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Lo de Macri, Frigerio y Bullrich no es “aislar” a Varisco… Es inhumano e ir contra la institucionalidad

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- En la tarde de ayer, el país se hizo eco de la repudiable agresión soportada por el intendente de Paraná, Sergio Varisco, en la puerta de su domicilio, sito en pleno microcentro de la Capital entrerriana. Todo el arco político provincial expresó un unánime rechazo al feroz ataque. El presidente de la Nación, Mauricio Macri, el ministro del Interior, Rogelio Rigerio y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, nada han expresado.

 

La institucionalidad es entendida como un atributo básico de la República, dentro de un Estado de Derecho. Por consiguiente, se entiende que, si un Estado en ejercicio de su plena soberanía configura su distribución político-administrativa a la luz de la División de Poderes, luego, esa República, se hará de todos los organismos que dirijan ese imperio y su ejecución al servicio de las personas y en pos del bien común.

Más allá que no existe completo consenso del alcance que se debe otorgar al término, así algunos atribuyen su carácter normativo-administrativo como la particularidad determinante y diferenciadora de los demás métodos de ejecución estatal, sin embargo otros la señalan como el apego de la sociedad contemporánea dentro del desenvolvimiento de las atribuciones gubernamentales, administrativas, constituyentes, legislativas y en líneas generales e intuitivas, debe entenderse que una sociedad o un Estado tienen su institucionalidad más avanzada y fuerte, cuanto más eficientes sean las normativas y leyes que se aplican, y cuanto menos distorsiones se verifiquen en las regulaciones y resoluciones.

 

La democracia, que nos ha costado tanto conseguir, tiene por fundamento el respeto de los derechos humanos, de la voluntad popular y la búsqueda del bien común, su mejor desarrollo merece atención y voluntad política de quienes compiten por el poder y por quienes son sus representantes y ocupan funciones en las instituciones del sector público y privado. Es deber de todos contribuir al fortalecimiento institucional, para alcanzar una mejor seguridad jurídica y superar las deformaciones, excesos y omisiones que nos alejan del ideal democrático y de la plena vigencia del orden constitucional.

 

Llama poderosamente la atención tan indiferente actitud por parte del presidente de la Nación, Mauricio Macri, del ministro del Interior, Rogelio Rigerio y de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quienes nada han expresado respecto al gravísimo episodio vivido por el intendente de Paraná, cobardemente atacado por tres personas frente a su domicilio, en pleno centro de la ciudad de Paraná.

¿Será por la coyuntura judicial en la cual está involucrado el presidente de la Comuna paranaense?

 

La Constitución con sus progresos y aún con sus pendientes, ha servido durante para acompañar la maduración de nuestro sistema democrático. Fue y es indispensable en ese proceso de crecimiento, aunque lamentablemente ella no garantiza por sí sola la institucionalidad y el respeto de los derechos humanos.

 

Tal vez sea por ello que necesitamos y necesitaremos siempre de gobernantes que tengan por función principal el cumplimiento de los objetivos más caros a nuestro Pueblo, aquellos que se encuentran enunciados en la propia Carta Magna, “constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todas las personas del mundo que quieran habitar en el suelo argentino…”.

Hoy, Macri, Frigerio, Bullrich, en sí, el arco político nacional de Cambiemos, esgrime rasgos inhumanos preocupantes, inquietantes con tan impasible, fría, distante actitud ante un hecho alarmante que estremece las bases democráticas entrerrianas.