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La ruta del paquete que le enviaron al presidente de la Sociedad Rural Argentina

El paquete marrón con dirección para ser entregado en Juncal 4450 fue recibido este jueves a las 10:23hs por personal de la Sociedad Rural Argentina (SRA), en el barrio de Palermo. El resto de la historia ya es conocida: tenía como destinatario al presidente de la SRA, Nicolás Pino, y le explotó a una secretaria en su lugar de trabajo generándole lastimaduras y destrozos a su computadora y a otros elementos del escritorio.

¿Cuál fue la ruta de este misterioso paquete? El envío estaba rotulado con aquella dirección de la calle Juncal. Iba dirigido a Nicolás Franco Pino. Como observación, la entidad: “Sociedad Rural Argentina”.

Todo eso se lee en la etiqueta blanca, con letras y números negros. O al menos en lo que quedó intacto, después de la explosión que dejó a cuatro personas con necesidad de atención médica. Debajo, el color marrón del cartón que envolvía el contenido.

Según consigna el rótulo, el paquete pesaba 500 gramos. Medía 13 centímetros de ancho, 9 centímetros de alto y 17 centímetros de largo.

“Número de bulto 1/1”, agrega la etiqueta. Ese dato es central. Es que en principio se había hablado de dos encomiendas sospechosas, pero las pericias posteriores arrojaron que no había relación entre ambas. La segunda, que estuvo bajo observación de los investigadores, llevaba un decodificador. Así lo comprobó el personal especializado de la Brigada de Explosivos.

Pero lo interesante viene más abajo, donde se alcanza a ver que la sucursal de origen es la ubicada en el código postal 1230 de la Ciudad de Buenos Aires, entre los barrios de Boedo y San Cristóbal. En cambio, no llega a reconocerse la información sobre el remitente: apenas se divisa que empieza con la letra m. Pero ahí cerquita también se encuentra el número de seguimiento.

Al consultar en la página de Andreani, la empresa de correo que intermedió entre el remitente y el destinatario, sale a la luz la ruta del paquete que explotó en La Rural.

Fue recibido el martes 3 de septiembre, a las 8:34 de la mañana. De acuerdo al código postal ingresó por un local que no corresponde a una sucursal de Andreani, sino que es un punto de despacho que funciona en un comercio de otra actividad. A partir de allí comenzó el camino a la Sociedad Rural.

Un día más tarde, el miércoles 4 de septiembre, continuó en proceso de preparación y desde la empresa postal informaban que a la brevedad lo iban a enviar a la sucursal encargada para la entrega.

Finalmente, el envío avanzó este jueves 5 de septiembre. A la 1:51 de la madrugada emprendió su camino a la sucursal y a las 8:32 llegó a Palermo, al local del correo en la avenida Scalabrini Ortiz, para ser procesado en la parte final antes de ser entregado a destino.

Seis minutos más tarde, desde Andreani avisaban que el correo iba a visitar la Sociedad Rural para entregar el paquete. “Hoy te visitaremos para entregarte tu envío”, advertía el mensaje genérico. Eran las 8:58.

A las 10:23 se confirmó que fue entregado. “Ya entregamos el envío. Agradecemos tu colaboración en la entrega”, reza el itinerario.

Lo subieron al primer piso, donde Pino tiene su oficina. Lo abrió su secretaria, que sufrió las consecuencias de la explosión y terminó con una contusión. Pino se encontraba en su despacho, al lado del escritorio en el que estalló el dispositivo.

Una de las preguntas que surgieron tras el atentado en la Sociedad Rural fue por qué no se pudo prevenir la amenaza. Fuentes del sector postal indicaron que todos los envíos tienen “trazabilidad”, pero que la ley postal establece puntualmente “secreto postal e inviolabilidad de los envíos postales”.

Las empresas no pueden tener acceso ni conocer el contenido. “Si bien publicamos las prohibiciones de contenido, por ejemplos sustancias prohibidas, elementos peligrosos, etc., sólo podemos hacer explícitas esas recomendaciones; por ley no podemos manipular nunca el contenido del envío postal”, añadieron.

El paquete que llegó para Nicolás Pino tenía una bomba en su interior que se activó cuando lo abrió la secretaria del presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA). Ese movimiento de la empleada administrativa fue clave para que el explosivo se pusiera en funcionamiento y generara destrozos en la oficina.

Cuatro personas, entre ellas la secretaria y el propio Pino, fueron trasladadas al Hospital Fernández por haber sido afectadas en la explosión del paquete que iba destinado a Nicolás Pino. Otras tres fueron asistidas en el lugar por personal del SAME. Los hospitalizados respondieron favorablemente a los exámenes médicos y serán dados de alta en las próximas horas.

El dispositivo estaba formado por un iniciador, un mecanismo y una carga explosiva unida a una batería, que era el material que daba energía.

“Era un explosivo que tenía un sistema de detonación con pólvora y se activó cuando la secretaria abrió la caja. Hizo bastante ruido y un fogonazo fuerte”, explicó Diego Kravetz, secretario de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires.

El funcionario porteño aseguró que un detalle evitó un estallido más peligroso. “No llegó a tener una potencia más fuerte porque tenía bastante aire en el interior, si tenía menos aire y estaba más comprimido, se podía haber sufrido una lesión más grave”, sostuvo Kravetz.

La pólvora entraba en combustión cuando al abrir la caja se activaba la energía que había en la batería. “Era una bomba casera, estaba bien hecha e iba dirigida a una persona en especial, el presidente de la Sociedad Rural”, dijo Kravetz.

Al momento de la detonación se liberó una especie de humo o polvo blanco. “No era un artefacto para dañar. No tenía metralla como para generar daño, sólo para hacer una pequeña detonación”, sostuvieron fuentes policiales.

Las muestras recolectadas se van a enviar a la Facultad de Farmacia y Bioquímica para su análisis y al Instituto Malbrán. El material está en proceso de identificación para saber si contiene sustancias químicas (tóxicas) o biológicas.

“Acá hubo logística, hubo una o varias personas que se encargaron de armar la bomba, dejaron el paquete y pagaron la encomienda. Se preocuparon por que vaya dirigido a un destinatario claro”, remarcó el secretario de Seguridad.

Kravetz también habló del segundo paquete. Reiteró que no tenía vínculo con la bomba destinada a Pino: se trataba de una compra realizada por el vicepresidente de la entidad. “Los paquetes los trajeron dos personas diferentes y el segundo lo tuvimos que hacer detonar por precaución. Era un decodificador que se había comprado”, comentó el funcionario.

Luego de este episodio, desde el Ministerio de Seguridad indicaron que reforzarán la custodia en la zona y en la Sociedad Rural ante posibles nuevos ataques.

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