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LPF: Paraná pegó primero

Atlético Paraná ganó la primera final del Torneo Clausura Bicentenario de la Liga Paranaense de Fútbol (LPF) al derrotar a Universitario 1 a 0. El “Decano” espera con más tranquilidad la final de vuelta, que se jugará el domingo en barrio Corrales, y que marcará el final del calendario futbolístico de la capital entrerriana.

El partido no fue agradable. Sobre todo en el primer tiempo. Por el calor o por los nervios de los protagonistas, hubo pocas situaciones y sólo dos remates al arco (uno por bando) con peligro. El resto del tiempo se disputó en el mediocampo.

A los 15 minutos, el delantero visitante Leo Andersen eludió a tres rivales, yendo desde la izquierda de su ataque hacia el medio, y sacó un débil remate de derecha, directo a las manos del arquero Gustavo Vergara.

Enseguida, una buena proyección del lateral local Matías Silva por derecha resultó en un centro cerrado que ningún compañero empujó al gol.

Entretanto, Paraná dominó en el medio e impuso su ritmo, mientras la U se replegó desde la mitad de la etapa.

Las otras fueron sobre la parte final de la etapa. A los 39’, Alexis Sanabria (U) midió mal un pelotazo, Hernán Claro (P) ganó sus espaldas y remató de zurda, motivando una gran tapada de Diego Jacob (U).

Y a los 44’ una similar, pero en el área de enfrente, encontró a Jonathan San Martín (U) ingresando sin marca. La colgó ante la salida de Vergara y la pelota picó en el horizontal y salió.

Clima de final.

La emotividad creció en el complemento. A los 2’, Misael Humhoffe habilitó a Oscar Vallejo, quien desde el vértice izquierdo del área grande midió un derechazo con rosca que se clavó en el ángulo superior del segundo palo de Jacob. Era justicia.

El gol en contra despertó a Universitario, que se adelantó más con ganas que con fútbol, aunque se expuso a la contra del Decano.

Así, a los 20, Humhoffe enganchó por izquierda y cambió de palo, pero se le fue arriba. Seis minutos después, Santiago Barrios ganó una pelota en el medio y atacó, tocó para Claro que, ante la salida del arquero, devolvió al medio y el volante derecho elevó el tiro solo ante el arco vacío, era el segundo para el dueño de casa.

Se caldearon los ánimos de algunos con cuentas pendientes desde la primera parte, a lo que abonó el arbitraje de Juan Lucero (vista gorda para agresiones y dureza para los más jóvenes).

Universitario tuvo dos: a los 34’, falta a Andersen por la banda izquierda, saque rápido para Carlos Bruno, que remató sin marca y la pelota dio en la parte exterior de la red. A los 37’, Fabricio Campos Dechanzi (P) llegó tarde y tocó a Rodrigo Ceballos (U). Penal, que San Martín remató suave y al medio, a ras del piso, dándole la chance a Vergara para que rechace con los pies.

Los minutos finales fueron de desesperación para los de barrio Corrales y de resistencia para los de San Martín.

Violencia sin fin

También en Barrio San Martín hubo que lamentar incidentes. Sobre el final del juego, algunos plateístas insultaron al árbitro Juan Lucero. Uno de ellos lo salivó, provocando que el colegiado le hiciera frente. El acto seguido fue que los hinchas (incluidos algunos allegados al club) lanzaran trompadas, que sólo el alambrado pudo evitar que impacten en el rostro del referí. Minutos después, la salida de la terna arbitral del estadio fue tranquila.

A su vez, se generó una gresca entre jugadores de Universitario y simpatizantes y futbolistas juveniles del “Decano”.

La parcialidad local tuvo que esperar -lo que es correcto- alrededor de 20 minutos para salir de la cancha hasta tanto no se retiraran los simpatizantes del conjunto de barrio Corrales. Pero no hubo criterio a la hora de custodiar la partida del plantel de Universitario desde calle Ruperto Pérez.

En ese mismo momento, los efectivos policiales abrieron el portón de salida de los hinchas locales y allí el enfrentamiento fue inevitable. Aunque tampoco se justifica el motivo por el cual la combi que trasladó a los jugadores de la U detuvo su marcha a metros de haber arrancado. Entonces, los futbolistas de la entidad de barrio Corrales descendieron del móvil y empezaron a increpar a la gente que salía y arrojaron botellas y piedras que encontraron en la calle. Enseguida recibieron como respuesta insultos y hubo intercambio de proyectiles.

Incluso, hasta algunos jugadores visitantes casi llegaron a tomarse a golpes de puño con juveniles del Gato e hinchas.

La intervención de efectivos policiales, impidió allí que la cuestión fuese más grave y el plantel visitante se retiró del lugar.

Claro está que con un poco de criterio para delinear un operativo de mayor seguridad se hubiera evitado el incidente.