmar los ánimos del entrenador de Quique y a su vez pedirle al árbitro que se calme junto a su compañero y trate de transmitirle esa tranquilidad a los chicos, en especial a dos o tres niños arrebatados que realmente debieron ser antes apaciguados por sus Monitores.

Aclaramos que no estamos de acuerdo con que en Mini un chiquito ejercite la astucia de quedarse quieto para que el otro lo lleve por delante, como no estamos de acuerdo con tantas picardías que se nota aprenden de los más grandes pues somos TESTIGOS que eso NO SE ENSEÑA en una práctica en Alsina 653.

Ese es un tema que deberán los entrenadores “Decanos” charlar más con sus pequeños y de hecho que no estaría mal dedicar parte del tiempo en la semana a repasar aspectos como posicionamientos en el salto, postura para el lanzamiento libre, mecánica de la defensa que no involucre ventaja alguna u ocasione desventaja alguno para el otro equipo (lo del doblaje por ejemplo), postura para el rebote, y algo tan trascendente como lo inherente a fundamentos.

Nos estamos hartando de ver como dos o tres la pican divino, son unos “Pichones de Cracks” como dijera un viejo entrenador paranaense que se enorgulleciera con tantos pibes que en Premini y Mini la rompían allá por mediados de la década del ’90 y hoy solo estén jugando 3 o 4 en Primera no habiendo llegado NI UNO siquiera a la Liga B.

De una buena vez por todas, tenemos -especialmente los papás- que bregar por desterrar ese pensamiento en los Monitores y que se ponga acento en la FORMACION de los chiquitos, de TODOS. Que si hay que hacer cambios TODOS salgan y no jueguen 20 minutos exactos las “promesas” y el resto se repartan el tiempo.

O algo trascendente: trabajar incansablemente para que los chicos se pasen mucho la pelota y no haya tanta dependencia/egoísmo de las “figuritas”. Así, si cinco pican bien, y/o lanzan bien; si cinco participan equitativamente en el juego, será más complicado para el otro elenco contenerlos, pero si es uno o un par que se la juegan entre ellos, o la definen solo ellos, el resto tarde o temprano perderá ganas primero en entrenar, luego en el mismo juego se dispersará y tarde o temprano DESERTARÁ.

Vemos seguido como chiquitos van y vienen de aro a aro, sin tocar la pelota, y la piden, no se la dan, luego tienen que bajar a defender o rebotear y cuando de pronto logran poseerla se les grita que la pasen por temor a que la pierdan, y así, NO APRENDEN NUNCA y terminan dejando el deporte por pérdida de estímulo.

Entonces, en conclusión, si bien éste sábado -en La Rioja 153-, los Amigos tuvieron una tarde desafortunada en cuanto a ACTITUD, tal vez los que deben mejorar el trabajo en cada entidad son los entrenadores jefes y hasta los dirigentes pedir a los Monitores un libro de trabajo semanal para controlar lo que se hace con el Semillero.

Y lo diremos una y otra vez hasta que alguien nos haga caso: en los países de mejor baloncesto, el Entrenador Jefe que coordina, controla y dirige la actividad de Mini gana tanto como el profesional porque lisa y llanamente es el FOR-MA-DOR. Mientras que, los Monitores, o asistentes de dicho entrenador, no tienen que andar sumando trabajo extra para vivir con dignidad. Su desempeño específico es ese.

Si las instituciones siguen poniendo de Monitores a jugadores de la entidad sin previa capacitación didáctico-pedagógica por el mero hecho que son “baratos”, vamos por mal camino.

En la medida de las posibilidades, el Monitor/Instructor debe tener el título específico mínimo avalado por cada Asociación/Federación pero fundamentalmente, lo ideal es contar con Profesores de Educación Física especializados en la disciplina.

Lograda ésta valoración directriz, seguro que los frutos se apreciarán más rápido. De lo contrario, nuestros gurises están en riesgo latente.

Mientras, esperamos una reflexión madura de los jueces de mayor reputación para que lo vivido en el “Pietranera” no se repita más en ningún escenario del básquet paranaense y tengamos Amigos corteses, educados, cuidadosos de las formas y esencialmente lo suficientemente carismáticos para llegarles positivamente a los niños.

Cordial reflexión

Se estaba jugando el encuentro de Mini en La Rioja 153 y de pronto un descorazonado jugador de la Pre “Decana” se acercó a un papá y le dijo: “papi…unos chicos de Olimpia que jugaron en el otro partido no nos dejaron jugar afuera sacándonos la pelota. Pero aparte nos dijeron de todo y nos hicieron señas feas…”.

El papá, para no quedar como un sobre-protector mandó a su hijo mayor y éste volvió perplejo y contó: “les dije que si eso sucediera en Quique jugarían todos, porque todos deben hacerse amigos y uno de ellos me contestó ‘yo no hice nada…no pasó nada…’, todo con un tono poco respetuoso y gesto de indiferencia total primero para después hacer muecas como desafiantes…Lo peor es que estaban dos padres y ni se metieron…”.

Aclaremos: tenemos una muy buena relación con la gente de Olimpia. Digamos que EXCELENTE. Y conocemos a la mayoría de los padres como a los chicos, toda gente de bien, de excelente educación, de alto nivel socio-cultural, algunos de los papis verdaderos amigos -gracias a éste hermoso deporte- de quien refrenda el presente Editorial. Por eso nuestra sorpresa y toque de atención a los estimados padres de la familia “Azulgrana”.

El Mini es sinónimo de confraternidad. Debemos los papás de todos los clubes fortalecer esa idea, y ya que algunos chicos de Premini en cada entidad tienen hermanos que juegan en Mini o U13 y se quedan esperando que terminen sus partidos, es imprescindible que velemos por promover robustecer el lazo fraternal entre los chicos y re-inculcar que es bueno UNIR no disgregar o peor aún ofender.

Ojo…Si esto ocurriese en Alsina 653 haríamos el mismo comentario, o hasta ahondaríamos más en la reflexión. Solo pretendemos que éste tipo de manifiestos para nada acordes a niños bien formados en sus hogares, como no dudamos que así son los chicos del CAO, solo se constituya en un hecho aislado que no se repetirá y del cual cada papá tomará cartas en el asunto para que cada encuentro entre ambas entidades seguirá siendo como siempre: una verdadera Fiesta.