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La prensa porteña habla de Venezuela pero Salud de la Nación no envía a las provincias drogas fundamentales

Los medios periodísticos porteños de mayor repercusión y/o impacto en todo el país, hablan a diario de la crisis política, económica y sanitaria de Venezuela. La escasez de medicamentos e insumos en los centros hospitalarios evidencian una situación crítica humanitaria, aumentando la mortalidad y propagándose enfermedades en un pueblo carente de protección y sumergido en miseria. ¿Y en la Argentina? Bla, bla, bla acerca de Venezuela, ligando al dictador Maduro con la Gestión Kirchnerista. ¿Y por casa?

 

Clarín, La Nación, TN, Canal 13, América, Radio Mitre, La 100, y tantos medios más de notables prestigios en la Argentina, otorgan espacios de sensible agudeza a las gravísimas e injustas como indignantes dificultades socio-económicas en la Venezuela de Maduro, sugiriendo, insinuando que nuestro país durante muchos años “admiró” esa política (ex Chavista) y haciendo hincapié en la fecunda relación del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con Hugo Chávez, líder de la Revolución Bolivariana y la sucesión pertinente.

 

Pero se habla muy poco desde Buenos Aires en torno a la aguda escasez de fármacos e insumos en nuestro propio país, más allá de la encomiable labor, el compromiso admirable y la responsabilidad loable de los ministerios provinciales.

 

De hecho, que no se habla de  programas denunciados años atrás como un instrumento de “control social” que se vienen cerrando sin dar argumentos irrefutables o por lo menos coherentes.

 

O que, pacientes crónicos con enfermedades como insuficiencia renal, cáncer, esclerosis múltiple, dosificación  inmunosupresora se ven afectados por el desabastecimiento de imprescindibles medicamentos, sin tener la Argentina sanciones financieras interpuestas por el “Primer Mundo”.

 

Los grandes medios de Prensa rioplatenses de modo incesante “estremecen” sus titulares con la “caótica” coyuntura venezolana, mientras el Ministerio de Salud de la Nación no envía en tiempo y forma a las provincias drogas destinadas a pacientes con VIH o las enmarcadas en el Programa de Medicación Inmunosupresora que se tratan en el sistema público de salud y dependen de esos remedios para su tratamiento.

 

Los fármacos inmunosupresores se utilizan en la prevención del rechazo de los trasplantes y en una amplia serie de enfermedades autoinmunitarias como la psoriasis, la enfermedad de Crohn, la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple y otras muchas enfermedades dermatológicas y sistémicas.

 

Los fármacos antirretrovirales o antirretrovíricos1​ son medicamentos antivirales específicos para el tratamiento de infecciones por retrovirus como, por ejemplo, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).

Diferentes antirretrovirales se utilizan en varias etapas del ciclo vital del VIH. El conjunto de varias combinaciones de tres o cuatro fármacos se conoce como Terapia Antirretroviral de Gran Actividad

 

A lo largo y ancho de la Argentina dependencias de Salud de todo el país se ven forzados a resolver la compra y/o negociar con laboratorios de cada Región, procurando llegar en tiempo y forma a cubrir esta dramática necesidad, esta desprotección del Estado Nacional.

En definitiva, las provincias salen al rescate de la negligencia del Gobierno de Mauricio Macri, que se escuda en la fortaleza comunicacional provechosa para desviar la atención en todo lo malo (discutible o no…) de “la herencia” o “el legado kirchnerista”.

 

Con un manejo impúdico de la “libertad de expresión”, mediante una planificación que trasciende “cadenas nacionales” o “no conferencias de prensa” del pasado, pero con la utilización de reconocidos periodistas y espacios de relieve en medios ostensiblemente influyentes, Nación expone a Venezuela pero no formula una profunda autocrítica.

 

Y las cada vez más pobres provincias en especial las que conservan bastiones peronistas, son escarmentadas o extorsionadas por un unitarismo execrable que se agiganta día a día, con un Pueblo aparentemente resignado y gobernantes apremiados que hacen esfuerzos inconmensurables solo con el fin ineluctable de evitar insensibles discriminaciones.