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Llega a la Argentina líquido protector de objetos contra el Coronavirus y bacterias

En el contexto de la búsqueda de soluciones que permitan alcanzar una “nueva normalidad” con estándares mejorados de salud y cuidado, la empresa Tienda Nano mueve el tablero con Liquid Guard o Líquido Guardián un protector de objetos y superficies contra coronavirus y bacterias, un complemento ideal para la limpieza y desinfección.

Hospitales y sanatorios, líneas de transporte, canales de TV y cadenas de hoteles de la Argentina ya han descubierto y adoptado en este mes una solución inédita para protegerse de coronavirus y de todo tipo de hongos y bacterias, incluso las más peligrosas y resistentes, como las temidas KPC y Escherichia coli.

Se trata de Liquid Guard o Líquido Guardián, un protector de superficies de origen alemán, de diseño nanotecnológico que con una sola aplicación es capaz de inactivar por un año cualquiera de estos agentes microscópicos y submicroscópicos, con una eficacia probada por encima del 99%. Al recubrir superficies rígidas, flexibles o hasta telas con una capa de textura nanométrica –del orden de la millonésima de milímetro– actúa sobre los microorganismos de manera física, lo que lo hace más durable y efectivo y menos tóxico que los desinfectantes convencionales, que son de acción química.

Al frente de esta revolución en el mercado local de la bioseguridad está la empresa argentina Tienda Nano, liderada por el emprendedor local Andrés Morano (40). Como parte del grupo SOFACE, creado en 1990 por su padre Gabriel Morano, Andrés se había centrado en los últimos 12 años en el rubro de productos, servicios y asesoramiento tecnológico para el sector de hoteles y entretenimiento. “Cuando a comienzos de este año empezamos a pensar en soluciones de bioseguridad para nuestros clientes me encontré con que a fines de 2018 se había empezado a usar en Alemania esta tecnología totalmente innovadora de sanitización”, cuenta Morano.

La pandemia que se avecinaba, con crisis y todo, ponía entre la espada y la pared la estructura de su empresa, destinada a servir a un sector que iba a tener que parar su actividad por tiempo indeterminado. Una de las empresas del grupo dedicada a desinfección, con 45 empleados a cargo, de pronto ante la crisis sanitaria quedó sin actividad ni ingresos, cuenta Morano. Y ese fue el contexto en el que, para probar su garra de emprendedor, se decidió a dar el salto.

La movida innovadora

Así surgió Tienda Nano, con una inversión de 30 millones de pesos que permitió traer a la Argentina este exclusivo producto nanotecnológico creado en Alemania, donde en 2019 había recibido el premio a la innovación. A partir de marzo cobró marcha acelerada el proceso de gestionar los derechos de importación y representación del producto para América latina, habilitaciones y certificaciones locales y puesta a punto de una planta en el barrio porteño de Mataderos para participar del proceso de elaboración y packaging.

Las pruebas realizadas en los laboratorios europeos Eurovir y Quality Labs habían certificado los más altos rangos de eficacia de Liquid Guard contra virus y hongos; y en Argentina se sometió a nuevas pruebas a cargo de la división de Higiene y Seguridad del Centro de Infectología Stamboulian, que demostró eficacias superiores al 99% en diferentes superficies contra un amplísimo espectro de bacterias –incluyendo a las multirresistentes que provocan las temidas infecciones intrahospitalarias–, y del Laboratorio de Virología del INTA, que demostró los mismos niveles de eficacia del revestimiento contra cultivos de coronavirus (CoV). Actualmente la empresa se encuentra trabajando también junto al CONICET.

Con Liquid Guard como estrella de un renovado portfolio de productos y servicios, señala Morano, “compramos máquinas, invertimos y transformamos lo que eran una empresa de sanidad y una de telecomunicaciones en una compañía innovadora que hoy provee insumos, protección y prevención contra coronavirus”. Con ese foco, explica, ampliaron su cartera incorporando otros productos innovadores de protección antiviral, como ácido hipocloroso (agua electroactivada), alcohol en gel con nanopartículas de plata Nanotec (con 6 horas de efecto residual), nebulizadoras ambientales ULV, amonio cuaternario y cloruro de benzalconio.

Un mercado potencial ilimitado

El plan de inversión en insumos para la elaboración, empaque, venta y distribución de Liquid Guard de aquí a fin de año es de 120.000 dólares, con una proyección de ventas por 4 millones y medio de pesos. A partir de su aplicación en Bingo Pilar, donde se hicieron las primeras pruebas, la demanda comenzó a aumentar.

En el abanico de clientes ya se encuentran los consultorios Dental System, la Línea 64 de colectivos urbanos, el Instituto de Neurología Ferrero, clínicas cosméticas y hasta un canal de TV, pero también esperan presentarse a licitaciones para sanitizar clínicas y hospitales públicos.

Desde sus dos oficinas en el centro de CABA dirigen la venta, básicamente por e-commerce, pero la actividad de la empresa incluye el servicio y asesoramiento, y en este sentido van adquiriendo una acelerada experiencia en el nuevo contexto, donde las exigencias se han transformado: “Trabajamos con una empresa de desinfección que opera en 1300 edificios, donde hasta hace unos meses el problema eran las hormigas y cucarachas”, explica Morano: “Hoy les estamos ofreciendo un revestimiento de nanotecnología de origen alemán, y los espacios más críticos pasaron a ser las botoneras de los ascensores y los porteros eléctricos”.

“Nada de esto fue fácil –recuerda–, desde que trajimos por primera vez el producto hasta que logramos equiparnos y ajustar los procesos para sacar la primera partida envasada, fueron cuatro meses sin dormir”. En medio de este proceso en el que, como le gusta decir, “los melones se acomodan a medida que el carro se pone en marcha”, la empresa va migrando tecnológicamente para incorporar cada vez más etapas del proceso de fabricación a nivel local.

Integración tecnológica

Como se trata de un producto de alta demanda en el mercado masivo, prácticamente no hay tope ni límite, y el problema principal que vislumbran serían los cuellos de botella de la producción para afrontar un potencial disparo de la demanda. Ya cuentan con la licencia para comercializar Liquid Guard en 27 países del continente; no obstante, una parte importante de la estrategia de desarrollo del producto es introducirlo en los procesos productivos de la industria local: “Nuestro objetivo final es que los fabricantes argentinos, tanto de productos para el mercado local como sobre todo para exportación, adquieran un nuevo concepto en sanitización; que el fabricante de inodoros, por ejemplo, sepa que puede producirlos con un revestimiento antivirus y antibacterias que suma tecnología y agrega valor”.

Este plan de crecimiento hace que Morano esté evaluando la posibilidad de trasladar en breve la estructura productiva a un polo tecnológico. Sin embargo, remarca, “como emprendedores y como pyme argentina, no estamos exentos de las limitaciones dadas por la coyuntura local, y no tenemos una amplia espalda financiera”, lo que los lleva a estar atentos a las líneas de financiamiento que puedan ponerse a disposición de los emprendimientos de base tecnológica e interés público. “Nuestras estructuras están armadas con mucho empeño, mucho empuje y mucha dedicación, y siempre hay piedras en el camino, pero cuando se trabaja en equipo se logran resultados increíbles”.

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