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Mensaje de Navidad del papa Francisco: “Que callen las armas en la martirizada Ucrania”

El papa lanzó su mensaje de paz y bendición Urbi et Orbi, a la ciudad de Roma y el mundo, hablando desde el balcón central de la basílica de San Pedro, frente a una plaza repleta de fieles, tras haber abierto en la noche del martes la Puerta Santa, inaugurando el Jubileo de la Esperanza del año 2005. “Callen las armas y se superen las divisiones”, dijo al enunciar los conflictos y las guerras que desgarran al mundo actual.

“Callen las armas en la martirizada Ucrania. Que hoy se tenga la audacia de abrir la puerta a las negociaciones y a los gestos de diálogo para llegar a una paz justa y duradera”, dijo el papa argentino.

En alusión a la guerra en Gaza, Francisco añadió: “Que cese el fuego, se liberen los rehenes y se ayude a la población extenuada por el hambre y la guerra”.

Sentado en el balcón de la logia central de la basílica, el papa agregó que “en mi corazón también está la comunidad cristiana del Líbano, sobre todo del sur y a la de Siria, en este momento tan delicado”.

Puerta Santa: inicio del Jubileo

El pontífice recordó que este martes se abrió la Puerta Santa con la que se inició el Jubileo, celebrado cada 25 años, y deseó que ayuda “a reconciliarnos con nosotros mismos, entre nosotros, incluso con nuestros enemigos”.

“Que se abran las puertas del diálogo y la paz en toda la región lacerada por el conflicto”, prosiguió.

“En esta Navidad, inicio del Año Jubilar, invito a todas las personas, a todos los pueblos y naciones a armarse de valor para cruzar la Puerta, a hacerse peregrinos de esperanza, a silenciar las armas y superar las divisiones”, añadió.

Francisco pidió también que “el nacimiento del Salvador traiga un tiempo de esperanza a las familias de miles de niños que están muriendo a causa de la epidemia de sarampión en la República Democrática del Congo, así como a las poblaciones del oriente de ese país y las de Burkina Faso, de Mali, de Niger y de Mozambique”.

El pontífice además pidió paz para los países del Cuerno de Africa y “el acceso de la población civil de Sudán a las ayudas humanitarias y poner en marcha nuevas negociaciones de un alto el fuego”.

En cuanto al continente americano, pidió que “el Niño Jesús inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad con el fin de encontrar lo antes posible soluciones eficaces en la verdad y la justicia para promover la armonía solicial, en particular en Haití, Venezuela, Colombia y Nicaragua”.

El papa deseó que “el Jubileo sea ocasión para derribar los muros de separación: los ideológicos, que tantas veces marcan la vida política y los materiales, como la división que afecta desde hace ya cincuenta años a la isla de Chipre y que ha lacerado el tejido humano y social”.

Jorge Bergoglio recordó también a “todos los niños que sufren por la guerra y el hambre, a los ancianos obligados muchas veces a vivir en condiciones de soledad y abandono, a los que han perdido la propia casa o huyen de su tierra, tratando de encontrar un refugio seguro”.

Francisco aprovechó para “pedir que el Jubileo sea la ocasión para perdonar las deudas, especialmente aquellas que gravan a los países más pobres”.

El papa concluyó deseando a todos “una serena y santa Navidad” e impartiendo la bendición “Urbe et Orbi, a Roma y el mundo”.

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