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La recesión se siente… Poco movimiento de pasajeros en la Terminal de Ómnibus

Este viernes concluyen las vacaciones de invierno en la provincia de Entre Ríos y en la Terminal de Ómnibus admiten que no hubo el flujo de pasajeros de años atrás. “Comparándola con otras vacaciones ha sido una de las peores en cuanto a demanda”, admiten palmariamente.

Y añadieron: “si venías un día antes conseguías boleto y eso nunca ocurría. Tenías que venir 15 días o un mes antes”.

Numerosos factores pueden explicar el fenómeno. La recesión es elocuente que ha influido. Los bolsillos flacos, el desempleo, las escasas ofertas para viajar y los recargos impagables.

No hay que perder de vista que algunos pasajes, a determinados destinos, han subido mucho de precio en el marco del proceso inflacionario que vive el país y para una familia tipo puede tornarse inaccesible.

Otro factor puede ser el crecimiento del parque automotor personal, lo cual puede haber limitado el crecimiento en el número de micros que arriban y salen de la ciudad.

Y no es descartable que se hayan dado casos de personas, amigos o conocidos que se asocian para viajar en auto para no ir en colectivo ya que les resulta más económico.

La competencia del tráfico aéreo, con más rutas y tarifas accesibles como financiaciones especiales también pudo haber afectado la cantidad total de pasajeros del transporte terrestre.

A la vez hubo cambios en las modalidades de vacaciones, con tantos feriados y fines de semana largos, la gente ya no hace viajes tan largos sino más bien pueden ser varios pero más cortos y ahí también se recurre al auto particular.

Obviamente, el factor más influyente hay que buscarlo en la caída de la actividad económica. Eso sumado al aumento de precios hizo que mucha más gente haya dejado de viajar para atender otras prioridades de su economía doméstica.

No obstante hay un tema del cual nadie habla: el estado de las unidades. Los colectivos que unen a Paraná con distintas localidades turísticas tienen escasas excepciones de brindar real confort acorde a los costos. Hay muchos vehículos en pésimas condiciones y nadie se hace cargo, de hecho… la CNRT no existe o NUNCA existió salvo para operativos anti-alcohol o anti-drogas, pero de verificación del transporte interurbano ni hablemos…

Por consiguiente, quienes PUEDEN viajar prefieren su auto o de última el avión dado que llegás mucho más rápido y no se pueden comparar todas las comodidades.

Hubo una época en que el precio del boleto aéreo era impagable. Hoy, la brecha se redujo considerablemente y las compañías de transporte interurbano terrestre poco esfuerzo hicieron para evitar que sus clientes huyan despavoridos, en especial por la incomodidad y el tiempo que demanda viajar en colectivo.

Nos sobran antecedentes o comentarios de nuestros lectores y experiencia propia. Pero, sin ir más lejos, ya hasta los estudiantes, docentes y trabajadores se replantean si conviene o no unir Santa Fe y Paraná con el bochornoso servicio que aportan las empresas responsables más allá de la buena voluntad de sus choferes.

La alternativa de compartir un auto y llegar en tan solo 15/20 minutos es más provechosa, sin dudarlo.

 

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