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Liga A: en el tercero lo destrozó

Peñarol de Mar del Plata arrancó con triunfo en la Serie Final. Derrotó a Atenas de Córdoba por 82 a 69 y tomó ventaja mínima. Un rato durante el tercer período le alcanzó a Peñarol para colocar el partido a su gusto y construir una diferencia de quince puntos que después Atenas no pudo reducir.

El primer tiempo fue la parte más equilibrada dado que casi no se sacaron ventajas sustanciales y si las hubo (seis puntos de cada lado) no duraron mucho en el tiempo. En el inicio Atenas encontró efectividad en los triples, embocó los primeros cuatro (dos de Locatelli, Figueroa y White) y se alejó por seis (6-12).

Sin embargo, el interrogante quedó planteado porque durante los primeros diez minutos el juego interior cordobés fue irresoluto (2/9 dobles) y en la medida que el equipo perdió eficacia de lejos el partido se le complicó. Del otro lado estaba Peñarol, cuyos porcentajes no eran mejores (4/11) pero sí le alcanzó con extender la defensa, generar un par de pérdidas, para pasar al frente vía Campazzo (13-12) y equilibrar con pasajes de Rodríguez y Lamonte de lo que hasta allí era un trámite reñido y confuso (17-18).

En el segundo tramo el partido no varió demasiado aunque los triples cambiaron de dueño y pasaron a Peñarol (4/6 contra 2/8 de Atenas) de los cuales dos fueron de Mata. Con eso, sumado a un breve lapso de Gutiérrez (que no encestó puntos en el primer cuarto y finalizó la mitad con cinco) estiró la máxima a seis con un acierto lejano de Lamonte (30-24), que Atenas pudo reducir cerca del final por la misma vía a través de Romero y Cantero (37-34). Al término de la primera mitad hubo un dato y fue que Atenas hasta los primeros veinte minutos no pudo capturar ningún rebote en el aro ajeno (finalizó el juego con dos).

El último momento favorable de Atenas en el partido fue al comienzo del tercer cuarto cuando Kante y Lo Grippo (primer doble) le permitieron revertir en poco más de un minuto (37-38) evidenciando una mejoría del juego interior. Pero fue un espejismo porque Peñarol lo dio vuelta con triples (Rodríguez y Campazzo) (49-43). En la segunda parte del cuarto Atenas pareció sentir el rigor del cansancio y retornó muy lento a defensa, eso le permitió a Leiva emprender una corrida y volcar el balón para ampliar la máxima a ocho y obligar a Sánchez a parar el juego a los 25:49 (53-45) porque era el inicio de una ráfaga, luego lapidaria.

No obstante, Atenas no tuvo soluciones de peso y en esos cuatro minutos perdió literalmente el partido. Un doble y un triple de Campazzo más dos libres de Gutiérrez en el minuto 28:35 colocaron a Peñarol al frente por quince (62-47). En el último segmento Atenas quiso y no pudo, lo más que redujo fue a nueve (72-63) con un doble de Orlietti siete minutos más tarde (35:30), y Peñarol reguló. Y casi sobre el cierre, con dos libres de Rodríguez, sin grandes apremios, alcanzó la mayor diferencia de diecisiete (82-65).

Algunos números fueron concluyentes. Peñarol en general cambió la fisonomía y esta vez no dependió de sus tiros a distancia, de hecho lanzó 23 triples contra 41 dobles. Además, no dilapidó ocasiones desde la línea (19/20 libres) y dominó en rebotes de manera aplastante (44-25). Atenas fue la contracara, al tener desarticulado el juego interior dependió de los tiros lejanos y sus porcentajes no fueron suficientes para sostenerse (9/27). Peñarol repartió extremadamente el protagonismo y seis jugadores llegaron al doble dígito. Marcos Mata (13+10) y Facundo Campazzo (14, 3 recuperos) se llevaron las mejores menciones.