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La Liga de Bolivia no para de crecer

ESPECIAL (por Leonardo Catelotti *).- Estoy gratamente sorprendido. Llegué a Bolivia con mucha incertidumbre. Todo lo que conocía era por inquietud personal, leer, ver vídeos, o sugerencias de mi agente Aníbal Pawlik.  Ya había tenido propuestas de aquí y de Paraguay, pero confié en mi representante y acordé con La Salle Olympic. Estoy muy cómodo, muy bien tratado. Te dan todo el confort necesario. La Liga, como espectáculo, es muy buena.

 

Los estadios son coliseos que se rentan para entrenamientos y juegos, estando equipados con el mejor nivel de infraestructura tecnológica, incluyendo pantallas gigantes, orquestas, show de medio tiempo, barandas inflables, asistiendo como media 2500 personas.

En lo estrictamente basquetbolístico, para mí es complejo porque los extranjeros son la mayoría internos de buena talla, en cambio para los perimetrales todo es más simple.

 

En mis primeros seis minutos del debut anoté 12 puntos en 6 minutos, con 5 rebotes y 6/10 de cancha, pero no pude continuar normalmente por un golpe que me dio Jeffry Fahmbullh en la espalda. Volví con trabajo médico, pero no pude seguir. Para colmo soy el único grande y hay muchísimos contactos físicos no por intensidad, sino por permitidos.

 

Perdimos por 15 con Nacional de Potosí a 4000 de altura pero en el primer cuarto hasta lo de mi lesión íbamos 10 puntos arriba. Se nos escapó. Me parece que nos falta regularidad, tenemos más rachas que Golden State. En sí creo que la Liga es así imprevisible.

 

Fue el primer juego en esta ciudad minera a la cual viajamos en colectivo propio esta vez porque no hay aviones directos. La ruta es atemorizante; giros de 360 grados, pasás de los 2500 metros que tiene Cochabamba, metros a los 4000, y de los 27 grados diarios a los 3 grados, y un grado a la hora de jugar.

 

Con lo preparado que estaba ese estadio (capacidad de 10.000 personas sentadas y asistieron 2.500) sorprendió que no haya calefacción; pero en mí equipo son ordenados, nos compraron a todos guantes y abrigos iguales para llegar y estar en la cancha hasta tener que retirarlos para empezar a movernos.

 

La comida es muy distinta dentro de Bolivia misma, Cochabamba donde yo estoy, es la capital gastronómica, así que hay muchísimas variedades, además de tener 1.500.000 habitantes, y distintos atractivos, muy similar en comparable con Mendoza.

 

Hoy jugamos el primero de local y anoche ya habían dejado todas las tribunas rebatibles que agregan y sillas con globos para hoy. Esperan 1000 personas mínimo, con la entrada a un precio de 25 bolivianos.

En cuanto a atención médica, los dueños del equipo tienen a Clínica los Ángeles, la de mayor prestigio en Bolivia, así que estoy cubierto de manera impecable.

 

Vivo en un hotel 5 estrellas de un sponsor. La prensa televisiva y radio es abundante aunque por ahora no he leído o visto mucho material de prensa como en la Argentina.

Los árbitros protegen más al local y al extranjero no, fíjate lo que me pasó en el debut. Lo tendré más en cuenta a partir de ahora.

 

Varían mucho las infraestructuras dependiendo los Coliseos. Pero sorprende como se toman todo lo extra, con los detalles. Todos tenemos nuestro bolso de ropa que manejamos con nuestro número y nos hacemos cargos nosotros.

Vale la pena contar que son tres extranjeros por equipo y 2 en cancha.

 

La altura es biológico, a algunos les afecta más a otros menos.

Las figuras de todos los equipos, son los extranjeros, los nacionales que sacan diferencia están nucleados todos en dos equipos, que son Calero y Potosí, según lo que me contaron, que son los selección Bolivia.

 

La gente en mí club, es súper amable, respetuosa, y en la calle siguen mucho el básquet, eso que aún no debutamos de local.

De a poco se está inculcando imponer mucha seriedad en el cuidado de la estructura deportiva de trabajo, que es donde más atrasados estaban, pero a nivel organizativo, de igual a igual que cualquier equipo de argentina, por lo menos en mí club.

 

Comida trato de probar los platos tradicionales, de a poco, son muy picantes, me quedo con lo básico, o como gastronomía argentina.

Los compañeros me aceptaron muy bien porque soy sudamericano, los americanos por ahí no se llevan con el inglés, pese a que profesionales del básquet somos 3 en este equipo, los demás todos tienen su profesión o estudios y están luchando por profesionalizarse con el básquet. Por eso los nacionales de selección están nucleados en las ciudades mineras donde sí pagan.

 

El clima acá en Cochabamba, llega a veces a 30 grados, solo un abrigo liviano para la mañana temprano y la noche. Ves de todo, hay mucha importación, hay muchos diplomaticos, hay de todo. Muchos estudian en México o EE.UU. Acá también hay muchas facultades en Cochabamba.

Es la tercera de importancia a nivel país. Por debajo de La Paz y Santa Cruz de la Sierra, donde viajaremos en avión por la distancia.

 

La gente asiste a ver los entrenamientos; ver 20 o 30 personas es muy común en cada práctica.

En cuanto al torneo, lo fácil y lo difícil aún no lo puedo evaluar, porque lo más complicado creo que es el cambio de escenarios de las ciudades. Lo que más me cuesta es levantarme y que estén comiendo comidas pesadas a las 9 am, o a las 18 que cenan, 19 a lo sumo, cenan fuerte, comen fuerte hasta esas horas.

 

Mueren por las empanadas salteñas, una vez una señora de Salta cuenta la leyenda que las trajo, y ellos le pusieron sus retoques lugareños, a esas las comen a la mañana como si fuera un bizcocho de alguna de las tantas panaderías de Paraná

Silpancho, PICU Machu, mote, humitas, Picanya, dietas de pollo o carne (verduras hervidas con trozos de vaca o pollo, todo con arroz y papa de acompañamiento) y mucho picante, con infaltables variedades de sopa de entrada es lo más básico.

 

Lo mejor, es que los domingos me buscan y paso en familia, desde la mañana hasta la noche. Entonces es muy acogedor, nos tratan muy bien.

Nos lavan la ropa, nos facilitan todo para que queramos volver la Liga que viene.

 

No puedo proyectarme a la próxima Liga. Debo ser sincero. Recién van catorce días acá y un juego en el cual me sacaron por un golpe de un rival. Me siento muy bien atendido, muy cómodo y ojalá pueda ser de ayuda para el equipo. Daré el ciento por ciento y aprovecharé esta experiencia para seguir creciendo. Hablar de futuro es muy prematuro, pero por las primeras impresiones, recomiendo venir a jugar esta Liga. Ya iremos conociendo más y prometo seguir transmitiéndoles mis sensaciones.

(*) Jugador profesional entrerriano que milita en La Salle Olympic de Cochabamba, Bolivia.-