Las claves de cómo Patronato fue despojado grotescamente de un triunfo imprescindible
Barracas Central derrotó 2-1 a Patronato por la décima fecha de la Liga Profesional, en un partido que terminó en escándalo por los groseros errores del árbitro Jorge Baliño y el VAR a cargo de Diego Abal y Diego Ceballos. El juez y los encargados de la tecnología anularon mal dos goles del equipo de Paraná; en uno de ellos, además, retrotrajeron la acción a un supuesto penal a Calderara que no existió. Y la visita explotó de bronca tras el encuentro: Facundo Sava agredió a la autoridad principal (le amagó un golpe y luego lo empujó) y los jugadores se enfrentaron a la policía dentro del campo de juego.
Pongamos la lupa sobre las acciones más controvertidas. El primer gol anulado al Patrón sucedió cuando se imponía por 1-0 en el estadio de All Boys (que como no tiene la fibra óptica conectada con Ezeiza, requiere que los jueces del VAR estén cerca de las instalaciones). Axel Rodríguez controló la pelota dentro del área, se acomodó y sacó un remate cruzado que descansó en la red. Pero desde la cabina llamaron a Baliño. Y la dupla Abal-Ceballos entendió que el punta recibió en fuera de juego. Sin embargo, en la repetición se puede observar que, cuando traban un futbolista de Barracas y otro de los entrerrianos, es en el hombre local el último en el que impacta la pelota. Primer grueso error.
“Se considerará que un jugador en posición de fuera de juego no ha sacado ventaja de dicha posición cuando reciba el balón de un adversario que juega voluntariamente el balón”, subraya el reglamento.
* Del gol mal anulado a Lozano al penal inexistente para Barracas, en una misma secuencia
Luego llegó la máxima controversia. Lozano anotó un gol de contragolpe, tras un derechazo combado. Y, mientras festejaba todo Patronato, el VAR volvió a convocar a Baliño para que revisara el inicio de la acción, ante una supuesta infracción de Giani a Calderara, que no existió. Una fantasía que el árbitro compró ante la pantalla ubicada junto a los bancos. Gol anulado y remate desde los 12 pasos para el local, pero Altamirano tapó ante Mouche.
No obstante, Sebastián Rincón anotó el 2-1 en tiempo de descuento y se desató el caos. Facundo Sava, que había sido expulsado, prepoteó a Baliño y vociferó: “Me dan ganas de irme a mi casa y no dirigir nunca más en mi vida”. Los jugadores también rodearon al juez, intervino la policía que empujó, un futbolista le sacó el gorro a uno de los oficiales, en la marea humana terminó en el piso. Y volaron manotazos, reinó la confusión. Una situación injustificable, pero que tuvo raíz en un vergonzoso arbitraje (y la intervención del VAR) que sembró la polémica en Floresta.