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La jueza Servini de Cubría intervino el PJ nacional y nombró a Barrionuevo al frente del partido

La jueza María Servini de Cubría decidió hoy intervenir el PJ nacional y designó como su interventor a Luis Barrionuevo, jefe del gremio de los gastronómicos. La decisión se conoció a través de un fallo firmado por la magistrada en el que se establece que Barrionuevo “desempeñará funciones” como interventor hasta que se normalice el partido y “tendrá como misión producir los actos necesarios” para avanzar hacia esa normalización.

 

La resolución de Servini dispone, además, que Barrionuevo deberá “realizar un inventario de bienes muebles e inmuebles” del PJ nacional, e “informar sobre la situación económico financiera” del partido.

 

El ahora desplazado presidente del PJ nacional, José Luis Gioja , reaccionó a través de un comunicado con duras críticas a Servini y anunció que apelará el fallo. “La intervención del Partido Justicialista por parte de una jueza carece de todo sustento legal”, advirtió el diputado sanjuanino. Vinculó la intervención con la “judicialización de la política” y añadió que “tiene por objeto proscribir una vez más al peronismo”.

 

Más tarde, antes de ingresar a la sede del PJ nacional, en Matheu 130, ratificó que mañana apelará la resolución de Servini. Anunció además que mañana reunirá a un grupo de gobernadores que comparten su rechazo a la intervención.

 

Por su parte, Barrionuevo no perderá tiempo. Su asunción como interventor está prevista para esta tarde, también en Matheu.

 

Servini hizo lugar a una medida cautelar presentada por Carlos Acuña, jefe del gremio de trabajadores de estaciones de servicio y legislador bonaerense del Frente Renovador de Sergio Massa , y de Oscar Rojas, líder del sindicato de obreros de maestranza. Ambos están enrolados en la CGT Azul y Blanca que conduce Barrionuevo, que habían solicitado que se declare “el estado de acefalía” del PJ nacional.

 

Barrionuevo está casado con Graciela Camaño, la principal espada de Sergio Massa en el Congreso. Su designación al frente del PJ le permitirá reposicionarse en el escenario político y, en particular, conservar influencia en la CGT, que, lentamente, avanza hacia su rearmado.

 

Sin precedente

 

El fallo de Servini está plagado de consideraciones políticas y alusiones a la “crisis” que atraviesa el PJ. “Resulta necesario forzar la memoria a efectos de poder encontrar una crisis política e institucional como la que afecta al Partido Justicialista de orden nacional en la actualidad”, sostiene la jueza.

 

Alude incluso a “los adversos resultados electorales obtenidos” en las elecciones de 2015 y 2017 y afirma que las derrotas de esos comicios “han profundizado la división interna que venía gestándose con antelación” y “han provocado una crisis en la conducción partidaria difícil de superar”.

 

La jueza también advierte que en las elecciones del año pasado “reconocidos dirigentes partidarios apoyaron candidaturas de partidos o frentes de los que el justicialismo no formó parte o directamente se han postulado como candidatos de esas agrupaciones […] que compitieron contra el partido fundado por el general Perón”. La alusión a Cristina Kirchner y a quienes apoyaron su candidatura a senadora nacional por Unidad Ciudadana es evidente.

 

Los argumentos de Servini en favor de ordenar la intervención del PJ incluyen una frase de Perón. “Es necesario recordar lo manifestado por el general Juan Domingo Perón al expresar que ‘el peronismo anhela la unidad nacional y no la lucha'”. La reflexión citada por la jueza forma parte de Las veinte verdades peronistas.

 

En la última reunión del consejo nacional del PJ, a fines del mes pasado, se había decidido convocar a un congreso nacional a fines de este mes o comienzos de mayo. Aquel encuentro había sido encabezado por el hoy desplazado presidente del partido Gioja y su vice, el exgobernador bonaerense, Daniel Scioli.