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Lo que hay que saber ante un eventual balotaje 2023

En la historia institucional de la Argentina, durante un proceso de elecciones, sólo una vez se ungió un presidente de la Nación a través del balotaje. El sistema electoral que prevé una segunda vuelta entre los dos candidatos que mayor cantidad de votos sacaron en las elecciones generales, pero no lograron alcanzar las cifras suficientes para ganar en esa primera ronda.

Así, una vez terminados los comicios nacionales del 22 de octubre se conocerá si en la Argentina habrá balotaje, instancia que hasta aquí sólo se dio en 2015. La fecha, 19 de noviembre, fue fijada con el resto del cronograma electoral establecido por decreto en marzo de 2023.

Para ello, se debe esperar que ningún candidato supere el 45% de los votos, o que tenga el 40% y no supere al segundo por más de 10 puntos, para que se realice el balotaje de una elección presidencial.

El balotaje en Argentina se implementó en 1995, un año después de la reforma de la Constitución Nacional. En sus artículos 97 y 98 especifica que si la fórmula más votada obtiene más del 45% sus integrantes serán proclamados presidente y vice automáticamente, pero si el porcentaje obtenido es menor y la diferencia con el segundo no llega a los 10 puntos se deberá decidir en segunda vuelta.

Sin embargo, tardó exactamente 20 años en implementarse por primera vez. Aunque hubo dos ocasiones en las que dos candidatos se tenían que enfrentar mano a mano por la presidencia, en ambas uno de ellos se bajó. La más particular fue la de Carlos Menem, que incluso había superado en primera vuelta a Néstor Kirchner y decidió bajarse de todas formas.

En el mismo sentido, el artículo 151 de la Ley 24.444 establece que “si ninguna de estas condiciones se cumple, se realizará una segunda vuelta, que se deberá efectuar en los próximos 30 días a partir de la última elección, de acuerdo al artículo 96 de la Carta Magna. Participan las dos fórmulas a presidente y vicepresidente más votadas en primera instancia y resultará electa aquella que obtenga la mayor cantidad de votos afirmativos válidamente emitidos”.

La primera elección donde debió haberse realizado un balotaje fue en las presidenciales de 2003. En ellas, Carlos Menem se impuso en las generales contra Néstor Kirchner, pero el riojano se bajó del balotaje y el entonces ex gobernador de Santa Cruz asumió como presidente.

Algo parecido ocurrió en las elecciones presidenciales de 1973, cuando Héctor Cámpora y Ricardo Balbín debían presentarse en una segunda vuelta, ya que la ley en aquel entonces establecía que si ninguno superaba el 50% de los votos debían enfrentarse mano a mano. Sin embargo, Balbín renunció a la carrera presidencial luego de que Cámpora obtuviera el 46,5% en primera vuelta.

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