Los árbitros NO tratan lo actitudinal
|ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- El fin de semana pasado se realizó en la ciudad de Paraná la Clínica para los árbitros entrerrianos. La organización estuvo a cargo de la Confederación Argentina de Basquetbol, la Escuela Argentina de Árbitros de Basquetbol, la Federación Basquetbol de Entre Ríos y su Comisión Técnica. Estuvo a cargo Eduardo Bellón (Comisario FIBA e Instructor FIBA América). No se trató el tema actitudinal. Conducta de jueces. Soberbia. Arrogancia. Irrespetuosidad. Etc… Análisis inevitable.
La jornada comenzó el día viernes por la mañana con las acreditaciones en el salón auditorio del Hotel “Provincial”, donde se desarrollaron las disertaciones. De la Clínica participaron 49 entre Árbitros y Comisionados Técnicos.
Para el inicio de la jornada, la apertura de la Clínica estuvo a cargo del presidente de la Comisión Técnica Sr. Eduardo Soria quien agradeció la presencia de todos los árbitros y Comisionados Técnicos y dio la bienvenida a las autoridades presentes.
Luego, el presidente de la Federación de Básquet de Entre Ríos Ing. Carlos Álvarez explicó la importancia de estas Clínicas y dio el apoyo institucional a los árbitros agredidos la semana pasada en un hecho por todos conocidos y de público conocimiento y a todos los Árbitros y Comisionados Técnicos.
Posteriormente, tomo la palabra el presidente de la Asociación de Árbitros de Basquetbol y Secretario General de SARCOTEBA Sr. Oscar Sosa quien habló sobre la parte institucional de la Asociación que preside y la importancia de la misma y felicitando a la nueva Filial Entre Ríos zona Interior recientemente creada.
Hasta allí la gacetilla objetiva.
Reflexión…
Lamentablemente, en el programa NO estaba agendado referirse a los últimos acontecimientos de violencia en canchas paranaenses, tanto del 2012 como del presente año.
Vaya uno a saber por qué se trabajó exclusivamente sobre asuntos técnicos. Lo que es más… El temario se trajo desde CABB y se bajó a Federación. Como si Confederación o FBER desconocieran las coyunturas. ¿Alguien notificará lo que viene pasando en el baloncesto de la capital provincial? ¿O todo quedará en ámbitos “domésticos”?
Al menos, el consuelo es saber que para agosto se ha planificado el desembarco de Alejandro Amiconi, un ex juez que hoy enriquece a quienes se instruyen, se capacitan apropiadamente, con un sólido acervo en materia de Psicología, volcando su loable idoneidad precisamente en que está por detrás del juez de baloncesto pues su pasión es la psicología aplicada al arbitraje del Basquetbol.
Quizás con la llegada de éste motivador, haya jueces, en especial los de mayor trayectoria, que puedan de una buena vez por todas, interpretar que cambiaron muchísimo las condiciones de dirigir respecto a dos décadas atrás y que, de hecho, el arbitraje ha pasado a ser en la actualidad una de las profesiones más redituables del Circuito Profesional Deportivo en la Argentina, por lo cual, jugadores, entrenadores, dirigentes e hinchas exigen con demandas que merced a la tecnología, a la internet, circulan masivamente en cuestión de segundos, hasta formalizando seguimientos de los errores (y horrores…) de algunos soplapitos utilizando cámaras de celulares.
Y vale la pena poner de relieve que apuntamos severamente a los árbitros de mayor antigüedad pues todavía arbitran ubicándose en la transición entre el añejo aplicador de reglas y el conductor.
Seguramente, Amiconi lavará con altas dosis de shampoo determinadas cabezas que no entienden que cambió la sociedad, mutaron las modalidades vinculares, hubo una transformación del arbitraje, sin discernir algunos que es imperioso comprender el sentido de la mediación, en un mundo donde a la diversidad no hay que temerle.
El árbitro en la actualidad debe concebir, si quiere persistir y progresar, que una buena decisión es aquella que consiguió una buena intervención en el juego, es aquella que avaló el normal desarrollo de ese partido, lo demás todo verso. De éste modo, debe mantener una tensión equilibrada en la mayor parte de la contienda y saber asimilar los estímulos para transformarlos convenientemente.
Ese modo en que algunos jueces de Paraná piensan el arbitraje, y la característica subjetiva que utiliza para ejercer el rol sin dejar de tener en cuenta al otro (jugadores/técnicos/simpatizantes) es lo que en nuestro castigado básquet viene causando problemas serios.
