La Iglesia pidió superar antagonismos y evitar intentos de dominación política
|El arzobispo de Tucumán, Carlos Sánchez, hizo un fuerte llamado a la unidad y a superar diferencias en el terreno político y social, al presidir el Tedeum por el Día de la Independencia, que se celebró en forma virtual desde la Catedral de la capital tucumana.
En su mensaje, seguido desde la Casa de Gobierno local por el mandatario Juan Manzur, monseñor Sánchez pidió transitar el camino del diálogo y superar antagonismos y prejuicios, evitando maniobras de dominación política.
“¿Qué significan hoy algunas expresiones como democracia, libertad, justicia, unidad? Han sido manoseadas y desfiguradas para utilizarlas como instrumento de dominación, como títulos vacíos de contenido que pueden servir para justificar cualquier acción”, advirtió el arzobispo.
En ese sentido, reveló que “la forma de dominar es sembrando desconfianza, desesperanza, negando el derecho a existir, a opinar e imponiéndose con la agresión y la división. No hay proyectos a largo plazo pensando en el bien común, sino recetas inmediatistas que destruyen. ¿Somos un pueblo independiente? ¿Qué es lo que nos domina y no nos deja crecer en fraternidad?”.
Sánchez, de 58 años, conduce la arquidiócesis de Tucumán desde agosto de 2017, cuando fue designado por el papa Francisco. La insistente exhortación al diálogo coincidió con el diagnóstico del presidente del Episcopado, el obispo Oscar Ojea, quien el día anterior expresó su preocupación por la fragmentación en el país, particularmente en el campo político y social.
Con varias citas del papa Francisco, extraídas especialmente de su encíclica Fratelli Tutti, mnseñor Sánchez pidió “no dejarse atrapar por la esclavitud del egoísmo, de la ambición, de la indiferencia y la prepotencia”. Recordó especialmente a los que murieron en estos tiempos de pandemia en cumplimiento de su misión, en referencia al personal de salud, docentes y trabajadores esenciales que ofrendaron su vida. Sostuvo, sin embargo, La pandemia del Covid-19 dejó en evidencia las “mezquindades, el atropello y la injusticia”, en expresión que se interpretó como una velada crítica el escándalo de las vacunas VIP.
“Todavía nos falta mucho por crecer en este sueño de una auténtica libertad, justicia y fraternidad en esta patria argentina. El papa dice que experimentamos nuevas formas de colonización cultural. Los pueblos enajenan su tradición y por manía imitativa, imperdonable negligencia y apatía toleran que se les arrebate el alma. Pierden, junto con su fisonomía espiritual e independencia económica, ideológica y política”, señaló el arzobispo.
“Heredamos y compartimos el sueño de una patria libre e independiente, no solo declarada, sino también vivida. Soñamos una patria unida, grande, próspera, digna”, precisó. “Cada uno –añadió- con sus capacidades y posibilidades puestas al servicio de todos, como en 1816, desde la misión y el servicio que les toca prestar. Todos responsables de este sueño grande”.
Valoró muy especialmente el “ideal de libertad” de Fray Mamerto Esquiú, quien tuvo una decisiva participación en los tiempos de la organización del país y será beatificado el 4 de septiembre próximo por Francisco.
“La recia personalidad de Esquiú, a pesar de los reparos doctrinales que con respecto a la Constitución tenía, consiguió, con la eficacia de su palabra, la aceptación de nuestra Carta Magna en un momento difícil de la organización nacional. Ante el espectro de nuevas luchas civiles, se impusieron la paz y la cordura, gracias al prestigio del virtuoso franciscano”, resumió el arzobispo, al destacar que “no dudó en hacer una opción por encima de todas las banderas políticas, sin más meta que el bien de la Nación, superando grandes males y consiguiendo el don inapreciable de la paz”.
Acompañado por el obispo auxiliar de Tucumán, Roberto José Ferrari, t representantes de distintas confesiones religiosas, con quienes se unió en una plegaria común, monseñor Sánchez pidió “caminar juntos por una patria de hermanos”