¿LT 14 abre el año sin programación?
|Inédito. LT 14 Radio General Urquiza, la emisora AM de la capital entrerriana, hasta fin del 2013 solo tuvo al aire música y cortes institucionales. Los operadores técnicos seguían firmes en su postura y negaron micrófonos abiertos a los distintos locutores y/o conductores de su programación habitual. Del paro ya habla todo el país. RTA sigue muda. El Gobierno también.
Los operadores de LT14 están de paro, no hay programación y otros medios administrados por RTA, ya deliberan continuar con esta medida en las distintas plazas.
Pese a ese riesgo inminente, ni la Sociedad del Estado, ni Gobierno nacional y entrerriano dan muestras de vida dejando en off side al actual director, Jorge Ballay, un hombre del riñón urribarrista quien años atrás llegó desde la costa concordiense, con su indudable prestigio y oficio, a conducir la primera tira diaria matutina en la cual se abordan los temas político-sociales más álgidos.
Ballay, no ha formulado declaración alguna, como tampoco autoridad alguna del gobierno entrerriano y mucho menos desde Buenos Aires ha surgido concepto determinado que aliente saludables expectativas.
Lo real es que, tradicionalmente, las quejas de distintos cuerpos agremiados de la emisora terminan con acuerdos nunca divulgados, o sea, en convenios internos que se contraponen con lo PÚBLICO de las acciones de fuerza planteadas y/o esgrimidas.
Hasta el martes por la noche, no se había destrabado el conflicto originado por la demanda de los técnicos en ver equiparados sus salarios con otros gremios de la misma radio.
O sea, se estiró en un plazo superior a otros bretes suscitados en el seno de Alameda de la Federación al 126, lo cual habla de una firmeza extraordinaria de este cuerpo sindicado.
Lo extraño es el mutismo del Estado, que da una apariencia de plena indiferencia, justo cuando se habla en esferas periodísticas de un hipotético plan de vaciamiento de todas las radios dependientes de Nación.
Lo señalamos días atrás: no estaría mal escuchar la palabra oficial. De hecho que, si bien desde hace muchísimos años todos las complicaciones terminan solapadas bajo cuatro paredes, y entre los gremios y “amiguismos” sindicales acuerdan soluciones transitorias, la gestión de Juan Carlos Bettanín logró profundizar determinadas divisiones entre el Personal.
Históricamente, la interna radial tuvo escisiones, disidencias, resquebrajamientos, pero en los últimos años las pugnas, las desavenencias y las divisiones se ahondaron. Quizás por ello es que la actitud intransigente de los Técnicos se acentuó, tal vez considerando estéril el exhibir una posición conciliatoria.
En resumen, la audiencia, los oyentes, quedaron de rehenes y se hipotecó el prestigio de la Emisora, sobre todo en lo que atañe a cumplimiento de convenios relacionados estrechamente a la programación al aire.
Una falta de respeto de la cual NO son responsables los empleados sino quienes tienen que poner solución a los diferendos de estas características donde el empleado solo procura hacer valer sus legítimos derechos.
Una vergüenza que el Estado no intervenga apropiada, adecuadamente, y más patético aun que NO DE LA CARA, como mínimo, clarificando la cuestión.