Maíz voluntario y chicharrita, prácticas de control para Entre Ríos
|El INTA emitió un documento específico para la región entrerriana referido al manejo al manejo de maíz voluntario, que se basó en un informe nacional emitido por especialistas en malezas pertenecientes a diferentes unidades y al Programa Nacional de Protección Vegetal del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (2024).
Entre las diferentes maneras de manejar esta problemática, se encuentra la selección del híbrido. Pero, no todos los híbridos tienen el mismo grado de susceptibilidad a Dalbulus maidis, ante esta situación, el control del maíz voluntario o guacho durante el otoño e invierno provenientes de cultivos de maíz de primera son fundamentales
“Este control del hospedante permitiría crear un “vacío sanitario” de no menos de 90 días, en el cual el vector no tendría acceso a alimento y por ende disminuiría su supervivencia e incidencia en los cultivos de maíz posteriores presentes en la región.
En Entre Ríos sería también importante el control al fin del invierno y previo a la siembra de nuevos cultivos, del maíz voluntario proveniente de los cultivos de maíz tardíos ya cosechados. En este esquema no será posible lograr 90 días de vacío sanitario, pero es igualmente importante evitar la presencia del hospedante para Dalbulus maidis”, explica Javier Crespo, profesional del INTA Paraná
El problema con los granos de maíz que quedan en el campo luego de la cosecha y que pueden germinar se suele tomar como una maleza. Además, a partir de la última campaña, se le suma la preocupación de ser hospedante de un insecto vector y favorecen su supervivencia. “Por esto, es de suma importancia el control y manejo del maíz guacho, para evitar la supervivencia del vector por falta de alimento, y así la transmisión de los patógenos”, asegura Andrés Rampoldi, técnico del INTA Concepción del Uruguay
El documento técnico elaborado por los profesionales detalla dos tipos de recomendaciones de manejo para el maíz voluntario en lotes de producción y el manejo en áreas no cultivadas guacho.
Entre las recomendaciones de manejo de maíz voluntario en lotes en producción se cita el manejo químico con herbicidas y el control con implementos mecánicos. Los momentos claves y la mayoría de las decisiones se deben tomar antes de la siembra del cultivo de maíz.
En este sentido Crespo explica que “es importante estimar las pérdidas de maíz para realizar los ajustes necesarios en la labor de cosecha tendientes a reducir al mínimo posible las mismas. Esto también permitirá estimar la cantidad potencial de plantas de maíz voluntario al cabo de la cosecha como así también determinar patrones de pérdidas de cosecha que permitan realizar intervenciones adecuadas a ello.”
Por su parte, Rampoldi recomienda “monitorear durante el otoño-invierno la emergencia y crecimiento de plantas de maíz voluntario. En cuanto al control químico postemergente, se debe tener en cuenta el tamaño de las plantas y el número de días desde la emergencia, a los efectos de reducir su capacidad de actuar como fuente de inóculo y lograr mejores controles.
Para realizar control mecánico, se recomienda considerar el momento óptimo de intervención, para reducir al mínimo posibles otros riesgos ambientales. Es importante realizar una evaluación de la eficacia de control de los distintos métodos para determinar la necesidad o no de repasos con otros métodos de control.
El manejo de maíz voluntario debe realizarse en todos los lotes y a nivel zonal/regional, no solo en aquellos que vayan destinados a maíz o soja en este próximo ciclo agrícola; esto permitirá contener la problemática en la región en beneficio de todos.
Se debe prestar especial atención a inviernos cálidos y secos que permiten el desarrollo del hospedante (maíz voluntario). En ciclos agrícolas previos, que fueron más cálidos y secos de lo normal, la desatención al finalizar la cosecha favoreció la diseminación del vector.