La Uader distinguió con el Honoris Causa a Horacio González
El reconocido sociólogo y actual director de la Biblioteca Nacional, recibió de parte de la Uader el título de Doctor Honoris Causa. El acto se realizó en el salón de actos de la Escuela Normal de Paraná, en el marco del XVIII Congreso Nacional de Literatura Argentina, mediante Resolución CS Nº285-15, siendo encabezada la ceremonia por el rector, Bioing. Aníbal Sattler; la decana de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales (FHAyCS), Mg. Rosario Badano; y la intendenta de Paraná, Prof. Blanca Osuna.
González manifestó su emoción ante el reconocimiento, previo a la conferencia que brindó como parte de un evento académico del que la FHAyCS-Uader fue sede. La jornada fue acompañada por autoridades universitarias, docentes y estudiantes.
Entre los principales fundamentos, se destacó a González como “uno de los intelectuales más lúcidos y comprometidos con el análisis teórico y crítico de la política argentina”.
Así también, se puso de relieve “que su sólida formación académica es acompañada por una vasta producción en materia de ensayos sobre la historia y la política argentina, además de producciones de imponderable valor respecto de la literatura argentina, su relación con las migraciones, las producciones culturales, el periodismo, los movimientos obreros y las discusiones lingüísticas latinoamericanas”.
La iniciativa surgió de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales (FHAyCS), que consideró oportuno brindar el reconocimiento a una figura relevante de la cultura argentina, con una frondosa trayectoria que incluye la autoría de más de veinte obras escritas. Vale decir que el título Honoris Causa es una investidura destinada a personas que se destacan en el ámbito de sus investigaciones y producciones en los principales campos de la actividad humana.
González es director desde hace doce años de la Biblioteca Nacional “Mariano Moreno”; Licenciado en Sociología por la Universidad de Buenos Aires y Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de San Pablo (Brasil). Desde 1968 ejerce la docencia universitaria en el país y el extranjero. Es considerado por muchos como uno de los pensadores más potentes en la producción de un pensamiento nacional y popular y de transformación social en Argentina.
Palabras de Aníbal Sattler
Instantes previos a la entrega de la distinción al ilustre visitante, el rector de la UADER, Bioing. Aníbal Sattler expresó: “Nuestra UADER se complace hoy distinguir con el título de Doctor Honoris Causa, al ensayista, sociólogo, escritor y polemista Horacio González. En su figura esta Universidad pretende rendir culto a un cierto modo de ser intelectual, de ser lector y de ser escritor”.
En referencia a la figura de González, el rector lo describió como “el pensador que no cesa en la búsqueda, que no se conforma, que elige el pensamiento crítico, que apuesta al debate de ideas en las polémicas constituyentes de la historia de este país, las que respiran en el inconsciente nacional y que Horacio las saca a flote sin retaceos para comprender el acontecer social, político y cultural de este particular país, nuestra Argentina”.
“Con orgullo esta Universidad pone de relieve, con este Título, a quien tiene el inmenso rol de custodiar, de darle vida, de poner en conversación a los textos que conforman el patrimonio de la Biblioteca Nacional. Este título es para quien está bien cerca cada día de este conjunto de libros, apuntes, memorias, huellas de distintos tiempos y espacios en que se habla sobre este país, textos que tienen el inconfundible sello de haber sido escritos en esta parte del mapa”, aseguró.
Entre los aspectos destacados de su discurso, el rector subrayó que con el Título de Doctor Honoris Causa la Universidad valora “el compromiso de Horacio González con el colectivo de intelectuales como Carta Abierta, que se propuso fijar posición ante un proceso político intenso; su compromiso docente con la Universidad Pública en las aulas de la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad Nacional de Rosario, y como promotor de políticas para la educación superior en la brevísima pero muy intensa primavera camporista”.
“Este escritor, sociólogo y doctor en ciencias sociales fue un militante que llevó hasta los límites que los tiempos le permitieron las acciones en favor de derribar los muros que separan a la educación superior de su pueblo, que tienden a aislar en todo tiempo a la universidad de los procesos históricos y políticos que se viven fuera del aula”, señaló.
“Queremos también, con esta mención, poner en valor su incomodidad con estos actos de merecido reconocimiento, valorar su humildad y desprecio por personalismos y su opción por los procesos colectivos”, indicó Sattler.
Palabras de la decana de la FHAyCS
La apertura de los discurso estuvo a cargo de la decana de la FHAyCS, Mg. María del Rosario Badano. “Esta Escuela Normal recibe especialmente a Horacio en una etapa en la que nos encontramos habiendo puesto en valor su lugar físico y también todas las ideas y programas que aquí están. En esta escuela, que tiene un valor mítico en la educación argentina, consideramos que han quedado plasmadas ideas sobre las cuales fue necesario batallar largo tiempo para poder transformarlas y para poder darles un estilo”, sostuvo.
“El habernos transformado en Universidad ha posibilitado el discurso de tantas maestras valiosas que estaban en el olvido, tantas propuestas extraordinariamente potente sobre la juventud y sobre los chicos que estaban invisibilizadas y darle a esta, cuna del magisterio argentino, un mejor y mayor compromiso con la educación pública”, afirmó la decana.
