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La LNB sigue dando que hablar (mal…)

El affaire de las visas escribió otro capítulo más luego de llevarse a cabo en sede de la AdC la reunión de Representantes de la cual participaron quince de los dieciséis clubes de la LNB (faltó Unión Progresista).

 

Si algo hubo de positivo en todo esto es que la AdC supo maniobrar el conflicto y entre los clubes primó la madurez. Después de casi tres horas y media de consultas y explicaciones de parte de funcionarios de la Dirección Nacional de Migraciones los dirigentes decidieron que lo mejor era paralizar la actividad por una semana. Los extranjeros con una visa de turista en este contexto no recibieron el aval para trabajar. Desconocer la situación era exponerse a una legislación que tiene penas económicas y no económicas.

 

Los partidos que estaban previstos para los días 10, 11 y 13 de enero fueron reprogramados para el 1 y 3 de marzo. Esto a su vez llevó a decidir que la segunda fase finalice el 10 de marzo de 2013.

 

Los únicos partidos que se jugarán serán Argentino-Regatas, Lanús-Peñarol (8 de enero), Atenas-Obras y La Unión-Libertad (9 de enero), todos correspondientes a la 5º jornada de la segunda fase. Una vez allí la competencia entrará en una reprogramación forzosa hasta el 15 cuando reanuden Quimsa-Regatas. Los días 16 y 18 de enero se jugará conforme estaba previsto originalmente (fechas 17 y 18).

 

Por otra parte, los ocho clubes involucrados en los cuatro juegos en cuestión (Argentino, Regatas, Lanús, Peñarol, Atenas, Obras, La Unión y Libertad) acordaron actuar sin extranjeros, incluso sin aquellos de países lindantes (Lucas Tischer y Martín Osimani) que poseen una situación diferente a la del resto.

 

En la reunión los dirigentes recibieron una carpeta con documentación de cómo regularizar la situación de los extranjeros que están dentro y fuera del país. Los jugadores deberán ser inscriptos en el ReNURE (Registro de Requirentes Extranjeros), recibirán una visa provisoria (que tendrá una validez de 120 días como máximo y plazo excepcional) hasta que se les emita la definitiva cuya duración será de un año. Al mismo tiempo se deberán hacer los trámites en los organismos nacionales de contralor correspondientes.

 

Esta movida a la LNB no le será gratuita. Más allá de la incuestionable intención de poner el control más a tono con lo que pasa en el resto del mundo evidentemente la finalidad es además con fines fiscales y recaudatorios. Este cambio de visas representará un fuerte incremento en el costo de los extranjeros.