La Municipalidad dio vía libre al “Shopping a Cielo Abierto”
|Andar por la Peatonal San Martín en la previa a las Fiestas Navideñas y de Nuevo Año es como un reto a la aventura. Entre las paradas de diarios y revistas, más los stands de artesanías, y las carpas -oficiosamente instaladas-, proliferan por estas horas “manteros” con toda clase de mercadería, inclusive se han agregado nuevos rubros a los ya habituales. Caminar asimismo por las destruidas veredas representa una complejidad mayúscula.
La Municipalidad de Paraná no procedió a la inauguración formal del “Shopping a Cielo Abierto”, pero los vendedores ambulantes han ocupado el principal paseo del centro capitalino, y si bien hay horarios en los que disminuye el flujo de gente, por momentos resulta una verdadera tortura salir a caminar en estas condiciones.
Creemos con énfasis que está muy bueno trabajar honradamente. Laburar con decencia, más allá de las condiciones, es mucho mejor que salir a robar, a saquear o emprender cualquier otro ilícito.
Eso está claro. Sin embargo, es inevitable aclarar que el derecho de uno termina donde empieza el del otro, y si cada uno de los paranaenses que sufrimos diferentes vicisitudes profesionales o laborales, ocupásemos calle San Martín entre Bavio/Gualeguaychú y La Paz/Laprida, directamente pasaríamos a tener un mercado persa.
Aunque, además, cabe acentuar una inquietud… Cuántos de estos “manteros” son paranaenses, o siquiera… entrerrianos???
Apostamos un pleno, y hasta con el mayor riesgo imaginado: si censáramos a todos los vendedores, se verificaría que la mayoría son de otra ciudad, en especial, santafesinos.
Entonces? Qué ocurriría si la inmigración fuese al revés?
Por lo tanto, por qué no hay un control más exhaustivo? Por qué no hay más rigor? Por qué no se opera en conjunto con la Policía de Entre Ríos?
O será que quién está detrás de los “manteros” tiene todo muy “preservado”?
Insistimos… No estamos en contra de quien quiere ganarse el pan con probidad, con integridad. Ahora bien… Los comerciantes pagan impuestos, servicios, y hasta se erigen en fuentes de trabajo cumpliendo con todas las normas, las leyes laborales. Es justo? Hay igualdad de condiciones?
No lo hemos dicho una vez. Es tiempo que las autoridades, los legisladores, los ediles se pongan de acuerdo y legislen adecuadamente.
Pasan los intendentes, pasan las gestiones, y los operativos desde la Comuna son cada vez más contradictorios y obviamente infecundos.
Paraná, la Paraná TAN, pero TAN vendida publicitariamente como plaza turística no puede seguir siendo tan incómoda para propios y extraños.
Ya es tiempo que un presidente municipal dé el ejemplo. Pese a la dudosa procedencia de los artículos que se venden o hasta la “piratería” observada, por qué no restablecer una “Feria de Pulgas” más amplia, y enmarcada en un orden legal básico, analizándose ante todo la situación de los nativos de estos pagos???
Ese sería el primer paso para darle una solución elemental, primaria, a tan desagradable “paisaje” que hoy ofrece el microcentro de Paraná.