La Comisión Médica merece una profunda transformación
|ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- En calle San Juan, a metros de la intersección con Colón, se encuentra la Comisión Médica del Gobierno de Entre Ríos. Allí se tramitan las certificaciones para dar aval a inasistencias de los empleados públicos y docentes. El reducido personal de facultativos que examina constancias o evalúa Juntas, y las diminutas dimensiones en sala de espera generan incomodidades y riesgos elocuentes. Es imperioso repensar una transformación para otorgar mayor dinámica y evitar disgustos o conflictos innecesarios.
El ministro de Salud, Carlos Ramos, tiene en sus manos, de aquí a fin de año, un desafío que consideramos SIMPLE de resolver: el promover un CAMBIO radical en el funcionamiento del área de Reconocimiento Médico en conjunto, obviamente con las autoridades correspondientes del Gobierno entrerriano.
Más allá de la buena voluntad del personal, en especial del cuerpo médico, en San Juan casi Colón de la capital entrerriana, las esperas son extremadamente dilatadas y el espacio para aguardar concretar la tramitación es ultra reducido por lo cual, amén del hastío a raíz de las dimensiones del recinto, es inevitable estar en riesgo de contagio por diferentes patologías de quienes concurren a cambiar sus constancias otorgadas por médicos particulares.
Obviamente, no somos peritos y/o especialistas en Medicina Laboral, pero debemos empezar por una extraña paradoja: los docentes pueden enviar representantes de Servicios de Mensajería (Cadetes) mediante una constancia que acredita la autorización pertinente, en cambio empleados/personal de la Administración Pública no tienen alternativa que presentarse personalmente o concurrir familiares directos a exponer -con la documental pertinente- el porqué de la falta y/o el período que conllevará “x” coyuntura de Salud.
Muy Bien 10 por lo concomitante a docencia, aunque, más allá de esa COHERENTE disposición, por alguna razón el período dentro de la Repartición es MUY prolongado. Todo se exhibe bastante dinámico a la hora de llegar al mostrador y entregar la partida médica o documentos anexos, pero después la tardanza es considerable.
Más delicado todavía es lo vinculado a la oficina preestablecida para empleados de la Administración Pública. Son DOS médicos, muy cordiales, de cualidades humanas irreprochables, y de innegables aptitudes profesionales aunque en forma evidente NO DAN ABASTO con tanta cantidad diaria de asistentes.
El tiempo de espera allí fluctúa entre los 45 minutos a 2 horas como mínimo. En ese período, uno puede constatar enfermos por broncoespasmos, alergias de diferente índole, convalecientes por dificultades coronarias, abatimientos psicofísicos, stress o neurológicos, patologías gastrointestinales, afectados por problemas traumatológicos, o engripados y una amplia gama de afecciones respiratorias, algunas de ellas de alto potencial infeccioso.
¡Y hablamos de un espacio ligado a la Salud…! La amenaza de contagio es indudable… Entonces, tenemos la compleja coyuntura en ciernes de agravarse cuadros del enfermo o de sus propios familiares.
Por eso le recomendamos a Ramos pegarse una vuelta por calle San Juan. Ver in situ lo aquí descripto puede implicar un estímulo para HACER en conjunto con las autoridades competentes provinciales en la materia.
Habitualmente, a nuestros análisis le adosamos propuestas, y creemos de manera firme, categórica, que se debe prever una mudanza o de última una re-estructuración, tendiente a reubicar las oficinas estrictamente de papelería o documental y dejar allí solo consultorios, aumentando la población médica.
Es EVIDENTE que faltan profesionales. Por qué no, podría replantearse el punto HORARIO. Hacer como el IOSPER que abarca DOS turnos y hasta evaluar la conveniencia de abrir en turno vespertino al contemplarse la actividad universitaria y/o de Nivel Secundario o Adultos.
También ello facilitaría diligenciamientos.
En épocas en las cuales se ha adoptado hasta caprichosamente lo del “Baño de Humildad”, ¿por qué no se registra un “Baño de Congruencia” o un “Baño de Sinceridad?
¿Cuántos médicos hay en diferentes estamentos de la Administración Pública que se han acreditado la Planta y NO TRABAJAN donde debieran?
¿Cuántos hasta transgreden algo tan PALMARIO como la INCOMPATIBILIDAD HORARIA? Vamos… Los que desde hace más de dos décadas trabajamos en diferentes áreas de la Administración Pública entrerriana lo sabemos… Y Ramos, como el propio gobernador LO SABEN…
Solo hay que ACTUAR, PROCEDER. Pensar por ejemplo que un empleado ha faltado unos días por “x” razón suficientemente justificada, va su familiar a registrar el trámite y se contagia del caldo de cultivo en dicha dependencia… ¿Resultado? El que estaba enfermo debe cuidar del familiar convaleciente por haberse pescado una peste en el seno de la Comisión Médica. Todo un CÍRCULO VICIOSO.
¿Y si recuperamos la visita domiciliaria? Esa es otra solución… Lo que es más… Otorga mayor veracidad y/o grado de confiabilidad… Claro. Es imperioso contar con más médicos y móviles, pero… ofrece mayor certidumbre, evitándose MENTIRAS y/u ABUSOS.
¿Por qué no pensar en el Nuevo Hospital? No tenemos la menor idea si ya hay un diagrama de ocupación de espacios, pero… sería otra variable. O… pasando sectores del San Martín al nuevo, podría recurrirse a reutilizar ámbitos del viejo aunque céntrico nosocomio.
En fin… De acá a diciembre, como enunciamos, Ramos como máximo referente en Salud, y el estamento competente en cuanto al Organigrama del Estado o la incumbencia de esa repartición, tienen ese DEBER o COMPROMISO.
El ministro precitado puede quedar inscripto como quien SUPO MODIFICAR algo que arrastra décadas y un día puede ocasionar FUERTES DOLORES DE CABEZA.
Miren las fotos… ¿Se imaginan un accidente automovilístico que afecte a gente haciendo cola en la oficina precitada? O por qué no… ¿qué sucederá en invierno con la gente que hoy hace fila fuera de la Comisión?
Sería espléndido que Ramos y las demás autoridades correspondientes lean ésta nota o alguien se las haga llegar. Quizás tomen medidas urgentes como hace años y años NO SE TOMAN. Que así sea…