La Iglesia celebra la Jornada de oración por la santificación de los sacerdotes
|En la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, este 16 de junio se celebra a nivel mundial la Jornada Mundial de Oración por la Santificación de los Sacerdotes, establecida por el papa San Juan Pablo II en 1995.
“Recemos junto al Santo Padre, a la Iglesia entera, por las vocaciones sacerdotales, por la santificación del Clero, en esta solemnidad del Sagrado Corazón y también por intercesión de la Santísima Virgen María”, es la invitación de monseñor Andrés Gabriel Ferrada Moreira, secretario del Dicasterio para el Clero, en vista de esta jornada.
Monseñor Ferrada exhortó a “rogar al dueño de los sembrados, para que envíe operarios para la cosecha” y subrayó que “la Iglesia necesita sacerdotes para la misión, para la evangelización, para llevar el aliento a los pobres, a los marginados, a los descartados, para celebrar los sacramentos, para acompañar a las comunidades y para ir en búsqueda de las personas alejadas o de los aquellos que tomaron otros caminos que no los llevan a la vida”.
“Oremos por la santificación de los sacerdotes en el día de Sagrado Corazón, porque el corazón de Cristo nos muestra la ternura y la misericordia de Dios, que son los rasgos más hondos, más hermosos, de la vida de un sacerdote. Misericordia y ternura, es la presencia de Cristo que, como Buen Pastor va en búsqueda de la oveja descarriada”, concluyó.
Oración por los sacerdotes de Santa Teresita del Niño Jesús
Oh Jesús que has instituido el sacerdocio para continuar en la tierra la obra divina de salvar a las almas protege a tus sacerdotes en el refugio de tu Sagrado Corazón.
Guarda sin mancha sus manos consagradas, que a diario tocan tu Sagrado Cuerpo, y conserva puros sus labios teñidos con tu Preciosa Sangre.
Haz que se preserven puros sus Corazones, marcados con el sello sublime del sacerdocio, y no permitas que el espíritu del mundo los contamine.
Aumenta el número de tus apóstoles, y que tu santo amor los proteja de todo peligro.
Bendice sus trabajos y fatigas, y que como fruto de su apostolado obtenga la salvación de muchas almas que sean su consuelo aquí en la tierra y su corona eterna en el cielo. Amén.