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Mar del Plata celebró a la Virgen de Lourdes

La comunidad marplatense se congregó el domingo 11 de febrero en la gruta de Nuestra Señora de Lourdes, para participar de la fiesta en honor de la Virgen. La misa fue presidida por el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, y luego se realizó la procesión. Los fieles rezaron especialmente por los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan.

 

Como cada año, los marplatenses se reunieron el 11 de febrero en la gruta de Nuestra Señora de Lourdes para honrar a la Virgen con una gran fiesta, que en esta ocasión tuvo como marco la Semana Vocacional diocesana.

 

La misa fue presidida por el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre y concelebrada por varios sacerdotes de la diócesis. Posteriormente se realizó la procesión desde Magallanes hasta el centro comercial del puerto, retomando la calle 12 de octubre hasta la gruta. Como es tradición, en la esquina de Bosch y 12 de octubre, la imagen de la Virgen de Lourdes fue girada en dirección al mar, para rezar por todos los pescadores y por el puerto. Se recordó especialmente a los 44 tripulantes desaparecidos del submarino ARA San Juan y otras lanchas desaparecidas en el mar. Monseñor Mestre se acercó también a la puerta del Hogar de Lourdes, donde saludó a algunos abuelos y a personas con discapacidad que allí viven.

 

Durante la homilía, el obispo dijo recordó que San Juan Pablo II, “cuando lo veíamos débil en su cuerpo pero muy fuerte en su fe, el último viaje que hizo fuera de Italia, fue al santuario de Lourdes. Allí nos exhortó y recordó que Lourdes es casa de oración donde contemplar el rostro de Cristo”.

 

“Queremos que en esta tarde, en esta misa como se hizo a lo largo de esta novena, que esta Gruta, este lugar santo, sea casa de oración donde contemplar el rostro de Cristo”, expresó monseñor Mestre.

 

“Celebramos a la Virgen con los textos del Evangelio del domingo, donde el Señor cura un leproso. Pensar en nuestra Señora bajo la advocación de Lourdes, es rogar por los que están enfermos, en esta jornada internacional de oración por los enfermos. Es pensar en el hogar de los enfermos crónicos de este lugar, atendidos desde hace tantos años por las hermanas, el personal, y por muchos laicos que acompañan espiritual y materialmente esta hermosa obra. Es pensar en la realidad de los enfermos; cada uno de nosotros en nuestros ambientes encontramos enfermos y con humildad pedimos a Dios, por intercesión de la Santísima Virgen de Lourdes que les conceda la salud, pero sobre todas las cosas la fe y la paciencia para estar firmes en el momento doloroso que atraviesan”, rezó.

 

Para finalizar monseñor Mestre expresó: “Qué lindo si todos los que celebramos al Señor en esta gruta, descubrimos que en nuestro ambiente tenemos que ser misioneros. Así nos damos cuenta que a ese pariente, a esa amiga, a ese conocido le tenemos que recordar y proclamar las maravillas que el Señor hace en nuestra vida”, e instó a transmitir la experiencia de encuentro con Dios a los demás: “El Señor toca mi corazón, me sana y restaura, eso que experimento tengo que transmitir a mis hermanos”, y aseguró que “¡Vale la pena, eso es ser misionero!”.

 

Durante la procesión con la imagen de la Virgen de Lourdes por las calles del puerto, cuando la imagen se detuvo frente al mar, el obispo expresó: “Te encomendamos Señor, especialmente a aquellos que salen al mar. Te pedimos que se puedan reactivar todas las fuentes de trabajo, para que haya condiciones dignas para cada trabajador y familia. Desde este lugar, con la imagen de nuestra madre mirando el puerto y al mar, te encomendamos la situación de los 44 tripulantes del ARA San Juan, los del Repunte, del San Antonino, el Niño Dios, y de tantos otros que han partido a la casa del padre y otros que están desaparecidos en el mar. Te encomendamos la vida de sus familiares y amigos, concédeles fortaleza, y una fe equilibrada para que pueda mirar la vida con esperanza y realismo. En un momento de silencio oremos en lo más profundo del corazón”.