La revista Nature publicó una nota sobre la “amenaza” de Milei a la ciencia en Argentina
|La revista internacional de divulgación científica “Nature” publicó una nota del presidente de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Argentina, Víctor Ramos, que, bajo el título “La ciencia bajo amenaza en las elecciones argentinas”, advierte que una gestión presidencial Javier Milei podría ser “desastrosa para la ciencia argentina y para la Nación”.
Ramos, doctor en geología, es además investigador emérito del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), y miembro de las academias de Ciencias de Chile, Brasil, Latinoamérica y Estados Unidos.
En la publicación de “Nature”, el científico argentino advierte que “el candidato presidencial de extrema derecha, Javier Milei, planea disolver ministerios y privatizar la investigación. Eso sería desastroso para la ciencia argentina y para la Nación”.
“Milei es un economista y querido por ciertos circuitos mediáticos, que expresa admiración por Donald Trump al mismo tiempo que defiende puntos de vista anticientíficos y aboga por un Estado minimalista extremo. Ha negado repetidamente la existencia de un cambio climático antropogénico. Ha dicho que quiere cerrar los ministerios de Medio Ambiente y Salud, así como el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. Quiere privatizar o eliminar el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet)”, advierte.
Ramos señaló que “los planes de Milei son miopes y alteran la larga tradición argentina de priorizar la educación financiada por el Estado y valorar la ciencia. Para ser un país clasificado por el Banco Mundial como de ingreso medio alto, Argentina tiene una orgullosa historia de investigación. Cuenta con tres premios Nobel de ciencia: el fisiólogo Bernardo Houssay, el bioquímico y médico Luis Federico Leloir y el bioquímico César Milstein. El diplomático argentino Raúl Estrada Oyuela fue el presidente de las negociaciones y una fuerza líder para el Protocolo de Kioto de 1997, el primer tratado global legalmente vinculante sobre el cambio climático”.
“El conocimiento desarrollado por el Conicet y las universidades nacionales de Argentina ha facilitado logros importantes, como la fabricación de kits de detección de Covid-19 durante la pandemia y el desarrollo de semillas de soja y trigo resistentes a la sequía. Los anticuerpos monoclonales desarrollados por Milstein son un tratamiento importante para múltiples enfermedades”, destaca la publicación.
El investigador contó que “las palabras de Milei se han convertido en un tema diario de discusiones privadas y abiertas en los comedores, aulas y pasillos de las instituciones académicas. Muchos estudiantes hablan de irse del país. Los investigadores se están uniendo frente a estas amenazas. En agosto, los presidentes de las principales universidades del país se reunieron y redactaron una declaración defendiendo el acceso a la educación superior como un derecho de los argentinos y un bien público”.
“No hay duda de que Argentina se encuentra en una profunda crisis económica y necesita hacer cambios importantes. El país ha experimentado más de ocho años de dificultades económicas, incluida una inflación anual de más del 120%, y tiene una deuda de aproximadamente 43.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional. El cuarenta por ciento de la población vive en la pobreza. Sin embargo, siempre ha habido consenso cultural en que la educación y la ciencia son claves para el progreso y el desarrollo de la Nación, sustentan la riqueza comercial, generan patentes nacionales e internacionales y crean empresas de base tecnológica”, añade la nota.
En ese sentido, ejemplifica que “las estadísticas muestran que los países que más invierten en investigación y desarrollo avanzan más rápidamente. Israel y Corea del Sur invierten cada uno alrededor del 5% de su producto interno bruto; Estados Unidos invierte el 3,46%. La cifra de Argentina es del 0,5%. Contrariamente a los planes de Milei, la inversión en ciencia y educación científica debe aumentar, para el futuro del país y para lograr una mejor calidad de vida para sus habitantes. Los científicos de Argentina y de otros países deben gritar más fuerte y hacer oír su voz”.