Luis Scola: “Hay que cambiar la estructura entera del deporte argentino”
|Haberse desarrollado como deportista dentro de organizaciones profesionales ha moldeado la mirada de Luis Scola sobre la gestión deportiva. Por eso le cuesta tanto entender lo que ve a la distancia o cuando se sube a cada proceso con la Selección. “Hay que cambiar la estructura entera del deporte argentino”, sintetiza. Y se coloca en la vereda de enfrente de la más ancha avenida que exista con respecto a las nuevas autoridades de la Confederación Argentina de Basquetbol.
“Es muy difícil para mí estar involucrado en esta CABB, porque muchos pertenecen al grupo de gente que nos creó el mayor daño posible que tuvimos en la historia. Vuelven para reforzar un sistema que está roto y se votan para perpetuarse. Ya vimos el resultado que tuvieron y probablemente tengan el mismo. Mi forma de entender cómo funcionaría una organización deportiva está tan en las antípodas que es imposible llegar a ningún punto medio. Está bien que se piense distinto, no tiene nada de malo. Les deseo lo mejor. Lo que yo creo que debe ser la CABB es muy diferente a lo que piensan ellos. No tengo lugar para ayudar. Si preguntás del otro lado, tendrán la misma opinión”, expresó Luis Scola acerca de su relación actual con la “nueva” Confederación liderada por Fabián Borro.
En 2014 lideró el reclamo de la Selección por profesionalización y transparencia, para aggiornarse a los tiempos del deporte profesional, consultado acerca de si continúa pidiendo lo mismo, respondió: “No pido más nada. Sólo juego. En aquel momento había una situación delictiva que requería una intervención mucho más drástica. Hoy estamos en otro lugar, a pesar de que muchos son los mismos de aquel momento. Yo cuestiono el sistema, no a ellos. Yo haré mi trabajo, que es jugar. Quizá mañana las cosas cambien y haya otras posibilidades. A mí me gusta la Selección porque tengo muchos años invertidos y pienso que puedo ayudar, pero no en un lugar donde piensan tan diferente y opuesto a mí. Ellos están deseando que no me involucre en nada, porque entienden el básquetbol de una manera totalmente opuesta a lo que siento yo”.
Scola analizó que la organización dirigencial deportiva nacional “responde a un sistema obsoleto, arcaico y que se dejó de usar en el mundo”. Y argumenta largo y tendido: “Nuestro sistema pertenece a un mundo antiguo que no funciona sino que fue cambiando. Pero así manejamos el deporte olímpico, que es profesional pero muchas veces es amateur, no porque no se entrene sino porque no se cobra un sueldo para vivir full time o los atletas no son tan reconocidos -explica-. Incluso donde se mantiene este sistema directivo por tradición, debajo del ala política ves un ala profesional que tiene bastante más poder que la pata política. Nosotros no reconocemos como obsoleta a esta problemática y la tratamos de reafirmar, asentar y sellar para que sea cada vez más eso. Hay que cambiar la estructura entera del deporte argentino, pero nadie dio el primer paso. La gente que maneja piensa que es un sistema moderno y que somos un modelo”.
En cuanto a la Liga Nacional de Basquetbo fue categórico: “Escuchás hablar de la Liga Nacional como modelo y yo te digo que nadie usa a nuestra Liga como ejemplo o modelo en el mundo. Es una venda en los ojos que nos tapa y nos da una falsa sensación de éxito que realmente no tenemos y alimenta un sistema obsoleto, antiguo y arcaico. Es muy difícil salir, porque la gente alimenta el sistema. Si yo te junto 20 anárquicos y te los hago votar, van a votar la anarquía y vos podés decir que sos democrático pero no lo sos. La democracia es otra cosa. Tener 20 tipos que piensen lo mismo no necesariamente significa que es el único sistema y que es democrático. La problemática va más allá del básquetbol”.
“Hay algo muy común en Argentina: en los deportes de equipo somos buenos y en los individuales no somos tan buenos. Eso nos da una sensación de falso éxito. ¿Por qué los deportes de equipo funcionan mejor, con niveles de rendimiento tan altos? Porque los deportistas de equipo tienen la chance de irse y usar la plataforma de otros países para desarrollarse”, reflexiona.
Y entonces se pone de ejemplo y nuevamente critica lo que sucede en la Argentina. “Cuando era chico, me fui a España a los 18 y usé esa plataforma durante 10 años. Luego usé la de Estados Unidos y después la de China. Todos esos modelos fueron replicados por la Selección, que creció y tuvo éxito. Pero eso no tuvo que ver con la estructura del país. Podemos hablar de ‘los hijos de la Liga Nacional’, pero la verdad es que mientras no emigramos, no se consiguió absolutamente nada -asegura-. Después conseguimos todo, desde medallas olímpicas y torneos hasta jugadores en la NBA. Eso pasó cuando se formaron en otros países, porque sus estructuras son las mismas que desarrollan a los nadadores y a los velocistas de 100 metros. Cuando perdés esa estructura, vas a la Argentina. Así es que cuando los deportistas individuales tienen estructuras peores, consiguen resultados peores”.
Scola reafirma su posición “políticamente incorrecta” ante la pregunta de Clarín sobre si se puede decir que es un milagro que el deporte argentino aún coseche medallas importantes o te parece exagerado: “No estamos en una situación milagrosa y hay deportistas que hemos roto esa frontera: Lange, Pareto, Espínola… Hay que compararse con países que tengan una estructura similar en habitantes, región y PBI. Y en esa comparación, perdemos. Pero si vamos a pensar que no ganaremos medallas, tampoco es realista. Vamos a tener cierto nivel de éxito porque somos 45 millones y tenemos una cultura del deporte, pero si a esos pequeños éxitos los etiquetamos como un milagro nos volvemos a poner en el lugar del heroísmo. En Río de Janeiro 2016 promovimos que era la delegación olímpica más grande cuando era así porque empujaban los deportes de equipo, ya que Brasil no tenía que clasificarse. A la hora de ir al hueso, no tenemos una estructura. No significa que seamos un desastre, porque el ENARD es un gran lugar. ¿Hace todo bien? No. Está para sumar. Buenísimo. Genial. No significa que no haya que cambiar. Los países invierten, profesionalizan y generan un entorno del alto rendimiento. Y acá vamos a la polémica por el”.
Y concluyó la fecunda nota: “Al margen de lo poco ético o ilegal de saber quién gana plata si esas tierras del CeNARD se venden o no, no vas a ver en ninguna parte del mundo un centro de alto rendimiento que tenga un profesorado y donde se vea a veteranos jugando al fútbol y a gente caminando. Y todo en el metro cuadrado más caro de la Ciudad. Los lugares pensados para el alto rendimiento, como Colorado, Sierra Nevada, Pensacola o Australia, están alejados y allí se se respira alto rendimiento todo el tiempo. El CeNARD no es así. Que sea un centro para la educación física o un centro cultural… Debe haber un centro de alto rendimiento donde los deportistas trabajen. Ese lugar no está en Núñez porque no está en Manhattan. Eso tienen los países con éxito deportivo. Nosotros no lo tenemos”.