Además agregó: “En este ámbito y en el del Congreso de Literatura Argentina hemos puesto en valor el recorrido de hombres que tal vez no tuvieron la trascendencia nacional e internacional de algunos pero que han hecho de esto su cuna”.
Al darle la bienvenida a Horacio González, “el crítico, el literario, el comprometido, el director de la Biblioteca Nacional”, la decana valoró que “el reconocer implica el volver a conocer, volver a encontrarse en el espejo de los otros”, y que el espejo de su trayectoria, de su compromiso y de su vida habían sido “un lugar hermoso para mirarse”.
También hizo mención a la hondura y calidez humana que contienen cada uno de sus textos. “Por eso propusimos al Consejo Superior que esta Facultad, dentro de su acervo cultural, contara a Horacio González como uno de los suyos”, añadió.
La emoción del laureado
Al momento de recibir el título de Doctor Honoris Causa de manos del rector de la UADER, Horacio González se mostró emocionado y se refirió a lo escuchado en el panel: “Son retazos de una vida que no se si animará a conjugar del mismo modo. Todos somos incitaciones permanentes a que se nos interprete de alguna manera y no tenemos el mismo tiempo, y paradójicamente, de hacerlo nosotros mismos en el sentido más evidente que es difícil conocer una vida por parte del otro, aun contando con los elementos específicos para hacerlo. Este problema ha dividido permanentemente al pensamiento político y al pensamiento literario. ¿Es posible conocer una vida?”, se preguntó. “Uno vive y pensando cosas que son interesantes bajo el estado permanente de la refutación”, dijo.
El director de la Biblioteca Nacional ensayó una conferencia magistral en la hizo referencia al valor de la democracia, al conocimiento, a la fragilidad de las instituciones, de los gobiernos y del poder. “Se equivoca aquel que cree que tiene que acumular fuerzas, el poder no se acumula, o no necesariamente se acumula, lo que se hace con el poder es pensarlo permanentemente a través de sus porosidades, de sus competencias, y de sus amplitudes, a través de sus orillas que se abisman”, afirmó González, e hizo hincapié en esta última frase para remitirse al pensamiento de Juan L. Ortiz, tema sobre el cual iba a versar su conferencia.
«La orilla que se abisma es una expresión formidable y que representa, de algún modo, un estilo, una filosofía y una ética y representa también una formidable redundancia. El Pensar de Juan L. Ortiz es un pensar sobre la base de la redundancia imperceptible. La orilla es en realidad, una forma del abismo, es una metáfora que implica un cierto acabamiento de las cosas. Lo digo porque pensaba tomar como tema los intereses sociales, políticos e históricos que están implícitamente ligados a la obra de Juan L. Ortiz, escondidos», explicó.
“En general la vida Histórica está escondida en Juan L. Ortiz, hay eternidad en el junco, el río gran metáfora permanente de casi toda la poesía que conocemos, no solo con Juan L. Ortiz, pero con él hay un deslizarse que tiene en sí mismo un principio conmovedor de la eternidad. En ese sentido me parece que descubrir qué síntomas de la historia hay en una obra que no es histórica, que no es historicista, que no es política, que no es politizante nos obliga a ver la profunda reversibilidad que tiene una expresión textual o una expresión poética, o cualquier retórica cuando se cree homogénea, entonces estudiaríamos esta obra por sus fisuras”, precisó.
Horacio González ahonda en el pensamiento de Juan L. Ortiz diciendo que en su obra “hay un soplido, un aire, en realidad lo poético es una suma de contingencias pero también es esencialista porque el esencialismo es la naturaleza, pero los elementos de la naturaleza, sobre todo el agua y el viento que son el tiempo; esa inclinación que haríamos mal en llamar metafísica en la poesía, aunque en ningún momento dice esa palabra, tiene algo de esencial, es lo perdurable”.
“Pero al mismo tiempo si nos remitimos a como se hicieron las grandes poesías en este país, hay un soplo de eternidad en esa poesía y eso está presente en los pequeños ensayos que escribe Juan L. Ortiz en la prensa entrerriana y en la prensa santafesina en los años 40’. Esto me parece emocionante porque Juan L. Ortiz parece que hubiera escrito sus poesías ayer y parece que aún viviera. Sus artículos tienen el soplo de su poesía”, relató.
Siempre describiendo la poesía de Juan L. Ortiz, González consideró que en ella “el pasaje de lo histórico a la naturaleza tiene tan fuerte dramaticidad que solo puede ser una dramaticidad política pero no dicha. Hay un no dicho que no se dice como tal, hay poderosísimas ausencias, hay un régimen de la ausencia de lo que podría ser dicho y que apenas se intuye y que lo habilita a Juan L Ortiz a hablar de los demás. Creo que en algún momento percibió que en torno a lo que él describía podía reunirse el sistema poético de Entre Ríos. Y aún más, algo que no está dicho en ningún lugar, y que no diría él de ninguna manera, y que es el modo en que la poesía calza en el sistema geográfico y se realiza un montaje poético y geográfico que es una geo-poesía, un engarce que está permanente presente y que todo lector entrerriano de Juan L. Ortiz lo percibe de inmediato”, describió Horacio González, entre otras tantas consideraciones que expuso durante su conferencia.