Hoy, algunos árbitros exhiben con orgullo, con altivez, su preocupación por adiestrarse, ilustrarse, aleccionarse, instruirse utilizando febrilmente la tecnología. Para ciertos jueces, en especial los jóvenes, es “lo más”… Ellos ignoran, desconocen un dogma irrefutable: lo que ayuda a optimizar y hasta reformar es la predisposición del árbitro a ser supervisado, es la creencia o la fe o como quieran llamarlo a que alguien puede enseñarles algo.
Pero allí surge inequívocamente una coyuntura: dirigir mal es muy contagioso para los chicos que arrancan, por añadidura es trascendente saber poner “Stop” a la presencia de quienes ya no les apasione arbitrar y solo practiquen esta actividad para pagar la cuota de la casa o del auto.
Desde FIBA se lleva mensajes de integración arbitral, sin embargo Bellón y Cia. no se ocuparon al parecer de todo lo que viene aconteciendo en materia de violencia en canchas de Paraná.
Era una ocasión inmejorable. .Al parecer, desde CABB se obvió, se omitió que la instrucción con todas las metodologías didácticas que se emplean y/o se irradian desde la Asociación Argentina de Árbitros, con todos los recursos que se utilizan, no le enseñan al árbitro a dirigir sino que dan sentido a esas erudiciones prácticos que el árbitro tiene, le otorgan un encadenamiento interno, los organizan aplicando conceptos.
Los instructores/capacitadores dicen qué es lo que hace el juez, porqué se hace o no, ponen la regla que garantiza esa decisión en situación, amoldan sus movimientos, sus posiciones, y se apoyan en fundamentos incuestionables, axiomas o máximas ineludibles como: 1) las reglas de juego en su valía absoluta; 2) espíritu de las reglas; 3) la mecánica; 4) la aptitud física; 5) la competitividad psicológica. Éste último punto, el 5, parece que no se aprovechó hace pocos días en Paraná, para abordar probemáticas de actualidad.
Con casi tres décadas como periodista especializado de básquet voy a afirmar a rajatabla algo con lo cual, tal vez, algunos no coincidan: las reglas del básquet son las más claras y las más lógicas de todos los deportes. Pero el reglamento no explica concienzudamente todas las situaciones de juego, por lo cual considero que es necesario que un árbitro desmenuce coyunturas del juego sin menospreciar el sentido común sin que ello tenga influencia en el normal desarrollo del partido.
Por ello entendemos SANO que un juez sepa explicar y/o traducir que muchas omisiones percibidas en un cotejo han sido realmente DECISIONES. Y para ello, el árbitro debe tener paciencia, sabiduría, mesura, coherencia en el cómo podrá transmitir su juicio.
Hoy, en Paraná, se observa una pérdida casi total del diálogo fluido, fecundo, enriquecedor entre árbitros y jugadores, árbitros y técnicos, árbitros y periodistas, como mucho menos entre árbitros y espectadores.
En concreto, hay un hilo muy delgado pero tenso, fácilmente quebrantable. Como si la tolerancia, la paciencia, la calma, está permanentemente a punto de romperse, en especial por la actitud despectiva, marcial, de algunos jueces.
La Federación, aprovechando este Encuentro se adhirió al estupor de los jueces por los últimos incidentes acaecidos en ocasión de celebrarse una contienda por la Liguilla U17. Pese a ello, Bellón y Cia. no trataron ni siquiera unos breves minutos a ANALIZAR, a ESTUDIAR, el cómo se llegó a esa desagradable situación de plena agresividad.
O sea… Se la pasó por alto como si no hubiera ocurrido NADA. Mal… Muy mal. Ojalá que cuando Amiconi se dé una vuelta por estas tierras, aborde éste contexto para sacar sólidas conclusiones.
Por ahora, es evidente que NO HAY LÍMITES para la actitud, para la conducta de los árbitros. Si desde las esferas superiores no se trata, no se debate, no se corrige, es evidente que hay un VACÍO, o hay una “Zona Liberada” en lo que concierne a algo tan SIMPLE de enmendar. Y recién arranca el 2013 ¿eh?… Una pena. Triste. Muy triste que se le haya pasado por alto esto a Eduardo Bellón, a la CABB, a la AAAB y a la propia FBER.