La industria aceitera avizora un “panorama negro” por la sequía
|El sector agroindustrial vivió “un trimestre negro” en esta primera etapa de 2023. Así lo aseguró Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y del Centro de Exportares (CEC), quien señaló que la sequía generó en esta campaña un doble efecto: por un lado, la pérdida de la mitad de la cosecha de trigo y, por otro, la caída de la producción de maíz.
Ese combo generaría, a priori, “pérdidas por más de 15 mil millones de dólares”, indicó.
En diálogo con el programa radial La Banda Cambiaria, Idígoras señaló que “la situación es muy dura”, producto de tres años de sequía cuyos efectos se afianzaron en el período 2022/23. “Primero se quemó el trigo y se perdieron 8 millones de toneladas de exportación que habitualmente se cargan en enero febrero y marzo y hoy no están”, dijo. Por otro lado, “no estarán las 9 millones de toneladas de maíz de primera”, aseveró.
El ejecutivo explicó que quedan algunas expectativas respecto de los resultados de la soja, pero aún así, con un escenario mucho más acotado. “De las 50 millones de toneladas de producción que se proyectaban hoy ya estamos hablando de 27 y 28 millones de toneladas si es que llega a llover”, dijo de lo contrario “podríamos ir hacia abajo”.
Esta semana las proyecciones de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) Bolsa de Rosario, ubicó en 27 millones de toneladas las proyecciones para la campaña de soja de este ciclo, con un recorte de 7,5 millones de toneladas. En este escenario, que puede agudizarse si las condiciones climáticas no se revierten, “estamos perdiendo más de 15 mil millones de dólares”, alertó Idígoras, por las pérdidas en toda la cadena.
“Habrá 80% menos de camiones en los puertos, 70% menos barcos que pasan por la hidrovía y pérdidas cotidianas por los costos fijos”, dijo para resumir que el inicio de 2023 muestra “un año muy complicado”.
El titular de Ciara- CEC explicó que en este escenario productivo tan acotado para la campaña de granos gruesos, seguramente el complejo oleaginoso deberá recurrir al esquema de admisión temporaria de soja desde países vecinos, especialmente Paraguay. “Esa es una política de industrialización de la Argentina que existe hace muchos años y en 2023 va a permitir que al menos las fábricas no cierren por un tiempo”, dijo.
Además auguró una situación más severa. “Vamos a estar importando barcazas de Paraguay pero también habrá barcos de Brasil que vendrán a la región, cuando tradicionalmente los veíamos salir”, indicó. “Ahora vendrán llenos con soja y saldrán vacíos , porque Brasil tuvo una súper cosecha, por lo cual no habrá aumentos de precios”, alertó.
El fuerte incremento de la producción brasileña será un tope al incremento global de las cotizaciones que podría estimarse dada la caída de la cosecha argentina. “No habrá aumentos de precios internacionales porque Brasil va a absorber la caída de la producción argentina y va a tener excedente para exportar”, dijo Idígoras a lo que calificó como “la tormenta perfecta”.
Para el referente de Ciara – CEC es poco probable que haya una reedición del dólar soja para incentivar las ventas y lograr mayor ingreso de divisas en un contexto de estrechez. “El stock comercial de la campaña de soja es bajo porque con las ediciones anteriores del dólar soja se anticiparon ventas”, explicó y detalló que si bien se estima que quedan 6 millones de toneladas de la oleaginosa por vender, “hay que descontar 2 millones para uso propio de los productores y otros 2 millones para consumo interno”, con lo cual “es muy poco lo que queda y lo que viene es poco también”.
Aún así, consideró que el gobierno puede estar tentado a reeditarlo por la urgencia de divisas. “Necesitamos los dólares para importar lo básico como la energía del invierno”, dijo. También detalló que por el momento el Ministerio de Economía “está concentrado en los efectos de la sequía” y es el eje central sobre el que trabaja. Al respecto reflexionó sobre la gestión de Sergio Massa al frente de la cartera económica: “No tengo registro en la historia económica argentina que un gobierno haya podido administrar bien la macroeconomía con una sequía como la que se está registrando”, dijo y señaló que “esta gestión es súper pragmática”.