Masterclass de Julián Álvarez, y el Manchester City aplastó a Fluminense
|Manchester City completó un 2023 de ensueño y es el nuevo campeón del Mundial de Clubes. Y lo hizo con solvencia en esa tierra pródiga de dólares y petróleo que es Arabia Saudita. Aplastó sin contemplaciones por 4-0 a Fluminense, el verdugo de Boca en la final de la Copa Libertadores. La gran figura de la noche en el imponente estadio King Abdullah Sports City, en la no menos imponente Jeddah, fue Julián Álvarez. Sin discusión.
Un gol de pecho para abrir el partido cuando no se había jugado ni un minuto, una asistencia a Phil Foden para el 3-0 parcial que transformó la victoria en goleada y una definición tope de gama para cerrar la velada. Fue una masterclass del ex River, que increíblemente no se quedó ni con el Balón de Oro, que fue para el español Rodri, ni con el Balón de Plata, que recibió su compañero Kyle Walker, ni con el Balón de Bronce, que quedó en manos de John Arias, del equipo brasileño.
Fue, se insiste, un show de eficacia el de Julián. Iban apenas 39 segundos de juego cuando ya le grabó su nombre al marcador. Y también en la historia: nadie había marcado un tanto tan rápido en un partido por el Mundial de Clubes. Fue un gol de goleador. Remate a colocar del neerlandés Nathan Aké desde fuera del área, rebote en el palo derecho y aparición del Araña para meter el pecho, como Lionel Messi en la final del Mundial de Clubes que Barcelona le ganó a Estudiantes, para empujar la pelota al fondo del arco defendido por el inoxidable Fábio que no entendía demasiado qué había pasado.
Ninguno de sus jugadores había tocado una pelota y Fluminense ya estaba cuesta arriba en esta historia. Sin embargo, a pesar del maltrago prematuro, el equipo de Fernando Diniz no se descontroló. Salió a hacer su juego de tenencia de pelota, aunque empujado por la presión altísima del City lo hacía casi sobre la línea del fondo. Y así parecía estar constantemente al borde del blooper.
No sucedió la jugada viral, pero el segundo gol de la noche llegó a través de los pies de Nino, el capitán de Fluminense, que quiso bloquear un centro de Foden y terminó desorientando a Fábio. La ventaja, a esa altura, a los 27 minutos de la parte inicial, ya era merecida.
Julián Álvarez, después de su gol tempranero, se dedicó a su otro rol, el de presionador serial. Y así fue cómo se transformó en el primer recuperador. Incansable el Araña. ¿Hizo algo Flu? Poco, muy poco. Un disparo de larga distancia de Germán Cano, alguna corrida de Keno y un cabezazo de Jhon Arias fue su escueto repertorio antes del final del primer tiempo.
El segundo tiempo sobró. Bah, casi todo sobró después del pechazo de Julián. Hasta la premiación sin premio especial para el argentino… Fluminense, más allá de los cambios de Diniz -en un momento sacó en bloque a Marcelo, Felipe Melo y Paulo Ganso-, no tenía demasiadas ideas y herramientas para torcer la historia.
Y menos cuando Foden metió el tercero, a los 27 del complemento, después de una corrida y asistencia de Julián Álvarez, quien ya pintaba como figura en la noche saudí. El ex River jugó en modo Messi y no sólo por el pechazo: apareció en los momentos justos para desequilibrar y para que el City no extrañe en absoluto al noruego Erling Haaland, que miró el partido desde la platea tras una lesión que lo dejó fuera de la convocatoria.
Ya a dos minutos del final -literal porque el polaco Szymon Marciniak, el de la final de Qatar 2022, no adicionó ni un segundo-, Julián volvió a dejar su huella. Controló la pelota dentro del área, la acomodó para la derecha y sacó un remate cruzado y rasante para volver a llenarse la boca de gol. Impresionante.
Se insiste y no se exagera. Impresionante: Álvarez tiene apenas 23 años y suma 15 títulos entre su paso por River, la Selección y el City, donde lleva cinco vueltas olímpicas. Ya se transformó en pieza clave para Pep Guardiola, quien también hizo historia: llegó a su cuarto Mundial de Clubes y dejó atrás a Carlo Ancelotti y a Carlos Bianchi.