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Los bancos dicen que peligran promociones con tarjetas

La pelea de los comerciantes y la industria de las tarjetas de crédito no se detiene. Un día después de que la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) obtuviera dictamen en el Senado para la reforma de la ley que regula la actividad de los plásticos, fuentes del sector financiero aseguran que las tasas que se cobran por transacción están en línea con el resto de la región y que es inviable reducirlas.

 

Actualmente los comercios pagan a los plásticos el 3% del valor de la venta con tarjeta de crédito y el 1,5% con débito. Si, como piden desde hace un tiempo la CAME y la CAC se reducen esos aranceles a la mitad, peligran las cuotas sin interés, los días especiales de descuentos y el resto de las promociones bancarias, que han apuntalado al consumo durante toda la última década.

 

En pleno enfriamiento de la economía en 2016 uno de los mayores perjuicios para los consumidores sería el fin del programa Ahora 12, impulsado por el kirchnerismo y renovado por el actual Gobierno en marzo. En principio, el plan está en vigencia hasta el próximo 30 de septiembre, aunque en el sector financiero advierten que actualmente ya genera pérdidas para las entidades bancarias. “Cuando se creó, durante el gobierno de Cristina, las tasas estaban bajas. Pero ahora, con un costo financiero que ronda el 23% los bancos pierden contra la Lebac, que por más que haya bajado se mantiene muy por encima de este valor”, dijo una fuente del sector.

 

La rentabilidad del pago en cuotas para ambas partes es clave en un sistema económico donde el consumo representa un tercio del Producto Bruto. Del total de las ventas que se realizan con plásticos, el 50% se hace en un pago, y la otra mitad en plazos, donde los planes de 12 cuotas representan el 60%.

 

Uno de los mayores argumentos de los comerciantes para modificar la actual ley de Tarjetas es que los aranceles que se pagan son los más altos de la región. Los plásticos realizaron su defensa: mientras en el país el tope que permite la ley es del 3% para compras a crédito, en países como México y Brasil este límite está en torno al 6% y en Colombia al 6,8%. En tanto, sostuvieron que para operaciones con tarjeta de débito el máximo de Argentina está en los mínimos de Sudamérica: en Colombia también es del 6,8%, en México el 6% y en Paraguay del 3%.

 

Estos datos fueron presentados en la Comisión de Industria y Comercio del Senado. Además puntualizaron que en algunos rubros estos aranceles resultan aún más bajos: 1,2% de comisión en las naftas y líneas aéreas y el 1% para los pagos en débito automático.

 

En ese sentido, señalaron: “Una reducción del arancel termina en una transferencia de ingresos de un sector a otro –de la emisora de la tarjeta al comercio– sin beneficios para el consumidor, porque el precio final no va a terminar reduciéndose. Las bajas de aranceles de 10% a 5% en 1998 y del 5% al 3% en 2005, así lo demuestran”.

 

El miércoles en el Senado, la CAME expuso que es necesario limitar estos aranceles “porque la transferencia de dinero de los comercios a los bancos por comisiones de pagos con tarjetas es excesiva. Además, los montos que los comercios transfieren a los bancos le quitan liquidez y capital de trabajo al comercio minorista”.

 

Datos aportados por la industria de tarjetas demuestran que por cada $100.000 en un comercio de la Capital Federal factura por ventas realizadas con tarjetas de crédito, percibe de ganancia neta $90.162: un 3% es el importe que les cobran los plásticos– $3000– y el otro 7% se va en concepto de carga tributaria: IVA sobre ese arancel, retención de Ganancias, retención de IVA e Ingresos Brutos. En ese sentido, en el sector financiero aseguran que el menor uso de plásticos no sólo impactará en las cuentas públicas, sino que también desalentará la bancarización de la economía, uno de los principales objetivos perseguidos por Federico Sturzenegger, al frente del BCRA. “Cuando se paga con tarjeta todas las transacciones quedan registradas y se pagan impuestos sin posibilidad alguna de evasión”, enfatizaron.

 

Por último, enfatizaron que el arancel que cobran las emisoras de tarjetas no es un regalo, sino la contraprestación por los servicios que éstas brindan a los comercios, entre los que citaron: la comercialización de producto, las promociones, la publicidad, el pago sobre el seguro deudor, los riesgos de mora, la gestión de recupero, entre otros.