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Máximo Kirchner lanzó en Ensenada un frente “policlasista y plural” para el 2019

Máximo Kirchner, diputado nacional de Unidad Ciudadana e hijo de los ex presidentes Néstor y Cristina Kirchner, encabezó este sábado en Ensenada el “Plenario de la Militancia Nacional y Popular”. Participó el ex gobernador entrerriano, Sergio Urribarri, quien afirmó: “Compartimos una maravillosa e histórica jornada con compañeros de todo el país, tributándome el honor de formar parte de la comisión de Organizaciones, partidos políticos y representación institucional. Seguimos trabajando para reconstruir el futuro y llevarle un mensaje de esperanza a los millones de argentinos que la están pasando muy mal. Y encima lo que viene en estos meses no será nada fácil. Estamos unidos, organizados, solidarios y movilizados fortaleciendo el proyecto nacional, popular, democrático y feminista bajo el liderazgo y conducción de Cristina Fernández de Kirchner.

 

Máximo Kirchner lanzó una encendida arenga a las y los militantes del espacio político que lidera CFK para que salgan cuanto antes a convencer a la mayoría de la gente de que hay que enfrentar a Mauricio Macri, sus planes de entrega y al FMI. Para ello, afirmó, es necesario “construir una mayoría lo más amplia, plural y diversa posible. Un frente policlasista que incluya a todos” para así poder ganar las elecciones del año que viene.

 

Pasadas apenas las 19, Máximo tomó el micrófono y no dejaría de hablar durante los siguientes 50 minutos. Con un pañuelo verde atado a la muñeca y previo saludo de parte de su madre a la militancia, se despachó detallando muchas de las políticas de hambre, miseria y entrega que lleva adelante el gobierno de Mauricio Macri. Con números, estadísticas y la inevitable comparación con las gestiones de sus padres, fue conduciendo su parlamento hacia una propuesta frentista de cara a las próximas elecciones.

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El hor parlamentario habló de la necesidad de “un proyecto de país que no solo sea superador del actual sino también del que tuvimos hasta el 10 de diciembre de 2015”. De que las ideas que salven al pueblo “tienen que ser del propio pueblo”. Y de que “en estos dos años y medio, día a día, destruyen, destruyen y destruyen, odian, odian y odian”. Por eso, les pidió “a todas y todos” no caer en provocaciones. “Respondamos al odio con amor”, pidió.

 

Kirchner detalló varias de las políticas de ajuste, entrega y sumisión al FMI que lleva adelante Macri. Con algunos números y comparaciones demostró el tipo de gestión para pocos que significa Cambiemos. Habló de una estafa a quienes votaron a Macri, que prometió todo aquello que no cumplió.

 

“En dos años y medio le pagamos eso al FMI con el esfuerzo de las argentinas y los argentinos que se puso en valor. Algunos cometen el error de decir que lo pagó Néstor. No, lo pagaron los argentinos. Lo que hizo el presidente fue poner en valor el esfuerzo de los trabajadores”, dijo con convicción.

 

Cuestionó “la brillante idea” de Macri de que las Fuerzas Armadas actúen en seguridad interior. Lo hizo sin hacer referencia a la Ley Antiterrorista promulgada en 2007 a pedido de Estados Unidos ni al plan Escudo Norte lanzado en 2011 enviando militares a las fronteras.

 

Intentando distanciarse de las políticas del gatillo fácil y de la Doctrina Chocobar enarbolada por Patricia Bullrich, dijo que este modelo económico solo va a cerrar con represión y por eso le pidió a las “hermanas y hermanos que trabajan en las fuerzas de seguridad no vayan contra su propio pueblo”.

 

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Máximo le hizo un guiño al conurbano bonaerense (sobre todo a sus intendentes), comparando los presupuestos que destina el Estado nacional para esas zonas populosas con el que le da a la rica y acomodada Ciudad de Buenos Aires. Lo hizo comparando datos de gastos en seguridad y educación.

 

Ahí aprovechó para marcar otra desigualdad, la que sufren las provincias de la Patagonia respecto a la CABA. Y salió en defensa de su tía, la gobernadora santacruceña, de quien dijo que está “haciendo frente como puede al pago de salarios” de los estatales.

 

De modo drástico, comparó la desaparición y muerte de Santiago Maldonado con la senaduría del ruralista Alfredo de Angeli, en el sentido de que mientras este último pudo hacer cien días de piquete desabasteciendo al país en 2008, el primero hizo dos días de piquete y terminó hundido en el río. Tal vez sería más correcto comparar a Santiago con Kosteki y Santillán (de la que fueron responsables políticos varios funcionarios que acompañarían luego a su padre y a su madre) o con Mariano Ferreyra, asesinado en 2010 por la patota de José Pedraza, uno de los sindicalistas modelo y amigos de Cristina.

 

Reivindicó las luchas de resistencia del INTI, del Hospital Posadas, del Astillero Río Santiago, de los mineros de Río Turbio y del personal de Télam. “Es salvaje lo que van a hacer y va a ser cada día peor. El problema no son los trabajadores públicos”, dijo Kirchner.

 

Finalizando el discurso Máximo Kirchner lanzó su única propuesta, que fue en definitiva el objetivo central del “Plenario de la Militancia”. Dijo que es momento de ponerse a “construir una mayoría lo más amplia, plural y diversa posible. Un frente policlasista que incluya a todos, trabajadores, científicos, estudiantes, a todos”.

 

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Pidió tener “la mayor generosidad posible no solo para construir ese frente sino para que también ese frente político, de ganar las elecciones pueda cumplir con la gente. Hay que ser inteligentes. Les pido que tengamos la generosidad suficiente para poder llevarlo adelante. Es necesario darle una oportunidad a la gente a la hora de elegir”.

 

La última parte del discurso estuvo dedicada a darle categoría de patriada a su propuesta, que es la de Cristina. “Yo les pido que este fervor, esta convicción y generosidad que tuvieron para venir a discutir entre todos la mantengan y la potencien. Que vayan a buscar al compañero y a la compañera en la fábrica, al compañero o a la compañera en la escuela y en universidad, al vecino y a la vecina para decirles que tenemos una oportunidad, que no hay que bajar los brazos, que la gente sí merece”.

 

Pidió que “no dejen que los convenzan de que no sirven para nada, que no les quiebren la autoestima. Necesitamos a ustedes de pie, compañeras y compañeros. Los necesitamos mirando de frente, poniendo el cuerpo, pensando una Argentina diferente, llenos de sueños, llenos de anhelos, llenos de amor. Porque esa va a ser la única oportunidad”.

 

Según sus palabras, “para que siga abierto el Astillero, para que se recupere el INTI, para que el Hospital Posadas tenga los médicos que tiene que tener, para que el pueblo tenga la salud, la educación y la seguridad y la capacidad de irse de vacaciones como se merece”, hay que armar ese “frente policlasista”. Si no, sugirió, no se va a poder construir “una Argentina grande, inclusiva, una Argentina donde vuelva a reinar el amor y la igualdad”.

 

Además de Máximo Kirchner, que en 2019 deberá renovar su banca, y al presidente de la Cámara de Diputados de Entre Ríos, se vio al ex ministro de Economía Axel Kicillof, al jefe del bloque de diputados del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, al chaqueño Jorge Capitanich, Oscar Parrilli, Martín Sabbatella, Leopoldo Moreau, Carlos Castagnetto, Andrés “Cuervo” Larroque, Diana Conti (Partido de la Victoria), Mariano Recalde, y el anfitrión e intendente de Ensenada, Mario Secco (Frente Grande).